Con el apoyo del Land Innovation Fund, se llevó a cabo un encuentro virtual intercambiar las experiencias y sopesar qué temas en común son prioritarios para una agenda trinacional, que trate e a conservación del Gran Chaco desde la producción.
Asistieron a la misma cerca de 40 representantes del sector productivo, la industria, el Estado y la sociedad civil que integran tres mesas de diálogo en el departamento de Santa Cruz, Bolivia, la provincia de Salta, Argentina, y el Chaco paraguayo.
El mayor resultado en este sentido, según lo manifestado en el encuentro, ha sido la confianza alcanzada. El reconocerse como actores con un interés común y una visión unificada, en donde las soluciones consensuadas han involucrado a todos y benefician a al conjunto.
Acompañar la aplicación de la legislación desde la perspectiva del usuario
Una de las metas de las mesas es evitar errores del pasado, y que autoridades y productores se enfrenten ante la dificultad para cumplir con la normativa referente a la planificación territorial en campo. Para esto, se priorizó el desarrollo de soluciones prácticas que tomaran en cuenta el punto de vista de los productores como usuarios de la Ley. Como resultado, se entregaron al Estado productos que simplifican trámites, acortan los tiempos de resolución, suman transparencia a los procesos, y vuelven más amigables a las plataformas públicas.
En Bolivia, por ejemplo, se realizaron mejoras técnicas en el sistema de monitoreo satelital público. Esto ha acelerado la capacidad de detección de eventos de desmonte ilegal y fuegos no autorizados.
En la provincia de Salta, se está adaptando el sistema de monitoreo satelital ligado a la Ley de Bosques, VISOR, para responder a las necesidades de los actores de la industria que buscan abastecerse de productores que tengan sus planes de uso del suelo en regla.
¿Cuál es la lección aprendida? Priorizar y plantear metas alcanzables para generar compromisos.
El próximo paso para profundizar la cooperación con actores públicos, sería trabajar en marcos normativos positivos, donde el Estado ofrezca incentivos para quienes hacen bien las cosas, por ejemplo, desde una tributación diferenciada. También crear o fortalecer los centros de investigación aplicada del Estado con financiación, para que generen paquetes técnicos alineados a la Ley y formen agentes que acompañen su aplicación a nivel de finca.
Probar y comunicar cómo conservar desde la producción
Ligado a lo dicho anteriormente, el mensaje de las mesas a los productores del Chaco es claro: No se busca prohibir ni amedrentar la producción. Lo que se busca es optimizar y armonizar. Porque hay formas de producir conservando bosques que son más eficientes y rentables que convertir nuevas áreas.
El rol de las mesas, en este sentido, es identificar las mejores formas de producir en el Chaco. Realizar pruebas, aportar sustento científico y modelos de negocios, vincularse a centros de investigación, transferir tecnologías y formar recursos humanos. Además, tienen la importante tarea de comunicar una agenda de conservación efectiva, donde la conservación está integrada a la actividad productiva.
En Argentina, este trabajo pasa por comprobar y difundir modelos de ganadería bajo monte en zonas amarillas. En Paraguay, pasa por la integración agrícola-ganadera. La ganadería extensiva tiende a degradar pasturas por el sobre pastoreo. Estas áreas se vuelven improductivas, pierden la capacidad de secuestrar carbono en el suelo, y llevan a abrir nuevas áreas. La mesa en Paraguay ya ha verificado que convertir estas áreas degradadas a tierras de cultivo requiere de una inversión menor que convertir bosques en nuevas áreas de pasturas, y actualmente trabaja en la viabilidad técnica de introducir soja y otras especies de granos en rotación.
El próximo paso para profundizar la cooperación con actores públicos, sería trabajar en marcos normativos positivos, donde el Estado ofrezca incentivos para quienes hacen bien las cosas, por ejemplo, desde una tributación diferenciada. También crear o fortalecer los centros de investigación aplicada del Estado con financiación, para que generen paquetes técnicos alineados a la Ley y formen agentes que acompañen su aplicación a nivel de finca.
Una producción sostenible debe ser inclusiva
Finalmente, una parte estructural de construir una visión común, con respeto por la cohesión social, es sumar a todas las comunidades que integran el Gran Chaco y pensar cómo mejorar su la calidad de vida. Para esto un paso esencial a futuro es incluir a comunidades originarias y menonitas que aún no participen de las mesas. Del mismo modo, ha de trabajarse la inclusión de género.
En este sentido, dos de las mesas ya avanzaron en diagnósticos de género para visibilizar el aporte de la mujer en las cadenas productivas de la región, y recoger sus expectativas.
El siguiente paso sería usar los resultados de estos diagnósticos para construir una agenda de incidencia que apunte a las brechas para su participación, y medir su aporte en el campo productivo y ambiental.
Para esto, la perspectiva de género debe ser transversal a las agendas. Pero no solo a las agendas. Los presupuestos deben ser sensibles a género, hay que capacitar a las instituciones financieras para que incorporen una perspectiva de género. Y fundamentalmente hay que promover los liderazgos femeninos en las instituciones con las que las mesas trabajan.
Como conclusión general del evento, los actores mencionaron la necesidad de sumar más actores, profundizar la cooperación con instituciones estatales y vincularse a otras plataformas, para tener más legitimidad.
Sobre Land Innovation Fund
El Land Innovation Fund for Sustainable Livelihoods (LIF) es un fondo de US$30 millones, financiado por Cargill y administrado por Chemonics International, cuyo propósito es contribuir a que la cadena de suministro de la soja esté libre de deforestación. Para esto, busca acelerar el desarrollo y la implementación de opciones de producción innovadoras y económicamente viables como alternativa a la conversión de áreas de alto valor de conservación en los biomas de la Amazonia, el Cerrado y el Gran Chaco.