Así de fácil es vincularse al programa Asómbrate

Bajo la sombra de cedros, naunos, jobos, algodoncillos y abarcos, Ferney Guaitero, recorre junto a técnicos de Solidaridad el cultivo de cacao de su familia en la finca Alto Sano, en El Carmen de Chucurí, en Santander. Dice que la finca, con 2,5 hectáreas sembradas de cacao en el corazón de la Serranía de los Yariguíes, es la herencia más bonita que le dejó su papá. Hijo de don Gilberto y doña Beatriz, Ferney, conocido en las redes sociales como Ferguaitero, pertenece a una familia de tradición cacaocultora en una de las regiones del país con mayor vocación por este producto.

Vincularse a Asómbrate es «como el que peluquea calvos, rapidito»

“Somos cacaocultores de toda la vida, desde que tenemos uso de razón. Mi papá, que ya no está, también nos enseñó todo lo que sabemos hoy en día, desde la parte técnica hasta la parte autóctona”, cuenta este productor de cacao que comparte contenidos sobre la cultura del campo con miles de seguidores en las redes sociales. Ferney es uno de los cerca de 25.000 productores de cacao y de café que se han unido al programa Asómbrate en el país. Dice que la diligencia para vincularse al programa Asómbrate “fue muy fácil. Como el que peluquea calvos, rapidito”.

El programa Asómbrate es una iniciativa privada del banco Rabobank, contra el cambio climático, a través de su plataforma Acorn. Esta estrategia apoya a los pequeños productores para acceder al mercado internacional voluntario de carbono, donde cada vez más empresas pagan por las acciones de diversas entidades para compensar sus emisiones de CO2. El programa, que tiene a Microsoft como aliado tecnológico, entrega incentivos a los productores por implementar sistemas agroforestales en sus fincas, con árboles de sombrío que benefician su producción y capturan toneladas de carbono de la atmósfera cada año.

No hay trucos, ni falsas promesas en el programa. Asómbrate es una oportunidad para pequeños productores de café y cacao de recibir ingresos extra por la captura de dióxido de carbono del aire, que realizan los árboles en sus fincas. Los mercados de carbono existen porque muchas empresas tienen el compromiso de compensar su huella de carbono, ya que no siempre tienen la manera de hacerlo, por lo que están dispuestos a pagar a quienes tienen en sus manos la posibilidad de capturar carbono. Al final es un pago justo por una gran contribución. Un negocio real y una estrategia contra el cambio climático.

“Queremos que sigan siendo cacaocultores, que tecnifiquen, que produzcan cacao fino y de aroma, que se pueda convertir en los mejores chocolates del mundo. Pero también que obtengan un ingreso adicional a través de la venta de bonos de carbono”, explica Juan Fernando Gutiérrez, gerente del programa Cacao y Carbono, de Solidaridad, organización que tiene a su cargo la ejecución de Asómbrate. “Asómbrate reconoce eso que antes no se reconocía. Tenemos la tecnología satelital para poder hacer mediciones anuales y decir cuánto carbono está capturando un productor. Los bonos de carbono se pueden convertir en un ingreso adicional”.

“Los abarcos tienen una ventaja: son una sombra muy alta. Eso nos colabora, porque necesitamos que la luz entre, pero el rayo del sol como tal no entre tanto que nos afecte”, dice Ferguaitero.

Los requisitos para vincularse a Asómbrate

Los productores que quieran vincularse a Asómbrate deben tener entre 0,5 y 10 hectáreas cultivadas de cacao o café en sistema agroforestal, demostrar la propiedad legal de la tierra y no participar de otro esquema de venta de bonos de carbono. El primer paso es agendar una visita técnica y contestar la encuesta del programa. En la visita, el personal técnico en territorio de Solidaridad recorre el predio para realizar una georreferenciación satelital. Al final del proceso, basta con firmar los documentos para hacer parte de Asómbrate, la mejor oferta en mercados de carbono. Cerca de 25.000 productores que hacen parte del programa han removido hasta el momento más de 36.800 toneladas de CO2 de la atmósfera. En 2023, Asómbrate entregó incentivos económicos por un valor total de 550.000 euros, lo que equivale a más de 2.300 millones de pesos.