El reconocido programa documental alemán, Weltspiegel, señaló al cambio climático como el mayor desafío post-Covid para el sector.
El programa de televisión alemán Weltspiegel destacó recientemente que el cambio climático es el mayor desafío post-COVID para el sector cafetero. Una de las entrevistadas, Clara Largo de 38 años, habló sobre cómo su familia lucha por asegurarse el sustento frente al mayor impacto de plagas, sequías, y el aumento de temperaturas, que han reducido sus cosechas. Joel Brounen, gerente de Solidaridad en Colombia enfatiza, «la bebida favorita de millones de consumidores está en riesgo por la velocidad con que las condiciones para producir café están cambiando».
Se proyecta que el cambio climático reducirá el área total para el cultivo de café en un 50 por ciento para 2050. Esto afectará a más de 12 millones de pequeños productores de café que son particularmente vulnerables a los impactos negativos de este fenómeno.
Existe evidencia que el calentamiento global está relacionado con una de las principales plagas que afecta a la industria del café: la broca. Por cada aumento de temperatura, la broca se vuelve más resistente, lo que obliga a los productores de café a reubicar sus arbustos a mayor altura para mantener los niveles de calidad y volumen. Esto amenaza con convertir millones de hectáreas de bosques en nuevas tierras de cultivo.
Para evitar esta perspectiva de futuro, Solidaridad apoya a los productores a pasar de una producción de café como monocultivo a sistemas agroforestales. A través de un enfoque de agricultura climáticamente inteligente, los productores de café pueden (i) aumentar la productividad, (ii) aumentar la resiliencia climática (adaptación), (iii) y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) mediante la reducción de emisiones y un mayor secuestro de carbono.
Con el financiamiento de la Iniciativa Internacional de Bosques y Clima de Noruega (NICFI) -administrado por la Agencia Noruega para la Cooperación al Desarrollo (NORAD)-, y las marcas líderes de café Nestlé y Nespresso, Solidaridad ha apoyado a más de 6.000 productores y sus familias en los últimos años en Colombia. “Los productores deben invertir junto con las tostadoras, las comercializadoras y los bancos para garantizar un suministro constante en la próxima década. Por eso llamamos a nuestro programa climático: Café del Futuro”, agrega Brounen.
Solidaridad lanzará en las próximas semanas una alianza público-privada con el gobierno colombiano, miembros de la industria del café internacional, y organizaciones locales para acelerar y escalar inversiones que ayuden a la adaptación climática de los más de 500.000 caficultores de Colombia y sus familias.
Volver a las fincas resilientes al clima es una inversión. Pero los resultados del programa “Café del Futuro” ya han mostrado beneficios concretos para el productor, el comerciante, el tostador y el consumidor.
El Gerente del Programa de Café en Colombia, Carlos Isaza, explica: “La agricultura climáticamente inteligente mejora la seguridad alimentaria y los objetivos de desarrollo en las fincas cafeteras. Contribuye a que las tostadoras y las comercializadoras alcancen sus objetivos de reducción de emisiones de GEI, así como a obtener acceso a mayores volúmenes de café, y a un café más consistente y de mayor calidad. Para los consumidores, esto significa que su bebida favorita estará disponible en un futuro previsible «.
Una característica adicional es que a través de prácticas agroforestales y climáticamente inteligentes, los productores almacenan CO2 en biomasa viva como árboles, cultivos y suelos en sus tierras. De esta forma, pueden desempeñar un papel fundamental para mitigar las emisiones de CO2 en todo el mundo. En y alrededor de los millones de hectáreas manejadas por pequeños productores de café y sus familias, se generan valiosos servicios ecosistémicos en forma de protección del agua y conservación de los bosques. Solidaridad ha asegurado recientemente los primeros pagos por servicios ambientales a productores de «Café del Futuro». Un paso prometedor para convertir a las víctimas del cambio climático en administradores del cambio climático.