Historia, México, Palma

Don Rafa, un productor de palma comprometido con la sostenibilidad

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Don Rafa es un palmicultor que apuesta por las buenas prácticas en su cultivo de palma. Él, en alianza con Solidaridad y otros actores, buscan que los productores de palma sean más resilientes ante el cambio climático y sus cultivos más productivos y más sostenibles.

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En Solidaridad trabajamos para contribuir a las cadenas de valor, al comercio sostenible e inclusivo y a las buenas prácticas agrícolas que promueven la sostenibilidad.

Te presentamos a Rafael Agustin Orantes, mejor conocido como “Don Rafa”, un palmicultor del Ejido Las Brisas en Chiapas, México; un productor disciplinado y apasionado por sus cultivos.

Todos los días me levanto a las 5:30 am, tomo mi desayuno con mi esposa y voy al rancho a ponerme de acuerdo con los trabajadores de los trabajos del día y del transporte de la fruta a la planta industrial.

Don Rafa

Asimismo, Don Rafa es socio fundador de la cooperativa  Zitihualt, una empresa del sector social dedicada al cultivo y extracción de aceite de palma que se conforma por 340 productores. “Yo fui presidente de esta organización hace 7 años y contribuí a su crecimiento” nos cuenta don Rafa. Zitihualt, como Solidaridad, está comprometida a la mejora continua en todos los eslabones de la cadena productiva de la palma y cultivar de manera sostenible.

Si bien es cierto que históricamente el cultivo de palma de aceite ha sido controversial, no debemos olvidar que es un medio de vida para muchos pequeños productores y sus familias. A través de intervenciones que ponen al pequeño productor al centro y que van de la mano con el respeto al medio ambiente, en Solidaridad creemos que contribuir a la sostenibilidad es posible. La historia de Don Rafa es un ejemplo de esto.

Apostando por la policultura en los cultivos de palma de aceite

Además de cultivar palma de aceite, Don Rafa le apuesta al policultivo ya que de esta manera puede contribuir a mejorar la salud de los suelos y aumentar la sostenibilidad de su cultivo, además de que esto le otorga ingresos constantes y diversos durante todo el año.

Ahora tengo 4 hectáreas de palma de aceite, 1 hectárea de mango,1 hectárea de cacao rojo mexicano y media hectárea de plátano y piña. Además, tengo miel y plantas comestibles y forestales como la ceiba. Pero me considero más palmero, pues de ahí sacó la mayor parte de mis ingresos para mi familia

Don Rafa

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“La fruta de la palma se la vendo a la cooperativa Zitihualt, el mango, cacao y plátano lo vendo a intermediarios locales y la piña la vienen a comprar directo a la casa” nos cuenta Don Rafa.

Don Rafa es un productor de la tercera edad con mucho amor al campo el cual fue heredado por sus padres. Él es una persona que solo estudió la primaria pero ha adquirido gran conocimiento a lo largo de la vida debido a que es un productor dinámico y que siempre está dispuesto a escuchar y aprender cosas nuevas.

Javier Anaya Cadena, Oficial de proyectos de Solidaridad en México

¡Mejorando juntos la sostenibilidad del cultivo de palma de aceite!

En el 2017, Don Rafa conoció a Solidaridad a través de una intervención que buscaba apoyar a los productores de palma en su busqueda de la sostenibilidad y la certificación RSPO. “A pesar de ser un cultivo controversial, hay varias razones por la que los productores prefieren cultivarlo, aunque la tendencia es hacerlo de manera más sostenible” nos cuenta Javier, entre ellas están:

  • El uso de aceite de palma está aumentando a nivel mundial.
  • Es relativamente económico
  • Es muy versátil
  • Tiene alto rendimiento
  • Es el cultivo oleaginoso con mayor productividad

Don Rafa inició a cultivar palma de aceite de la forma convencional en 1990. Ahora, con el acompañamiento de Solidaridad ha implementado buenas prácticas y esto ha impactado de forma positiva a nivel productivo del cultivo. Debido a esto, su cultivo de palma de aceite ahora representa más del 50% de sus ingresos y le ha permitido dar a su hijo una carrera profesional.

Javier 

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“Ahora, la finca está bajo manejo sostenible con nutrición orgánica y control de plagas a base de plantas nectaríferas y trampas atrayentes para el picudo negro”, nos comenta Don Rafa.

Con la intervenión, apoyamos a los productores a través de 3 ejes:

  1. Formación técnica de los productores de la cooperativa; brindando talleres y conocimientos que fortalezcan sus capacidades para los productores.
  2. Impulsando los elementos básicos para la certificación RSPO.
  3. La construcción de una plataforma multiactor.

Los técnicos de Solidaridad durante muchos años han estado con nosotros enseñándonos buenas prácticas para aumentar la producción y proteger el medio ambiente. Todos los trabajos se van financiando con la venta de las frutas, lo cual da para mantenernos y mantener varias familias de trabajadores.

Don Rafa

Las Escuelas de Campo contribuyen al aprendizaje de buenas prácticas sostenibles

En el 2014 Solidaridad y sus técnicos empezaron a colaborar con Zitihualt en un proyecto de formación en  Escuelas de Campo (ECA) que permite la capacitación en base práctica. Para ello, se hizo una línea base y los productores han podido aprender a través de materiales como manuales de palma, trípticos y los registros de campo. Don Rafa es uno de los productores fundadores de la Escuela de Campo “Las Brisas”.

«Las ECA son un espacio construido por los propios productores en donde se discuten temas de interés para ellos. Ahí el técnico da un 20% de teoría y luego van a la parcela demostrativa de alguno de los productores en donde se da 80% de práctica.» nos cuenta Javier.

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Don Rafa durante la Escuela de Campo “Las Brisas”

Tenemos nuestra Escuela de Campo “Las Brisas”, donde nos juntamos cada vez que viene el técnico de Solidaridad o de la Cooperativa para tratar temas técnicos o de la sociedad, se convirtió en un espacio libre para platicar cualquier problema que nos afecte.

Don Rafa

Estas escuelas de campo ayudan a los productores a implementar prácticas que los vuelvan más resilientes ante el cambio climático y que aumenten la sostenibilidad de sus cultivos. “Hay cambios muy claros, hace mucho más calor que antes, cuando llueve, los ríos se desbordan y hay problemas en las comunidades, más plagas y enfermedades en los cultivos,” nos cuenta Don Rafa sobre las consecuencias del cambio climático.

Entre las buenas prácticas aprendidas, ahora la cooperativa Zitihualt ha implementado un sistema de composta orgánica que sirve para abonar el cultivo.

“Con los conocimientos de los técnicos de Solidaridad pudimos llevar a cabo prácticas como aprovechar los subproductos de la planta industrial y abonar mejor las tierras con menos gasto. He aumentado mi producción de palma por hectárea, mi mango tiene menos plagas, el cacao es de excelente calidad y la piña es muy dulce” nos comenta Don Rafa.

“Claro que quiero, yo quiero seguir practicando la agricultura sostenible y seguir aprendiendo”

A través de las capacitaciones que también se han impartido los productores y sus familias, Don Rafa ha ido aprendiendo el importante rol de cada integrante de su familia. Ahora, lleva más orden en el registro de las actividades y mejor comunicación con su familia. Ha entendido el rol importante de la esposa, quien ahora es su mano derecha  y administra los ingresos del cultivo y aporta ideas para nuevos proyectos. En el futuro, Don Rafa quiere comprar un molino para su cacao y tener su propio secado para realizar chocolate en casa a modo de empresa familiar para así empezar a vender en la localidad, posteriormente en el municipio y así ampliar su comercialización.

Javier

“Uno de los más grandes logros para mí fue aprender a producir la tierra sin afectar la fertilidad. Nosotros antes cultivábamos de forma tradicional, pero hemos cambiado nuestros cultivos son más sanos, fuertes y productivos. Además, la comida que producimos es limpia y la podemos vender a mejor precio. La gran ventaja es que se gasta menos y se gana más con estos métodos.” nos cuenta Don Rafa.

Al preguntarle si le gustaría seguir implementando estas buenas prácticas en su cultivo, él nos contesta: “claro que quiero, yo quiero seguir practicando la agricultura orgánica y seguir aprendiendo”.

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