Durante la reunión de la Mesa Global de Carne Sostenible (GRSB por sus siglas en inglés), que se realizó en la ciudad de Punta del Este, Uruguay, en el mes de octubre, se realizó el primer diálogo inclusivo regional de la EUDR a nivel Mercosur, en el marco del programa SAFE.
El evento tuvo por objetivo discutir y analizar los principales retos relacionados a los procedimientos y criterios planteados en el Reglamento 2023 -1115 (EUDR) a nivel de Mercosur. Entre ellos se mencionó, cómo asegurar la confidencialidad de la información y cómo acortar las brechas de información entre los sistemas de monitoreo, las bases de datos y los sistemas de georreferenciación requeridos para demostrar cadenas legales y sin deforestación.
El evento convocó a unos 50 actores de las cadenas de valor de la carne de Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil, pertenecientes a los gremios de la producción, los gobiernos locales y delegados de la Unión Europea, compañías procesadoras, exportadores, prestadores de servicios.
También participaron los equipos de Solidaridad, Tropical Forest Alliance y Proforest que llevan adelante la implementación del proyecto «Agricultura Sostenible para Ecosistemas Forestales» (SAFE, por sus siglas en inglés) y co-organizaron el diálogo.
Avances, similitudes y divergencias en el cumplimiento de la EUDR dentro del Mercosur
A través de diferentes presentaciones y paneles se establecieron los avances, similitudes y divergencias en los cuatro países. También se debatieron posibles medidas de mitigación de riesgos a través de sistemas de trazabilidad, talleres de difusión, y medidas de apoyo financiero que incluyan a los pequeños productores en el proceso de adaptación al nuevo reglamento. En particular, porque como las penalidades son muy altas, los importadores no están dispuestos a tomar riesgos.
En relación al impacto de la EUDR sobre la exportaciones de carne, el principal afectado es Uruguay ya que la Unión Europea (UE) absorbe el 100% de su producción. En el caso de Argentina el volumen exportado representa un 10% del total, pero son cortes de alta calidad y con precios diferenciados, lo que lo hace un mercado atractivo para mantener. Y en el caso de Paraguay, el mercado de la UE recibe sólo el 0,6% de los volúmenes exportados.
El principal reto mencionado por los actores presentes en el evento fue la desinformación. Si bien se considera que los criterios de la EUDR son claros, hay necesidad de un mayor acompañamiento y guía por parte de la Unión Europea para aplicar la nueva reglamentación en el contexto de cada país.
Por ejemplo, si bien los importadores de la Unión Europea aplicarán las mismas reglas al bloque Mercosur y comparten una misma interpretación sobre el reglamento, cada país productor tendrá su propia evaluación de riesgos y cuenta con su propia definición de lo que es bosque y degradación forestal. Esto podría ocasionar que la detección de no conformidades sea arbitraria.
Asimismo, no existen al momento procedimientos para el cumplimiento de los requisitos que puedan aplicarse a todos los países. Cada país del Mercosur dispone de sistemas de monitoreo y bases de datos diferentes para demostrar la tenencia de tierras y el cumplimiento legal. Incluso, difiere la calidad de los mapas disponibles para verificar la trazabilidad de las cadenas.
En este sentido, se elevaron dos propuestas para avanzar. Una es llevar adelante pilotos en cada país para probar si la información disponible para demostrar los requisitos asociados a deforestación y normativa social y laboral es suficiente. La segunda, es aumentar las instancias de diálogo sobre EUDR a nivel nacional y regional en Mercosur (lo cual ya está previsto en el proyecto).
Los productores presentes resaltaron que faltan garantías que los requisitos no vayan a variar con el tiempo que justifiquen la adaptación a los sistemas de monitoreo y trazabilidad necesarios. También plantearon que debería haber incentivos de mercado o un retorno de la inversión para quienes tengan que certificar, dada la burocracia, el tiempo y los recursos que esto insumirá. En el caso de productores a pequeña escala, asimismo, debería plantearse una regulación específica, ajustada a sus posibilidades.
Otra preocupación es la confidencialidad de la información que se comparta en los sistemas de monitoreo y trazabilidad. Si bien se explicó que en el caso de la herramienta Visipec (disponible en Brasil) los datos sobre la cadena se encuentran encriptados, se mantuvo la inquietud general acerca del riesgo que la información no permanezca de forma anónima, lo que supondría impactos comerciales negativos. En este sentido, los presentes propusieron realizar un piloto o webinar que demuestre a los productores cómo su información se transfiere a través de la cadena desde los países productores hasta la base de datos de la Unión Europea, y cómo ésta se hará pública en Europa.
