La urgencia por la implementación de prácticas que hagan el mercado ganadero más sostenible llevaron a la creación de esta mesa global en 2012, de la que Solidaridad es co-fundadora. Este año, junto con Arcos Dorados, GTPS (Grupo de Trabalho de Pecuária Sustentável), y con el apoyo de la Agenda Global para la Ganadería Sostenible, la GRSB organizó la “Cumbre sobre carne vacuna sostenible” del 10 al 12 de julio de 2019 en São Paulo, Brasil. Y Solidaridad tuvo una participación de realce, con speakers de sus oficinas en Brasil, Colombia y China y gran presencia de productores de sus proyectos en Paraguay.
“Los países de Latinoamérica producen un gran segmento de la oferta mundial de carne vacuna. Países como Brasil, Argentina, Colombia y México están exportando miles de toneladas de carne vacuna a países de rápido crecimiento con grandes mercados de consumidores, como China, y la demanda está creciendo rápidament «, explicó Ruaraidh Petre, Director Ejecutivo de la Mesa Global de Carne Sostenible (GRSB, por sus siglas en inglés).
Josefina Eisele, Directora de la mesa para Latinoamérica, explicó en la apertura de la cumbre: “La agenda de la Cumbre representa las oportunidades más importantes que impactan la sostenibilidad de la carne de res en América Latina hoy. Además de los temas centrales, como la deforestación y el bienestar animal, se dedicarán esfuerzos a analizar los impactos reales de los enfoques jurisdiccionales, la trazabilidad, el desarrollo de capacidades y las inversiones para la carne vacuna sostenible».
OPORTUNIDADES PARA UN COMERCIO SOSTENIBLE DE CARNE
En la mañana del primer día, Rusong Li, gerente de Solidaridad en China, e Isabel Nepstad, gerente de programas de la misma sede, participaron del panel sobre tendencias de los mercados globales, con énfasis en los mercados hacia donde Latinoamérica exporta carne.
Según datos de la Administración General de Aduanas, en 2018 China importó 1.039 millones de toneladas de carne bovina y más de la mitad del producto provino de países sudamericanos.
«China es el tercer productor de carne del mundo. Sin embargo, hay un gap entre la demanda y la producción nacional, cuyos precios son más altos. Además, tenemos baja expertise en las fincas y más incentivos gubernamentales para la indústria del cerdo. Por eso necesitamos importarla», explicó Rusong Li en su presentación.
Qiangde Lu, Secretario general del departamento de carne chino en entrevista con Solidaridad, explicó que el Gobierno de su país tiene el compromiso de reducir sus emisiones de carbono procedentes de la producción de carne, lo que abre una oportunidad importante para incrementar el trabajo en cadenas de suministro sostenibles desde Sudamérica.
«La población china, sobretodo los jóvenes, demandan el consumo de carne. Y el acceso a las nuevas tecnologías ha permitido la creación de un mercado electrónico muy activo del sector. En este contexto, hay una exigencia creciente por transparencia, certificaciones y garantía del nivel de calidad del producto», agregó Isabel Nepstad.
Aquí entra en juego cómo garantizar la trazabilidad de los productos y las prácticas de los proveedores de nuestra región, y cómo generar información confiable sobre las prácticas de conservación del medio ambiente aplicadas en las fincas de donde proviene el ganado.
Por todo esto, según Rusong Li, estamos en un buen momento para brindar evidencia sólida de la relación entre los procesos de deforestación en Sudamérica y la compra de carne en China e involucrar al Gobierno en las iniciativas de producción sostenible que lidera Solidaridad la región.
“Si conseguimos sensibilizar al mercado chino, obtendremos una gran impacto en la cadena pecuaria”, concluyó Ruaraidh Petre.
BRINDAR INFORMACIÓN CONFIABLE A LOS MERCADOS
En la Amazonía brasileña, la ganadería es tratada como una de las principales responsables de la deforestación para la comercialización ilegal de madera y posterior conversión a zonas de pastizales, afectando negativamente la imagen del país en el exterior.
Joyce Brandão, gerente de programas en la Amazonía y el Cerrado de Solidaridad, participó de la sesión sobre gases de efecto invernadero (GEI), moderada por Ruaridh Petre. Allí presentó los primeros resultados del Programa Territorios Inclusivos y Sostenibles en la Amazonía. El programa viene desarrollando desde 2015 un modelo de agricultura familiar de bajo carbono en Novo Repartimento (PA), en la Amazonía brasileña. El modelo combina asistencia técnica para la recuperación de áreas de pastizales degradados, sistemas agroforestales con cacao y ganadería de cría intensificada.
