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Don Toñito: el productor que revivió su suelo y su comunidad con biocarbón

En el corazón de Nicaragua, en una parcela donde el suelo parecía haber perdido la batalla, Don Toñito no se rindió. Lo que empezó como la lucha personal de un productor por revivir una parcela dentro de su plantación de cacao se transformó, con voluntad y perseverancia, en un movimiento comunitario; y el biocarbón, más que una técnica agrícola, fue su mejor aliado.

Antonio Aráuz, orgulloso, nos muestra los avances en su parcela de cacao.

Durante años, las tierras de Don Toñito, al igual que las de miles de productores en todo el mundo, sufren de degradación de los suelos y disminución de sus cosechas. Buscando alternativas para revertir esta situación, encontró el acompañamiento técnico del Programa Asómbrate y Ritter Sport, y allí descubrió algo que cambiaría todo: el poder transformador del biocarbón. Aprendió a construir hornos KonTiki tradicionales, a preparar biomasa y a aplicar esta técnica en sus viveros y parcelas. Este fue el inicio de una transformación asombrosa, e inspirado por los resultados, Don Toñito se propuso replicar el conocimiento para llevarlo a toda su comunidad.

Cada día aprendemos más y vamos viendo los frutos del esfuerzo

expresa Don Toñito con la convicción de quien sabe que el cambio es posible.

De la teoría a la práctica: una transformación visible

Aplicar las buenas prácticas y seguir las recomendaciones técnicas al pie de la letra implicó dedicación y mucho compromiso. En una parcela demostrativa, 125 plantas de cacao recibieron diferentes tratamientos con biocarbón, micorrizas y bioles. Ocho meses después, la diferencia era innegable: 

  • Hojas más verdes y vigorosas, como si la savia hubiera vuelto a correr con fuerza
  • Flores que antes se caían al suelo, ahora cuajaban en frutos vigorosos
  • Plantas con menor incidencia de enfermedades, incluso en los viveros
  • Suelos que retienen humedad, incluso en los días más secos

El monte se va poniendo más verde y las plantas aguantan mejor el verano. Antes, muchas flores no cuajaban y se perdían; ahora los frutos crecen fuertes.

comparte Don Toñito con una sonrisa que refleja orgullo y alivio.

En resumen, la producción mostraba signos claros de mejora.

El efecto dominó del biocarbón: un legado comunitario

Pero el verdadero triunfo e impacto de Don Toñito no está solo en sus cultivos. Gracias a su apoyo, cinco productores vecinos ya replican la técnica para hacer y aplicar el biocarbón, y ahora apuestan por tejer una red local que trabaje por la sostenibilidad y la resiliencia frente al cambio climático.

No quiero mejorar solo yo, sino que todos avancemos juntos. Por eso comparto lo que aprendo en acompañamiento del Programa Asómbrate

afirma con humildad y determinación.

Hoy, Don Toñito es prueba viva de que la innovación y la solidaridad son la base para alcanzar una agricultura regenerativa y un desarrollo inclusivo. Y mientras sigue enseñando con el ejemplo, su historia inspira a una comunidad a ver que hay soluciones accesibles que pueden hacer una diferencia.