El abuelo de Jordi, Mercedes Escoto, lleva 35 años cultivando en la comunidad María Cristina, El Rama, Nicaragua. Ahora junto a su nieto forman parte de red de apoyo dentro de la comunidad que les brinda acceso a información climática para atender mejor los cultivos.
Jordi y su abuelo Mercedes son un dúo muy dinámico que unen las prácticas científicas con las buenas prácticas en el campo y llevan una buena vida juntos.
“Un día vino el ingeniero y preguntó quién quería ayudar”
Jordi Amador Escoto tenía 13 años cuando llegó el Ingeniero Erick Leiva a la parcela de su abuelo Mercedes a solicitar autorización para colocar una estación meteorológica que alimentaría un sistema de análisis de datos climáticos para la zona, con el objetivo de apoyar a los productores en la toma de decisiones.
En 2018, Solidaridad creó un proyecto piloto para vincular a los pequeños productores de la comunidad María Cristina, para que un proveedor de servicio pudiera brindarles acceso a información climática de calidad, en tiempo real. Esta información climática además se combinó con datos fenológicos de los diferentes cultivos que captan algunos productores identificados por Solidaridad, para hacerla más aplicable y que le facilite al productor el análisis de cómo están incidiendo las diferentes condiciones climáticas en el comportamiento fisiológico del cultivo.
“Esta información se usa para una mejor toma de decisión en cuanto a las actividades que tienen que desarrollar en los cultivos y también se recomienda cuándo realizarlas según los datos. Además, pueden estar mejor preparados ante los efectos del cambio climático y las variaciones que se dan”, explica María Durán, Gerente de Programas para Solidaridad en Nicaragua.
Después de escuchar una breve explicación en la que solicitaron un voluntario para llevar el control de la estación, Jordi decidió ofrecerse. Esto fue hace poco más de dos años, y desde entonces, todos los días antes de ir a la escuela, Jordi revisa la estación meteorológica para verificar que esté mandando datos con los cuales se elabora el boletín agrometeorológico al que todos los productores de la zona consultan.
Solidaridad capacita a los pequeños productores en las comunidades cercanas a El Rama, Nicaragua para que puedan aprovechar de mejor manera la información agrometeorológica en sus parcelas.
“He aprendido a medir la lluvia; ahora sé que si la presión atmosférica baja de 1200 es porque va a llover. También sé que si los rayos ultravioleta pasan de 8 ya es malo salir de la casa porque se vuelve dañino para la piel. Ya puedo medir la dirección y velocidad de los vientos, la humedad, y conozco la influencia de las fases de la luna en el clima y el cultivo”, comenta Jordi.
“Tanto año trabajando en el campo y nunca había estado tan loco el clima”
Mercedes Escoto León, el abuelo de Jordi, llegó hace 35 años a la comunidad María Cristina. “Cuando empezamos a trabajar acá, no sabíamos lo que hacíamos; en poco tiempo la finca estaba destruída y tuvimos que empezar de cero. Fuimos aprendiendo a no quemar, a conservar el agua y los suelos y la importancia de restaurar con diversificación”.
Para Mercedes los tiempos han cambiado, pero siempre han habido retos. Al principio el reto era producir y sobrevivir, luego el reto era mantener cierto balance entre la producción y los sistemas naturales, pero ahora un clima impredecible y eventos meteorológicos extremos son unas de las principales amenazas que enfrenta día a día.
“En la finca tengo cacao agroforestal, árboles maderables, plantas medicinales, frutales y vegetales para consumo del hogar, y un poquito de ganadería. Me gustan mucho las variedades criollas [locales]. Puede pasar cualquier cosa en el mundo; pero aquí nunca falta la comida, la finca nos da para vivir”, dice Mercedes.
“Escucho en la televisión que va a llover fuera de temporada, pero ¿y yo qué hago?”
En la región, las únicas noticias del clima se reciben en canal 10, pero son de carácter general para el país. No proporcionan datos específicos para la zona ni dan recomendaciones para los cultivos.
Los boletines agrometeorológicos llegan a los celulares de los productores. A través de PDF para los que tienen Whatsapp y a través de mensaje de texto para los que tienen teléfonos más sencillos. Además de incluir datos climáticos y previsiones semanales, incluye una sección específica sobre el desarrollo de y estado de los cultivos predominantes de la zona, así como recomendaciones de manejo adaptadas al pronóstico semanal.
Portada del boletín agrometeorológico número 86 de cacao en El Rama, Nicaragua, correspondiente a los primeros diez días del mes de marzo.
La información permite que los productores comprendan y se preparen ante factores del clima que predisponen a un incremento en la incidencia de plagas o enfermedades.
“Yo ya estoy viejo, mis hijos se fueron para la ciudad y no quisieron la finca, pero Jordi está aquí”
Cuando preguntamos a Mercedes cuál cree que es el éxito de su parcela, dice: “Hay temas clave, las escuelas de campo, el sistema de cooperativas, las parcelas demostrativas, hay que compartir las experiencias. Siempre hay algo nuevo, mire esto de las estaciones, yo eso ya no pude hacerlo, pero mi nieto sí”.
Jordi se ha involucrado desde pequeño en la finca de su abuelo y ahora tiene grandes planes de seguirse capacitando para contribuir a la finca familiar en el futuro.
Jordi agrega: “A mi me gusta explicar lo que hago y lo que he aprendido. Desde niño he vivido con mi abuelo y conozco el campo. Ahora quiero aprender a injertar cacao, y después de la escuela me gustaría estudiar ingeniería agroforestal, para seguir trabajando en la finca”.
La historia de Jordi y su abuelo nos muestra que nadie es demasiado joven o demasiado viejo para comprender la fragilidad del ser humano y de sus medios de vida ante el clima. El acceso a la información es clave para que millones de pequeños productores agrícolas en todo el mundo puedan tomar mejores decisiones y adaptarse a los cambios en su entorno.