Fruta

Brasil representa más del 80% de las exportaciones mundiales de jugo de naranja y más del 50% de toda la producción de naranja. Perú es el segundo productor mundial de banano orgánico. Ambos cultivos están centralizados en dos regiones específicas, lo que facilita idear intervenciones a nivel sectorial para enfrentar desafíos comunes.

DESAFÍOS & SOLUCIONES

Para fortalecer la competitividad y la sostenibilidad del sector del banano, en que trabajamos desde 1988, Solidaridad ha facilitado la constitución de un Clúster Bananero en Perú. Aquí se reúnen los actores de la cadena con otros socios relevantes, como instituciones de investigación y gobiernos, para coordinar iniciativas conjuntas. De modo similar, en Brasil, Solidaridad coordina una iniciativa pre-competitiva con las principales empresas productoras de jugo de naranja como Cutrale, Coca-Cola, Fundación Coca-Cola, Innocent Drinks y Eckes-Granini, para mejorar la resiliencia del sector, que viene perdiendo muchos agricultores familiares. 

Solidaridad está probando un modelo de asistencia técnica adaptado al pequeño productor familiar de cítricos, con foco en el manejo de plagas, la gestión financiera, y condiciones laborales decentes para los trabajadores. La estrategia consiste en combinar asistencia técnica individualizada y capacitación colectiva sobre las distintas etapas de la producción de naranja. Todo el trabajo está respaldado por un panel de control, donde  monitorear el avance de las acciones, lo que brinda inteligencia para tomar mejores decisiones de negocio. Además, el modelo está siendo transferido a proveedores de servicios locales para que lo adopten gradualmente, al tiempo que se desarrolla la capacidad para ofrecer nuevos servicios.

Un problema importante en la producción de bananos es la necesidad de proteger cada planta con una cubierta de plástico. En Perú, en la región de Piura, esta práctica se da en más de 6.000 hectáreas. Este plástico no se recicla, así que mensualmente se generan más de 20 toneladas de plástico que terminan en las calles o quemadas, lo cual tiene un impacto significativo en el medio ambiente y en la población. La economía circular en el banano es una innovación para el sector. Nuestro objetivo es que al menos el 70% de los residuos plásticos de la industria sean procesados ​​y reutilizados.

Uno de los objetivos de la colaboración sectorial en banano es alcanzar una producción neutra en carbono. Esto brindará un valor agregado que sea reconocido por el mercado a través de una certificación, siguiendo el modelo que ha tenido éxito en otros países como Costa Rica. En segundo lugar, buscamos implementar el pago por servicios ambientales para los productores que realizan actividades de reforestación, y aquellos que protegen las fuentes de agua.

Para más información, descarga la estrategia de frutas y verduras 2021-2025

PROYECTOS

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Diego Balarezo

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Guilherme Ortega

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