Gumercindo Vásquez ha aprendido de su padre, y su padre de su abuelo sobre la manera de cultivar la caña de azúcar. En un entorno complejo derivado del cambio climático, sumado a la necesidad de actualizarse sobre mejores prácticas agrícolas, han llevado año con año a una disminución en su productividad. Ahora Gumercindo acepta el reto, que realiza junto a Solidaridad, para cambiar sus prácticas por unas más sostenibles. Esta es su historia.
“Gumercindo es una persona muy proactiva e innovadora. Le gusta compartir sus conocimientos con los demás productores y siempre busca la mejora contínua.” nos comenta Henry Avendaño, oficial de proyectos de PanameriCaña.
Perteneciente al municipio de Pánuco, Veracruz en México, Gumercindo se gana la vida vendiendo al Ingenio Pánuco la caña que cultiva . En su día a día, le gusta tomar café en las mañanas y pasar su tiempo con sus hermanos, su esposa y sus dos hijos pequeños. Además él es maquilador de siembras de caña, lo que le da un ingreso adicional, ya que apoya a otros productores a preparar su tierra para el cultivo.
Cultivar caña de azúcar ofrece muchos beneficios a los productores. Primero es un cultivo de ciclo anual que requiere cuidados menos intensivos en comparación con aquellos de ciclo corto. Además, el cultivo es muy rentable y en México mucho más. También tiene la capacidad de resistir varios periodos de estrés hídrico y temperaturas extremas. En resumen, su beneficio más grande es la forma en cómo se adapta y cómo se desarrolla.
Henry
El programa MAS-CAÑA apoya a los productores a ser más sostenibles
En el 2022, Gumercindo comenzó a trabajar con Solidaridad en dos proyectos del programa PanameriCaña: un “Diplomado en producción eficiente y sostenible de caña de azúcar” y en el programa MAS-CAÑA.
El programa MÁS-CAÑA, que se realiza en alianza estratégica con el Ingenio Pánuco del Grupo Pantaleon, BAYER y asociaciones de productores, tiene como objetivo capacitar a los productores y darles asesorías técnicas en sus parcelas para que ellos reduzcan sus costos e incrementen su productividad. Al terminar estas prácticas los productores comparten con el resto de la comunidad los resultados de su parcela demostrativa en donde pueden evidenciar las buenas prácticas que implementan y los avances en la calidad de su cultivo.
En Solidaridad, buscamos desarrollar las competencias de los productores por medio de, programas de capacitación con la metodología aprendiendo-haciendo, asesorías técnicas en buenas prácticas agrícolas, ambientales, y de salud y seguridad laboral, así como a través y el uso establecimiento de parcelas demostrativas que los motiven a adoptar las buenas prácticas para que aumenten su eficiencia productividad y resiliencia.
Henry
Un productor dispuesto a aceptar un reto
Gumercindo fue el primer productor del programa que aceptó el reto de un cambio en las prácticas de su cultivo. “La mayoría de los productores se muestran resistentes al cambio, considerando que el manejo tradicional del cultivo de caña es algo que han aprendido de generación en generación, sin embargo, al demostrarles los buenos resultados que se obtienen al aplicar las buenas prácticas agrícolas ellos mismos experimentan y aceptan el cambio”, nos cuenta Henry.
“A Gumercindo le apasiona la mejora continua y lo más importante, aplica las ideas que le damos. Es un ejemplo a seguir.” Henry
Previo al programa MAS-CAÑA en colaboración con Solidaridad, Grupo Pantaleon y BAYER, Gumercindo no realizaba labores fundamentales para su cultivo como la fertilización ya que carecía de un sistema de riego. “Hace cinco años llovía con más frecuencia, ahora ya no. Debido al cambio climático nos hemos tenido que adaptar a hacer prácticas que antes no realizábamos” nos cuenta él.
“Siempre he tenido interés en aprender nuevas técnicas para incrementar la productividad de la caña. Me gustaría mucho darle una mejor vida a mi familia.” nos cuenta Gumercindo.
