No es posible trabajar por la sostenibilidad, sin atender situaciones que perpetúan la injusticia social y climática. El enfoque de inclusión social y de género, y las metodologías transformadoras en género, nos presentan una posibilidad para iniciar un trabajo deliberado hacia el desarrollo sostenible tan deseado.
Lucía Hidalgo, especialista en inclusión social
No es posible trabajar por la sostenibilidad, sin atender situaciones que perpetúan la injusticia social y climática. El enfoque de inclusión social y de género, y las metodologías transformadoras en género, nos presentan una posibilidad para iniciar un trabajo deliberado hacia el desarrollo sostenible tan deseado.
Lucía Hidalgo, especialista en inclusión social
Contribuir con la transición de nuestras economías al desarrollo sostenible, implica necesariamente construir sistemas que promuevan sociedades más justas y equitativas. Sociedades que valoren el rol y aporte al bienestar de cada uno de los miembros que la componen; sociedades que individualicen y pluralicen las necesidades, desafíos y expectativas de sus individuos y colectivos; sociedades que reconozcan la igualdad de oportunidades como un factor clave para la prosperidad; sociedades en donde haya espacios seguros para el crecimiento y desarrollo individual y comunitario.
En Solidaridad trabajamos apoyando la transición de cadenas de valor agropecuarias y de minería artesanal y de pequeña escala hacia la sostenibilidad, abordando de forma intencionada las problemáticas relacionadas a la injusticia climática y social que limitan el desarrollo sostenible de estas cadenas, y que afectan de forma exacerbada a niñas, mujeres y otros grupos tradicionalmente marginalizados, especialmente en zonas rurales.
En América Latina, 58 millones de mujeres viven en el campo. Sin embargo, solamente el 30% de ellas poseen tierras y apenas el 5% tienen acceso a asistencia técnica. Adicionalmente, estos grupos suelen tener un limitado control y acceso a los recursos familiares y comunitarios, causados entre otras cosas por una mayor carga de trabajo doméstico, limitaciones culturales, etc. Es por ello que entender las normas y dinámicas culturales y sociales de cada contexto para promover sistemas más justos y equitativos, es indispensable.
Para lograr lo anterior, como organización hemos aprendido sobre la importancia de abordar la equidad e inclusión como valores que deben ser trabajados desde una perspectiva familiar, en donde se generen consensos sobre los beneficios que trae consigo la equidad e igualdad a partir de la reflexión y propia identificación de los miembros de la familia, y no desde la confrontación.
Desde el año 2020 en la oficina de Perú de Solidaridad venimos implementando la metodología Sistema de Acción y Aprendizaje en Género, o GALS por sus siglas en inglés, desarrollada por el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola con el fin de promover cambios de comportamiento en los hogares y comunidades en general, y así abordar las causas de la inequidad.
GALS busca generar procesos de reflexión entre los participantes sobre cómo las desigualdades y la inequidad limitan el desarrollo de su visión personal, familiar y comunitaria. GALS es una metodología flexible y divertida que se aplica con todos los miembros de la familia, en donde su principal regla es “sólo dibujar», lo cual invita a cualquier persona, sin importar su nivel educativo, a participar.
GALS usa tres herramientas: El Plan de Vida, El Árbol de Equidad de Género y El Mapa de Empoderamiento y Liderazgo.
El Plan de Vida busca que los participantes respondan a la pregunta: ¿hacia dónde queremos llegar como familia? El Plan de Vida es una herramienta que ayuda a fijarse metas como familia en el corto, mediano y largo plazo para que puedan organizarse mejor en casa y evaluar qué necesitan hacer para alcanzar su “futuro feliz”.
El Árbol de Equidad de Género busca que los participantes identifiquen cómo toman las decisiones sobre el hogar y la finca. Con ella se espera que identifiquen qué roles y responsabilidades tiene cada miembro de la familia dentro del hogar y de la finca, con la expectativa que eso les permita balancear mejor las actividades y asegurar que todos están contribuyendo con su bienestar.
Finalmente, el Mapa de Empoderamiento busca que los participantes respondan: ¿Qué impacto generamos en nuestras relaciones con nuestra familia y la comunidad? Esta herramienta busca que analicen sus redes de apoyo, así como las relaciones de poder de y entre cada persona, y promover un mayor involucramiento y nivel de satisfacción con el tipo de relaciones que tienen con los diversos actores con los que interactúan.
Los cambios que hemos observado liderando y acompañando la implementación de esta metodología han sido inspiradores. Desde cambios en la percepción de los participantes frente a qué implicancias tiene la igualdad y equidad en sus vidas, cambios de conducta entre los propios miembros de las familias, hasta la generación de compromisos entre y por la visión conjunta de lo que para ellos significa prosperidad en sus vidas, relaciones y comunidad.
Capitalizando en los aprendizajes de haber implementado GALS en proyectos con pequeños productores de café en San Martín y de banano orgánico en Piura, usaremos esta misma metodología transformadora con familias productoras de palma en Ucayali, Perú en el marco del programa #AmazoníaConnect, una iniciativa de USAID , Solidaridad, Earth Innovation Institute , National Wildlife Federation , y la Universidad de Wisconsin-Madison; que está siendo implementada desde el año pasado en Brasil, Colombia y Perú en 3 cadenas productivas.