Un informe de Solidaridad para la Plataforma de Comercio Sostenible destaca un crecimiento al 67,3% del café producido como sostenible. Las ventas de este tipo de café han sido dinamizadas principalmente por los estándares privados. Aún hay, sin embargo, una brecha entre lo producido y vendido como sostenible que llega, este último, al 28%. Colombia es el país que más avances muestra en la materia. Un reto para escalar la producción a un mayor número de caficultores es enfrentar la concentración de recursos y sellos en manos de pocos.
Colombia cuenta en la actualidad con un 67,3% de producción de café certificado o que cumple algún estándar de sostenibilidad (por sus prácticas ambientales y/o sociales), equivalente a más de 14 millones de sacos anuales. Esta producción ha aumentado gracias, especialmente, a la implementación de Estándares Voluntarios de Sostenibilidad (EVS).
Estos datos están contenidos en el más reciente reporte pblicado por Solidaridad, como miembro de la Plataforma de Comercio Sostenible, que muestra las cifras más actuales de la producción y venta de cafés sostenibles en Colombia y formula recomendaciones para continuar avanzando en la sostenibilidad de la cadena de suministro del café.
Colombia es uno de los países líderes en el mundo en la oferta de volúmenes e iniciativas sostenibles, avances conseguidos gracias al compromiso de toda la industria.
“A pesar del gran esfuerzo realizado, el sector continúa trabajando en las fincas que tienen mejor desempeño, lo que ha llevado a la concentración de recursos y de sellos en una minoría de productores”, asegura Carlos Isaza, coordinador del programa de café de Solidaridad en Colombia.
El traslape entre los distintos programas de sostenibilidad y la multicertificación continúan afirmándose como tendencia en el sector y es uno de los retos para escalar la producción sostenible.
Asimismo, entre 2014 y 2017, la venta de café certificado o verificado como sostenible pasó de un 19% a un 28%, respectivamente. Si bien hubo un aumento importante, existe aún una brecha entre lo producido. Cerrar esta brecha es una oportunidad para que los productores vean materializadas en ventas y en retornos económicos los esfuerzos por la sostenibilidad.
Las empresas, actores claves en crecimiento de ventas sostenibles
Las ventas de cafés sostenibles han sido dinamizadas principalmente por la aplicación de estándares privados. Entre los estándares implementados por empresas como Starbucks y Nespresso se llega a un 40% del volumen de ventas.
Muchas empresas optan por diseñar sus propios estándares y ofrecer acompañamiento técnico a los productores para lograr el cumplimiento. “Estos mecanismos impulsados por la empresa privada tienen el atractivo y la ventaja de convertirse en alianzas de suministro a largo plazo con relaciones estrechas clientes-proveedores”, asegura el informe.
Sostenibilidad como estrategia de un negocio más resiliente
Con un entorno internacional de crisis en los precios del café, la incorporación de estándares de sostenibilidad no puede estar amarrada a los ingresos o retornos sino complementarse con otros mecanismos que permitan a los productores ver a la sostenibilidad como la mejor vía para aumentar la productividad y los ingresos.
“Aplicar las buenas prácticas agrícolas como una estrategia de negocio que mejora la resiliencia y el desempeño productivo en el largo plazo, es una estrategia que permite no retroceder en lo que hemos ganado en sostenibilidad”, agregó Isaza. “Las inversiones en sostenibilidad deben realizarse desde un enfoque de costo-beneficio para el productor, más que desde un enfoque de cumplimiento de estándares”.
Oportunidades para Colombia
Además del mecanismo de Estándares Voluntarios de Sostenibilidad que seguirá dinamizando la producción sostenible en Colombia, surgen otras oportunidades que pueden ser implementadas por la industria para escalar la producción sostenible.
Entre estas oportunidades está la priorización de tres prácticas que ampliarían el impacto de las inversiones: manejo y conservación de suelos, mejoramiento de la viabilidad financiera de la caficultura familiar y mejores condiciones laborales para los agricultores.
Asimismo, es importante contar con un buen mecanismo de precios y gastos que permita internalizar costos sociales y ambientales, reforzado con inversiones en proyectos específicos y acompañamiento técnico personalizado e innovador.
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