Así lo destaca el Análisis anual de costos de la producción de café de Solidaridad Network, que ya llega a su décima edición. El estudio resalta la importancia de la inversión, más allá del precio del grano, para lograr un mayor margen de utilidad por hectárea de café cultivado.
Mejores precios acompañados de mayores inversiones de capital operativo, para alcanzar el Living Income
Para 2020 el estudio se alimentó de los datos de más de 1.806 fincas cafeteras, con el propósito de obtener una radiografía de la competitividad en la producción del grano y de esta manera plantear soluciones basadas en datos, que incluyan la implementación de prácticas sostenibles, pero sobre todo que permitan a los caficultores cubrir sus costos de producción, al tiempo que alcanzan un ingreso digno.
Gráfica 1. Principales hallazgos
Tradicionalmente se ha enfatizado en la variable precio para generar mejores ingresos a las familias caficultoras, sin embargo aunque en 2020, hubo un precio de venta excepcional, 64 % de las familias del estudio no alcanzaron el Living Income, entendido como: “el ingreso anual neto que requiere un hogar, en un lugar particular, para permitir un nivel de vida decente para todos sus miembros, incluyendo elementos como: alimentos, agua, vivienda, educación, atención médica, transporte, ropa y otras necesidades esenciales, incluida la provisión para eventos inesperados”[1].
Así, aunque en 2020 el precio de venta promedio fue de $113.800 / ha, el más alto desde que Solidaridad realiza el análisis (2011), el 44% de las familias que cultivan menos de cinco hectáreas en café quedaron por debajo de la línea de pobreza. Es por esto que urge entender las diferentes variables del negocio, a fin de plantear soluciones reales y a la medida de los productores, pues acciones del tipo “one size fits all” difícilmente dan cuenta de la diversidad de factores que afectan la caficultura en países como Colombia.
[1] Tomado de https://www.living-income.com/
Gráfica 2. Ingreso Neto en fincas de menos de 5 ha.
Los datos muestran que hay una amplia brecha en el margen de utilidad por hectárea entre fincas grandes y pequeñas, que no tiene su origen en los costos de producción (operacionales), ni en el precio de venta. Factores como el área cultivada, la capacidad para la renovación de cafetales o inversión en los cultivos, terminan por definir la rentabilidad de los mismos y estos varían según el tamaño del caficultor.
De nuevo, una aproximación tradicional para abordar el tema plantea que al disminuir los costos de producción se debería aumentar la utilidad, sin embargo, los datos contradicen esta tesis al mostrar que, a mayor costo por hectárea, mayor margen de utilidad.
Esto se explica porque la inversión es un factor determinante en la utilidad y por qué variables técnicas como la densidad y la edad promedio del café en producción, influyen de manera muy importante en la productividad.
Así, mientras la productividad tiene una relación indirecta con el costo por arroba, su relación es directa con el costo por hectárea. Y esta es una relación de causalidad que va en la dirección productividad – costos, debido a que estamos frente a un modelo productivo donde el mayor porcentaje de los costos son variables (aproximadamente el 70%). De esta manera, a mayor productividad, mayores costos y simultáneamente, a mayor productividad, mayor margen por hectárea, lo que conduce a la relación final: a mayores costos por hectárea, mayor margen por hectárea.
Gráfica 3. Ingreso neto vs. margen por hectárea (basado en la muestra de 1806 fincas)
El café, además de ser el principal producto de exportación de Colombia, ha sido históricamente un motor de desarrollo social y económico en las regiones del país, de allí la importancia de revisar los datos, para construir soluciones que permitan que este producto insignia siga siendo promotor de una sociedad más equitativa y justa, con oportunidades para los jóvenes, las mujeres y retribuciones justas para todos los que hacen parte del proceso productivo.
Este análisis ha planteado la necesidad de incluir componentes como la diversificación de los cultivos y la colaboración con el sector, para crear condiciones para la sostenibilidad. De esta manera, la promoción de cultivos para el autoabastecimiento y actividades económicas complementarias, como el pago por servicios ambientales, buscan mantener el equilibrio ecológico de los establecimientos y generar fuentes de ingresos adicionales para los caficultores.
Para conocer la información en detalle lo invitamos a consultar el Tablero de Indicadores del negocio cafetero en Colombia, en el cual se consolida el seguimiento de casos en la última década, en diferentes regiones del país.
Mi nombre es José Mercedes Paiz soy de Nicaragua y productor de 30 hectáreas de café, yo estoy convencido que la única manera de ser rentable en el cultivo café es bajando los costo de producción y para eso hay que cambiar el modelo de producción.