El cacao es un cultivo económicamente rentable que puede contribuir a la mejora de la calidad de vida de los pequeños productores que la cultivan. Asimismo, como es una especie de la cuenca del Amazonas, permite implementar estrategias de restauración productiva a partir de sistemas agroforestales, contribuyendo a una agricultura diversificada y de bajo carbono.
DESAFÍOS & SOLUCIONES
Dentro de la región transamazónica, en Brasil, hemos consolidado un modelo de agricultura familiar de bajo carbono, centrado en la producción de cacao de alta calidad en sistemas agroforestales con otras especies nativas. Este modelo ha logrado reducir la deforestación en un 34% en el municipio de Novo Repartimento, y ha mejorado los ingresos de los pequeños productores en un 56 %.
En Colombia, Nicaragua y Perú estamos aplicando un enfoque de mejora de productividad, que ayuda a la conservación de bosques. En Nicaragua donde ya se han obtenido resultados, se alcanzó un aumento cercano al 20% en la producción. En Colombia se está trabajando en educación financiera para la compra de fertilizantes a través del crédito, en primer instancia, y la instalación de biofábricas de estos insumos, en segunda instancia.
En Brasil, la mejora en los ingresos familiares proveniente del cultivo de cacao ha permitido a los productores costear la asistencia técnica que reciben. Esto ha vuelto viable transferir nuestro modelo de extensión a cooperativas locales. Nuestra asistencia técnica está basada en cuatro pilares: visitas técnicas individuales, capacitaciones grupales, herramientas digitales que apoyan los procesos de mejora continua, y parcelas demostrativas. Parte de las capacitaciones se centran en la educación financiera de los productores, para que a partir de una mayor planificación y visión a futuro, aprecien el bosque como activo ambiental.
En Nicaragua la estrategia se ha basado en la formación de un grupo de promotores locales -modelo con el que se trabaja en café en varios países de la región- que en la actualidad trabajan unidos y ofertan sus servicios a los productores, y que han escalado sus servicios no solo a cacao sino también ganadería.
En el marco del nuevo reglamento de la Unión Europea sobre deforestación, Solidaridad, que actúa como secretaría técnica de Tropical Forest Alliance, ha facilitado el Acuerdo de Cacao, Bosques y Diversidad en Perú, que busca posicionar y reforzar la diferenciación del país como un exportador de cacao de calidad y con atributos de origen verificados y libre de deforestación. En este sentido, también se ha desarrollado una Guía Técnica de Monitoreo de la Deforestación para empresas y asociaciones, y se está avanzando en la georeferenciación de fincas en regiones estratégicas.
En Colombia, Honduras, Nicaragua y Perú se ha instalado el programa «Asombrate» que apoya a productores y productoras para el ingreso al mercado internacional de carbono voluntario a través de la plataforma ACORN. Los mercados voluntarios de carbono son una oportunidad para promover sistemas agroforestales con café y cacao que mejoran la resiliencia de los productores a los cambios en el clima a la vez que siembran árboles. Adicionalmente, en Colombia apuntamos a trabajar con empresas dispuestas a invertir en asistencia técnica y cubrir los costos de certificación de los productores para mejorar la productividad y la calidad del cacao.
En Brasil desarrollamos el primer esquema de “barter” para incentivar la producción de cacao bajo criterios sostenibles. El modelo permite a los productores acceder a fertilizantes, que escasean en la región, a un precio asequible, en canje por parte de su producción. La condición es que el cacao debe ser producido sin deforestación, sin trabajo infantil, y bajo condiciones laborales decentes.