Las compañías de café más grandes del mundo están fallando en reportar sus compromisos para el 2020 de manera transparente. Este es uno de los hallazgos del nuevo Barómetro del Café – el último reporte de un colectivo de organizaciones en el sector de la sostenibilidad; Conservation International, Hivos, Oxfam Bélgica y Solidaridad, y producido por Ethos Agriculture.
El viernes se realizó el lanzamiento del Barómetro del Café 2020 en español. Esta publicación da una visión actualizada del progreso en sostenibilidad del sector global del café y muestra el rendimiento de las principales empresas exportadoras y tostadoras en el mundo.
El evento online contó con la presencia de tostadoras, comercializadoras, retailers, la sociedad civil y asociaciones productoras. La presentación de los principales hallazgos del Barómetro estuvo a cargo de Andrea Olivar, Gerente del Programa Global de Café de Solidaridad. El evento contó también con un panel en que se discutieron posibles soluciones de mercado para mejorar la rentabilidad de los pequeños productores de café. El panel, moderado por Gonzalo La Cruz, Director de Solidaridad para Sudamérica, estuvo integrado por Sjoerd Panhuysen de Ethos Agriculture, Juan Antonio Rivas de Olam International y Javier Rivas de la Fundación Hanns R. Neumann, quien también es productor de café.
La inacción no es una opción
En los países productores de café, los tostadores y las comercializadoras pueden jugar un rol crítico en muchos de los retos ambientales y sociales más urgentes identificados dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) de las Naciones Unidas. Lamentablemente, sus políticas, planes y fondos individuales frecuentemente están desvinculados de las realidades locales y no tienen impacto sobre el mayor volumen de su abastecimiento.
A pesar de que algunas compañías cuentan con políticas exhaustivas, muchas de las empresas mencionadas en el reporte presentan poca claridad sobre sus compromisos, avances en sus promesas, y tampoco tienen una estrategia rigurosa de sostenibilidad con metas medibles a lo largo del tiempo. Nadie está haciendo suficiente.
Personas productoras de café sufren golpe tras golpe
Durante la mayor parte de 2020, los precios del café se mantuvieron hasta un 30% por debajo del nivel promedio de precios en los últimos diez años. Investigaciones recientes de World Coffee Research enfocado en 13 países productores, indican que el ingreso anual promedio de los productores de café disminuyó significativamente en los últimos 2 años.
Según Juan Antonio Rivas, de Olam, esta situación se ve agravada por la concentración. Mientras que la mitad de la producción global proviene de Brasil y Vietnam, hay países cuyo papel en la cadena ha disminuido. La menor demanda proporcional puede generar precios más bajos. “Asimismo, la industria se concentra menos en ellos en términos de apoyo y de programas de sostenibilidad, y esto se vuelve un círculo vicioso”, concluye.
Pero los ciclos de precios bajos no son el único desafío estructural que los pequeños productores enfrentan para alcanzar una viabilidad económica. El 73% de la producción global de café es cultivada por productores con menos de cinco hectáreas.
«Para que un productor o una productora en Colombia pueda alcanzar un ingreso digno” -explica Andrea Olivar-, “debe tener una productividad de 1,4 toneladas por hectárea, debe recibir un precio promedio 1,80 USD por kilogramo de café, y debe tener un mínimo de 4.3 hectáreas. Es posible llegar a este nivel de productividad y precio, pero la mayoría de los productores en Colombia tiene menos de 2 hectáreas».
Soluciones de mercado
A raíz de la falta de un ingreso viable, los productores no pueden invertir en sus fincas y hacer su producción más sostenible. Con ingresos decrecientes, mayores costos y una peor situación, el bienestar de los productores está en riesgo. Y esta presión creciente para reducir costos también afecta a la mano de obra y al medioambiente.
Desde la producción, una clave es la diversificación. “El café es una parte importante del ingreso en efectivo de las familias cafetaleras, pero tienen una canasta diversificada de actividades. Y cuanto más pobres son, más importante es, por ejemplo, la venta de mano de obra”, resume Gonzalo La Cruz.
Desde la industria, Olam propuso hace dos años crear un fondo mundial de estabilización de precios que pudiera apoyar, sobretodo, a los productores más vulnerables en épocas de precios bajos. Según Juan Antonio Rivas, el pequeño productor es importante para la industria ya que ésta necesita una oferta diversificada. Si la producción se concentra en unos pocos países, una emergencia climática podría afectar al mercado global. El fondo permitiría a los productores retirar del mercado su oferta en momentos de precios bajos para renovar sus cafetales con mejores variedades. De este modo, podrían volver al mercado pasada la crisis, con un café de mayor calidad y resiliencia climática.
Pasar de la conversación a la acción
El Barómetro del Café 2020 llama a los actores existentes de la industria a intensificar sus acciones, pero acciones a escala. “Hay acciones que han tenido éxito pero que carecen de replicabilidad”, indica Javier Rivas. “Proyectos que tienen una vida de 4 ó 5 años y no logran generar un cambio tan importante. Es importante poder trascender a un nivel más macro”.
Las principales compañías de café forman parte de una o más iniciativas colaborativas con el potencial de influenciar políticas y acuerdos de sostenibilidad. El gráfico muestra que existe un grado de duplicidad en las iniciativas de sostenibilidad, y esto ha creado una competencia entre iniciativas. Hay suficiente trabajo para todos, pero estos esfuerzos deben estar coordinados para poder crear impacto. Luego de una década de iniciativas multi-actor debería poder entenderse qué impacto han tenido estas iniciativas.
No hay motivo para esperar más.
“El inicio de una nueva década nos trae una ola de nuevas iniciativas atractivas, mientras tanto, las compañías del sector café luchan por reportar sobre los compromisos que han hecho en la última década. Si queremos evitar ser parte de todo y no entregar nada, tenemos que pasar de la narrativa a la acción”, concluye Andrea Olivar.
Puedes ver la repetición del evento aquí: