En alianza con el Soft Commodities Forum, Solidaridad realizará un estudio entre productores de la región para entender qué necesitan para adoptar prácticas más eficientes y sostenibles en sus cultivos.
Uno de los principales biomas de Brasil, el Cerrado, convive con el cultivo de soja. Foto: SCF
Matopiba, es el acrónimo para referirse a los estados de Maranhão, Tocantins, Piauí e Bahia, en el noreste de Brasil. Se trata de una región de sabana tropical dentro del bioma del Cerrado donde se ha acelerado la expansión de la ganadería y la agricultura, en particular el cultivo de soja.
El primer paso para poder promover una agricultura de bajo carbono en el Cerrado, es conocer la realidad de los productores. Saber qué tipo de apoyo necesitan para mejorar e incrementar su producción sin convertir áreas de vegetación nativa.
La iniciativa está liderada por Solidaridad y el Soft Commodity Forum (SCF), que está vinculada al Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD). Las empresas ADM, Bunge, Cargill, COFCO Internacional, Glencore agriculture y Louis Dreyfus componen el cuadro del SCF.
Con una alta demanda, e particluar de China, la soja puede ser producida sin convertir nuevas áreas de vegetación nativa. foto: Solidaridad
«Para promover una producción de soja rentable con prácticas de bajo carbono, debemos comenzar por escuchar a los productores y conocer mejor la región, para saber a qué se están enfrentando”, mencionó la portavoz del SFC, Diane Holdorf.
“La alianza con SCF es muy bienvenida ya que ayudará a divulgar las necesidades de los productores de soja entre la comunidad internacional.”, agrega Joyce Brandao, gerente de los programas de agricultura y conservación de Solidaridad en Brasil.
En su fase inicial, el proyecto entrevistará a 80 productores de la zona, siguiendo las medidas de seguridad necesarias para la prevención del contagio del Covid-19.
“Producir soja y la conservación ambiental en el Cerrado son posibles juntos, y los productores y trabajadores rurales son nuestros principales aliados para lograrlo. Nuestra experiencia aumentando la producción de soja en áreas agrícolas ya existentes nos permite aseverar que hay potencial para prácticas más sostenibles en la región. Y estas prácticas brindan una mayor rentabilidad a los productores, al tiempo que garantizan la conservación del bioma para las futuras generaciones”, concluye Joyce.