“La ganadería es clave para nutrición y la seguridad alimentaria, y una producción de bajo carbono es posible. Podemos reducir la producción de metano combinando la producción ganadera con otros cultivos y la creación de hábitos más saludables y sostenibles, que colaboren al combate de la pobreza, la obesidad y la protección de la biodiversidad”- explicó Rafael Zavala, representante de FAO Brasil.
Con el propósito de generar evidencia sobre el impacto que este manejo sostenible puede tener sobre la emisión de GEI, Solidaridad e Imaflora desarrollaron en 2017 una metodología para calcular el balance de carbono de distintos escenarios productivos. De esta forma, se demostró que combinar buenas prácticas ganaderas con sistemas agroforestales garantiza el mejor balance de carbono posible en el contexto de la agricultura familiar en el Amazonas.
“Creo que el punto de convergencia de la GRSB, y de todas las mesas redondas, es la contribución para un balance de carbono positivo, que mitigue y a su vez secuestre CO2”, explicó Joyce Brandão.
“La tecnología nos puede ayudar a mejorar la sostenibilidad de la cadena de ganadería, especialmente en el cambio de la prácticas en campo. Solidaridad está aquí representada, especialmente por su trabajo en temas ambientales”, mencionó Petre, quien también señaló la importancia de la ganadería para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. “ Los ODS son ambiciosos pero alcanzables para la industria de la carne. Yo destacaría los ODS relacionados al clima y el ODS 17, sobre alianzas, como cruciales para el sector”.
Personal de Solidaridad Paraguay y grupos CREA que asistieron al evento, se explayaron durante uno de los cortes en el evento sobre el la calculadora que también están desarrollando con Imaflora en Paraguay.
Parte de la delegación del Paraguay. De izq a der.: Enrique Callizo de Grupos CREA, Marcelo Insaurranlde de Solidaridad, Alfred Fast, Presidente de la mesa de carne sostenible del Paraguay, Fernando Plate y Mauricio Britez, también de CREA.
La misma buscará establecer y medir cómo las buenas prácticas ganaderas en términos productivos (producción de carne por hectárea) y económicos, inciden en un mejor balance de carbono y ayudan a mitigar los efectos del cambio climático.
“Hay muchos análisis de emisiones, pero no hay análisis de captura de carbono, no se hacen balances. Si bien la producción pecuaria emite, también puede captar. Por eso hay que hacer un trabajo para comunicar positivamente cómo mejorar el balance”, completa Enrique Callizo, técnico de CREA.
INTEGRAR A LOS PEQUEÑOS PRODUCTORES
Otro de los retos que hoy enfrenta la cadena de valor de la carne vacuna, es encontrar incentivos para que los pequeños productores adopten prácticas ganaderas más sostenibles y así poder integrarlos en estrategias nacionales de mitigación ligadas a compromisos nacionales e internacionales.
“Es importante una producción de carne sostenible, que cuide del medio ambiente y de los productores, a través de inversiones e innovación agropecuaria. Necesitamos una acción orquestada contra los efectos del cambio climático, con mayor participación del sector privado. De esta forma, los beneficios serán mayores, inclusive a nivel económico”, mencionó Haroldo Machado, Asesor Especial para Desarrollo Sostenible del PNUD en Brasil.
Además de demostrar que es posible una ganadería sin desmonte del bosque, el proyecto en Novo Repartimento busca demostrar que este tipo de ganadería es rentable para el pequeño productor.
“Para lograr un resultado que realmente alinee la inclusión social, el desarrollo económico y la reducción de las emisiones de carbono, los pequeños agricultores necesitan acciones que fomenten su capacidad técnica y la difusión de buenas prácticas, para garantizar un aumento significativo de los ingresos y la viabilidad del ganado”, aseguró Joyce Brandão. “La mirada sobre la inclusión social en la cadena productiva, no puede ser soslayada”.
“Necesitamos pasar de casos exitosos aislados a casos de negocios que muestren los beneficios financieros, ambientales y de productividad que genera la ganadería sostenible”, resaltó también David Calderón, gerente del programa de ganadería sostenible de Solidaridad Colombia, quien presentó los avances de la mesa nacional de carne sostenible de su país en el evento.
Desde la creación de la GRSB, Solidaridad ha formado parte de distintas instancias de diálogo y mesas nacionales multiactor en Brasil, Paraguay, Argentina y Colombia, con la finalidad de consensuar criterios mínimos de sostenibilidad en el sector, adaptados a cada contexto.
En Colombia, Solidaridad lidera el grupo de mercados de la Mesa de Ganadería Sostenible que busca incentivos de mercado para que la carne vacuna sostenible sea comercializada y vendida. El mercado para este tipo de productos en Colombia es aún incipiente pero con un alto potencial de crecimiento.