Actualmente los avances tecnológicos están transformando los procesos productivos, y a la vez se están produciendo cantidades inimaginables de datos, por lo que es de suma importancia que prestemos mayor atención a todo el potencial uso que podemos dar a la información que estamos generando.
En la agricultura estas tecnologías y la información generada pueden ser utilizadas para mitigar los desafíos a los que se enfrentan los productores agrícolas, tales como la variabilidad climática y las exigencias de los mercados, mientras que trabajan por tener negocios rentables y sostenibles a largo plazo.
Este entusiasmo por el uso de tecnologías debe estar respaldado por sistemas que agreguen un valor real para el negocio de los productores agrícolas, de forma que sus inversiones sean rentables y generen resultados que causen impacto social y ambiental. Las organizaciones y las empresas deben tener una estrategia clara de cómo los esfuerzos orientados a la captura de datos van a producir beneficios para todos los involucrados. Esto implica organizar e implementar políticas, procedimientos y normas para el uso eficaz de los activos de información (los datos).
Hay 8 componentes clave en una estrategia de datos:
- Visión de la gestión de datos
- Caso de negocio
- Principio y valores
- Misión y objetivos de la gestión de datos
- Definición de roles y organización de la gestión de datos
- Descripción de los componentes e iniciativas del programa de gestión de datos
- Hoja de ruta de implementación del proyecto
- Medidas de gestión del éxito de la gestión de datos
En el ámbito del desarrollo social, para que una estrategia de datos sea efectiva también debe considerar el lado humano, por lo que se debe analizar cómo podemos extraer más valor de los datos y de la información para impactar a las personas con las que trabajamos (productores agrícolas, trabajadores, comunidades, mujeres, jóvenes, etc).
Tener la capacidad de interpretar los datos, es decir, generar información relevante a partir del análisis de los mismos, requiere de una alta inversión de recursos, expertise, mucho trabajo y consistencia. También precisa de procesos cada vez más rápidos, más colaborativos y más transparentes. Esta importante inversión de recursos se sustenta en poder tomar decisiones inteligentes que ayuden al éxito del negocio y al impacto esperado.
Por ejemplo, registrar el uso de agroquímicos es crucial para garantizar la seguridad e inocuidad de los alimentos. Registrar parámetros climáticos, como la disponibilidad de agua, la temperatura de las hojas y el vigor de las plantas, permite saber cuándo activar el riego y mejorar la gestión del agua. Llevar registro de costos de producción, así cómo de las ventas realizadas, permite conocer sobre los egresos e ingresos de la finca y mejorar la toma de decisión del negocio. Documentar las prácticas implementadas así cómo los volúmenes de producción permite evaluar la eficacia de las prácticas y potenciales áreas de mejora.
En Solidaridad existen varios casos de éxito en donde mujeres productoras utilizan las herramientas digitales y la tecnología para construir cadenas de valor sostenibles e inclusivas. Estas les permiten tomar decisiones informadas para mejorar sus ingresos y aumentar su productividad de forma sostenible.
Como podemos ver los datos son indispensables para la eficiencia y sostenibilidad de la agricultura, de la cual como individuos todos dependemos. Sin embargo, existe una brecha en las capacidades para acceder y utilizar la información entre los distintos actores de las cadenas de valor. Hemos avanzado mucho en el uso de la tecnología para tomar mejores decisiones informadas en el sector agrícola, ahora, debemos de seguir trabajando para generar un ambiente de competencia inclusivo y transparente para todos.
Artículo publicado originalmente en LinkedIn por Patricia Gomez, Coordinadora Regional de Impacto & Calidad, Solidaridad en Latinoamérica.