Un buen café no aparece por arte de magia. Esa es la consigna de las Asociación de Cafés Especiales de América (SCAA), cuya sede se encuentra en California, Estados Unidos. Para alcanzar la excelencia se requiere trabajo, dedicación, conocimiento y autorreflexión, entre muchos otros elementos. Por esta razón, la asociación reúne al sector una vez al año para estimular la industria y promover el intercambio de experiencias exitosas.
Alrededor de 12.000 personas se dan cita para conocer las innovaciones en maquinaria, probar los cafés más exquisitos, generar oportunidades de negocio, acercarse a las últimas tendencias en la producción, hablar sobre problemáticas actuales –tan diversas como el género o la ciencia del sabor– y plantear alternativas para mejorar la cadena de producción.
Este año, siete miembros del equipo de Solidaridad –de Norteamérica, Suramérica y Holanda– asistieron al evento para dar a conocer los proyectos en los que la organización está trabajando, y estudiar oportunidades para la organización y sus aliados.
El punto crítico en la cadena de producción
La presencia de Solidaridad en la exposición tuvo especial relevancia debido a la charla que dio la organización, centrada en el punto más crítico de la cadena de producción: la mano de obra. Es un tema tan álgido y que causa tanto debate que las sillas del salón donde se realizó la presentación no dieron abasto y los asistentes estuvieron dispuestos a sentarse en el suelo para conocer los resultados del estudio que realizó Solidaridad, bajo la sombrilla de la Plataforma de Comercio Sostenible, sobre esta problemática en Colombia y Nicaragua.
Andrea Olivar, Country Manager de Solidaridad Colombia y Francisco Bustamante, gerente de proyectos de café, encabezaron el estudio que se realizó con el apoyo de la fundación Catholic Relief Services y Expocafé. Muchos de los resultados fueron sorpresivos e inesperados. Se dio a conocer que hay una gran falta de mano de obra y capacitación, que hay una gran cantidad de trabajo informal, que los jóvenes no están interesados en dedicarse al campo y que los salarios son bajos, entre otras cosas. Todos estos factores hablan de una crisis social en la base de la cadena productiva, esa base que es la esencia de una industria sólida y poderosa.
“Es importante conocer la situación del trabajador –explica Olivar–. Sabemos cómo es la estructura en la cadena de producción del café pero este es el punto que más se desconoce y en el que más medidas se deben tomar para mejorar la situación del recolector. Incluso para mí fue sorpresivo ser consciente de que en realidad no sabemos todas las problemáticas de fondo que deben enfrentar los recolectores”.
Los asistentes escucharon atentos y al final hubo una extensa sesión de preguntas que demostró el interés que despierta la problemática. Entre el público se encontraban importantes empresas y certificadoras del sector que a su vez hacen parte del consejo de sostenibilidad como UTZ, Fair Trade USA, Green Mountain, Farmer Brothers entre otros. La charla puso en evidencia que hay mucho camino por recorrer y planteó posibles medidas para tener en cuenta como: afrontar el reto de implementar leyes que protejan la calidad de vida del recolector, entender el costo real del café y replantear el modelo de recolección cuando hay escasez de mano de obra.
El estudio completo se publicará próximamente en nuestra página web y servirá para desarrollar futuros pilotos que permitan mejorar las condiciones en las que viven los jornaleros.