La EUDR está siendo uno de los principales motores para promover plataformas de trazabilidad en distintos países de América Latina. En el caso de Bolivia, si bien no hay una exportación directa a la Unión Europea en este momento, su soya termina ingresando en este mercado a través de las exportaciones a Colombia, Ecuador y Perú. Además, empiezan a permear distintos requerimientos por parte de los mercados a los que hoy en día exporta Bolivia, que implican requisitos tanto de trazabilidad como de sostenibilidad.

Hoy en día los productores soyeros implementan prácticas sostenibles que no están siendo puestas en valor. La mesa boliviana de soya sostenible, establecida en 2016, viene trabajando desde hace tres años en un protocolo de soya sostenible que reúna estas prácticas y establezca distintos niveles de sostenibilidad, desde requisitos mínimos de sostenibilidad -que ya han sido consensuados- hasta mayores exigencias.
La propuesta de una plataforma de trazabilidad surge de la necesidad de evidenciar que la soya cultivada está en cumplimiento con este protocolo, manteniendo sus atributos de sostenibilidad a lo largo de todos los eslabones de la cadena de suministro, y preservando su identidad desde que sale del campo hasta su exportación.

A la hora de pensar a mediano y largo plazo acerca de la implementación del protocolo, surgió el tema de la plataforma de trazabilidad, porque es fundamental contar con una herramienta que permita demostrar que estamos cumplimentando con ese protocolo; ¿no? El sector soyero necesita poder contar la historia del cultivo y cuál es el recorrido que hace el grano de soya.”
Camila Torres, gerente de proyectos, Solidaridad.
“A la hora de pensar a mediano y largo plazo acerca de la implementación del protocolo, surgió el tema de la plataforma de trazabilidad, porque es fundamental contar con una herramienta que permita demostrar que estamos cumplimentando con ese protocolo; ¿no? El sector soyero necesita poder contar la historia del cultivo y cuál es el recorrido que hace el grano de soya.”
Camila Torres, gerente de proyectos, Solidaridad.

Los atributos de sostenibilidad a trazar, incluídos en el protocolo, abarcan requerimientos propios de la normativa boliviana en términos ambientales, sociales, legales y económicos que podrían equipararse a los solicitados por la debida diligencia europea.
En primera instancia, y luego de llevar adelante un diagnóstico de la cadena, los miembros de la plataforma están ahora trabajando de manera conjunta en la definición de cuáles serán los aspectos claves para el desarrollo de la trazabilidad en Bolivia.
¿Quién participa del desarrollo de la plataforma de trazabilidad?
Desde la mesa de soya sostenible se acordó que para que el sistema de trazabilidad se adapte lo mejor posible a la operatoria boliviana, era necesario crear un espacio de consenso independiente -pero articulado-, y abierto a los actores que participan en la cadena de manera directa o indirecta.

Siguiendo esta lógica, la plataforma de trazabilidad suma a representantes de la industria, miembros del sector productivo, del sector financiero, de la sociedad civil y proveedores de insumos. Cada miembro tiene distintas potestades a la hora de participar. Quienes tienen voto son quienes están directamente implicados en el sistema de trazabilidad, es decir, quienes van a ser sus usuarios, quienes van a operar en el sistema. Los demás actores, como la sociedad civil y el sector financiero, por ejemplo, no tienen voto, pero aportan a las discusiones para la toma de decisiones desde un rol consultivo.
Lo más relevante de la plataforma es haber alcanzado una instancia en donde actores de la cadena se encuentran trabajando de manera mancomunada para poder alcanzar una solución de trazabilidad útil para todo el sector.
Apoyo de UK PACT
El fondo UK PACT apoya el desarrollo de la plataforma de trazabilidad desde febrero de este año. La meta es tener un sistema operativo y realizar pilotos para testar su funcionamiento para 2027. A su vez, el proyecto cuenta con un fuerte componente de apoyo a productores, que incluye acciones de sensibilización y capacitación en temáticas de sostenibilidad y trazabilidad. Estas actividades se complementan con la búsqueda de mecanismos de incentivos para el sector productivo y el análisis de casos de estudio para evidenciar los beneficios de las prácticas sostenibles para la producción.