Entre los cambios que aplicaron, los productores del programa MAS-CAÑA tuvieron que invertir en un sistema de riego, ya que a causa del cambio climático las lluvias no eran suficientes para el cultivo. Además, Solidaridad apoyó a los productores capacitándoles de la siguiente manera:
- A mejorar la gestión de riego en sus cultivos de caña de azúcar
- Usar fertilizantes de forma incorporada (enterrado) que contribuyen a mitigar el impacto ambiental por efecto de volitización del fertilizante
- Usar herbicidas pre-emergentes que ayudan a reducir la cantidad de aplicaciones en el suelo
- Sembrar a doble surco, lo que aumenta la productividad del cultivo en menos espacio.
“Para el doble surco en lugar de depositar las dos cañas juntas (cadena doble), se depositan dos cañas pero de manera estratégica (una separa de la otra a través de un camellón intermedio) para que la caña pueda germinar libre de competencia y tener más espacio” nos comenta Herny sobre esta técnica de cultivo.
La verdad, tiene lógica. Vemos el aumento en la cantidad de toneladas de caña que entregamos al Ingenio, y eso lo logramos en campo, con más población de tallos, y es allí donde se incrementa la producción en toneladas de caña por hectárea.
Gumercindo
Enfrentando dificultades en el camino
El primer gran reto al que se enfrentó Gumercindo fue la falta de maquinaría, “él fue el primer productor que hizo modificaciones en su sistema de producción, por lo que no se contaba con el tipo de implementos que eran necesarios, gracias a la experiencia de Solidaridad, se pudo modificar su equipo y ayudar al productor.” nos dice Henry.
“Él aceptó el reto, y fue un reto enorme” cuenta Henry
El segundo reto al que se enfrentó fue el capital humano ya que los productores que trabajaban en la parcela de Gumercindo no estaban acostumbrados a sembrar a doble surco.
El primer día suspendimos la siembra, porque los trabajadores tenían resistencia al cambio. Al día siguiente, a través de negociaciones se les incrementó el sueldo del día y logramos implementar esta nueva técnica.
Gumercindo
“Este proyecto, me dió más de lo que esperaba, me despertó el interés en producir más, me motivó a invertir, y con su ayuda pude modificar los implementos” cuenta Gumercindo.
El tercer reto al que se enfrentaron fue el cambio climático. “Cuando la caña tiene sombra no se desarrolla igual, todas las plantas requieren la luz del sol para elaborar su alimento; esta les permite crecer y desarrollarse adecuadamente y es por esta razón que muchos productores cortan las ramas de los árboles o en el peor de los casos, talan los árboles alrededor de sus cultivos.» nos comenta Henry.
Cambió muchísimo el clima, hace apenas 5 años las lluvias eran más abundantes, ahora están muy escasas y es que las personas han deforestado. A causa de esto hemos visto una reducción en la producción y tuvimos que cambiar de estrategias. Por ello, en mis parcelas he sembrado más de 1000 árboles de diferentes especies y dejé en el contorno de mis parcelas un área aproximada de dos hectáreas con árboles de caoba, cedro y árbol de rosa.
Gumercindo
¡Logrando metas!
El cambio en las técnicas de cultivo dió resultados inmediatos. “Antes tenía un rendimiento de entre 50-80 toneladas por hectárea de caña planta, este año produje 160 toneladas por hectárea. Estoy muy contento con los resultados de mi parcela” nos comparte él.
Gumercindo ve al futuro con esperanza y motivación. “Ahora que aprendí las nuevas técnicas y veo que mejoró mi producción me gustaría comprar un nuevo tractor e invertir más en mis parcelas. Recientemente compré otra parcela y quiero sembrar con otra nueva estrategia. Quiero poder mejorar la vida de mi familia” nos cuenta.
Para nosotros lo más importante es fomentar en el productor un cambio de cultura en el manejo convencional del cultivo de caña de azúcar. Trabajar con ellos de la mano, y migrar a un manejo oportuno de labores que aumente la rentabilidad en sus parcelas para ser autosostenibles y mejorar el nivel de vida familiar.
Henry
