Compradores internacionales de cacao y una cooperativa local cerraron un acuerdo inédito de bartering que incluye criterios de sostenibilidad.
La región de Pará, en Brasil, y más específicamente el municipio de Novo Repartimiento, es una de las áreas de la Amazonía brasileña que presenta mayores índices de deforestación a manos de pequeños productores.
Para contrarrestar esta situación, Solidaridad diseñó cuidadosamente un modelo de asistencia técnica rural que promueve la adopción de prácticas de producción bajas en carbono. El mismo se centra en el cultivo del cacao en sistemas agroforestales con otras especies nativas, como principal rubro comercial familiar.
El modelo logró mejorar la productividad y los ingresos, así como el balance de carbono de los productores, quienes también se volvieron más resilientes al clima. Entre 2016 y 2020, los participantes del programa redujeron en un 34% sus áreas deforestadas, aumentaron su capacidad de captura de carbono en un 20%, y mejoraron sus ingresos en un 56%, respecto de la línea de base.
También se demostró que la rentabilidad de este modelo permite a los productores costear la asistencia técnica recibida. Con esta garantía, Solidaridad está actualmente fortaleciendo las capacidades del personal y la estructura de la Cooperativa de Reflorestamento e Bioenergia da Amazônia (Coopercau) para transferirle su modelo de asistencia. De este modo, la Cooperativa podrá brindar asistencia a sus socios de forma autónoma y sostenida.
En qué consiste el acuerdo de bartering
Parte del proceso de fortalecimiento de Coopercau involucra garantizar el acceso de la cooperativa a fertilizantes, un insumo que suele escasear en Novo Repartimento. En 2018, Solidaridad ya había facilitado un primer acuerdo de bartering entre compradores de cacao y Coopercau para intercambiar fertilizantes por granos de cacao sin mediación financiera. Esto permitió a los productores empezar a gestionar la fertilidad de sus suelos, una práctica que es esencial para mantener una productividad sostenida y un mejor balance de carbono en la finca.
A partir de esta experiencia, Solidaridad estudió si había un caso de negocio para la fertilización de los cultivos a través de estos acuerdos. Se instalaron 10 parcelas demostrativas y, luego de un año de pruebas, los pilotos registraron un aumento promedio del 45% en productividad y un aumento promedio del 65% en los ingresos de las propiedades.
Confirmada la viabilidad económica del esquema, Solidaridad y Coopercau dieron un paso más, utilizando el acceso a fertilizantes como incentivo para una producción más sostenible. Para la campaña 2019-2020 se incluyó en el contrato de bartering con la empresa compradora de cacao una cláusula donde los productores se comprometen a no incurrir en deforestación, ni en prácticas de trabajo infantil durante la duración del acuerdo.
El próximo paso será concretar compras de este cacao sin lazos a zonas deforestadas, lo que añadirá valor al cacao de esta región de la Amazonía.
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