Sistemas de monitoreo disponibles al momento en Mercosur para la EUDR
Con respecto a los sistemas de monitoreo y trazabilidad disponibles, el representante del gobierno de Paraguay, Andrés Ginés, del Ministerio de Industria y Comercio, compartió los avances del piloto de la plataforma pública RETSA (Registro de Establecimientos con Trazabilidad Socioambiental). Ésta podrá ser utilizada por el sector privado para la trazabilidad de animales de forma individual, aunque admitieron que la inclusión de los productores a pequeña escala sigue siendo un desafío.
En el caso de Brasil, el representante de ABIEC, la Asociación de Exportadores de Carne del Brasil, explicó que el país cuenta con un sistema de trazabilidad para bovinos individuales desde 2006, llamado SISBOV. El desafío actual para adaptar la plataforma al nuevo reglamento es incluir a los proveedores indirectos en el monitoreo, pero no se ha planteado aún cuándo podrá abarcarse el total del hato trazado a nivel nacional. En el caso del estado de Pará se prevé alcanzar el 100% de los rebaños trazados para diciembre de 2026, pero en otros estados donde la adopción de la plataforma es voluntaria no ha sido posible plantear una fecha límite.
Otro aspecto que no tiene respuesta aún tampoco es cómo se realizará el monitoreo del origen de la soja para alimentación animal o la trazabilidad del cuero vacuno en los países productores.
Por parte de Argentina participó la Sociedad Rural Argentina (SRA), quien lidera los procesos de construcción y consolidación de VISEC Carne. VISEC es una plataforma de sustentabilidad ambiental y social que reúne a miembros de las cadenas de soja y carne para que los productos argentinos satisfagan las nuevas tendencias internacionales y nacionales, particularmente cumpliendo con los requisitos de la EUDR.
SRA resaltó el trabajo que se viene realizando con el desarrollo del sistema MRV para la carne bovina. Se han hecho pruebas piloto durante 2024 que va a permitir recopilar información pública sobre trazabilidad, realizando el análisis de imágenes satelitales con la fecha de corte a Diciembre 2020, así como recopilar documentación sobre legalidad. Con este sistema, el operador podrá disponer de toda la información para certificar mediante una 3era parte y presentarla ante autoridades competentes e importadores en la Unión Europea.
El intercambio de experiencias e información entre actores de las cadenas ganaderas de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay sobre la legislación europea y sus desafíos de implementación han resultado ser muy ricos. El evento cumplió con su principal objetivo que era promover o intercambiar iniciativas, principalmente en lo relacionado con sistemas de trazabilidad y monitoreo dentro de la cadena de carne”
Paulo Lima, gerente del programa de ganadería en Brasil para Solidaridad
«El intercambio de experiencias e información entre actores de las cadenas ganaderas de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay sobre la legislación europea y sus desafíos de implementación han resultado ser muy ricos. El evento cumplió con su principal objetivo que era promover o intercambiar iniciativas, principalmente en lo relacionado con sistemas de trazabilidad y monitoreo dentro de la cadena de carne”
Paulo Lima, gerente del programa de ganadería en Brasil para Solidaridad
SAFE
La iniciativa de Diálogos Regionales Inclusivos sobre la EUDR hace parte del proyecto Agricultura Sostenible para los Ecosistemas Forestales (SAFE por sus siglas en inglés). SAFE contribuye a una transformación inclusiva hacia cadenas productivas libres de deforestación, sostenibles y legales en productos primarios como la palma de aceite, la ganadería, la soja, el café, el cacao, el caucho y la madera. SAFE trabaja la tríada “agricultores, alimentos y bosques”: busca que la producción agrícola sea sostenible y que los productores y productoras de pequeña escala mejoren sus medios de vida, mientras se protegen las fronteras forestales.
El proyecto se implementa en Brasil, Burundi, Camerún, República Democrática del Congo, Ecuador, Indonesia, Perú, Vietnam, Uganda y Zambia, así como a nivel regional y global. Proporciona asistencia técnica, fortalece capacidades, expande los sistemas de trazabilidad, apoya asociaciones y promueve el intercambio, la colaboración y el aprendizaje entre diferentes actores. SAFE está cofinanciado por la Unión Europea, el Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos y el Ministerio de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania. Además, alberga la secretaría de la Nueva Iniciativa del Equipo de Europa para Cadenas de Valor Libres de Deforestación.
