“A los consumidores les interesan los productos sostenibles cuando se los van a comer, pero cuando se trata de flores sostenibles no les dan tanta importancia”, explicó Kasper Kerver, investigador de ProFound. “En cambio, para los mayoristas sí es relevante –continuó–. Ellos quieren evitar escándalos que perjudiquen su reputación, así que prefieren asegurarse de que las flores que venden tienen los certificados que confirman que son sostenibles”.
Estos y muchos otros hallazgos fueron revelados el pasado 24 de febrero. Kerver viajó desde Holanda a Bogotá para dar a conocer los principales resultados de su estudio a las empresas del sector. Así mismo, presentó recomendaciones útiles a la hora de exportar flores sostenibles a Europa y de abrirse campo en este mercado.
El estudio se desarrolló durante 2015, comisionado por la Plataforma de Comercio Sostenible, en asocio con Asocolflores y Florverde Sustainable Flowers. Fue una nueva iniciativa para incentivar la producción de flores sostenibles, luego de que en 2012 los actores estratégicos de la cadena de flores de Colombia se comprometieran a trabajar de manera conjunta y coordinada, mediante una plataforma nacional, para buscar la sostenibilidad del sector. En estos cuatro años se han sumado esfuerzos para guiar y acompañar a los productores de flores en el proceso de certificarse con el sello Florverde.
En esta ocasión, la Plataforma de Comercio Sostenible acudió a las consultoras holandesas Profound y Proverde, expertas en el mercado floricultor europeo y en el análisis de oportunidades para emprendedores en países de desarrollo, especialmente para aquellos interesados en cadenas de suministro sostenibles. Proverde, en cabeza de Milco Rikken, realizó el primer estudio de flores sostenibles en el mundo; ahora Profound, bajo el liderazgo de Kasper Kerver, ha realizado este nuevo estudio para Colombia, centrado en analizar el potencial para las flores certificadas en Reino Unido, Alemania y los países escandinavos.
Al evento en el que se dieron a conocer los resultados del estudio asistieron 17 empresas del sector –algunas nos acompañaron por videoconferencia desde Medellín–, quienes se mostraron muy interesadas en el tema. La ronda de preguntas se prolongó más de lo esperado en el proceso de entender cuáles son las oportunidades y las amenazas para las flores colombianas en el mercado Europeo.
Durante su presentación, Kerver fue realista y aclaró que el consumidor aún no piensa en la posibilidad de pagar más por un ramo de flores certificadas, a pesar de que esté a favor de la producción sostenible; sin embargo, enfatizó en que los mayoristas sí ven la certificación como una prioridad y para muchos de ellos tener los sellos correspondientes es casi un requisito. Teniendo esto en cuenta, el investigador recomienda trabajar de la mano con los mayoristas, hacer relaciones públicas y dejarles clara la relación entre Florverde y GLOBALG.A.P., ya que este esquema de certificación es mucho más reconocido en el mercado europeo.
Por su parte, Andrea Olivar –cabeza de la Plataforma de Comercio Sostenible– invitó a las empresas a reflexionar sobre lo que se puede aprender de países como Kenia o Etiopía, grandes productores y exportadores de flores en Europa, sin olvidar que ellos también tienen mucho que aprender de nuestra amplia experiencia en Estados Unidos, a donde se exporta el 75% de las flores colombianas.
Para terminar, Olivar agregó:
“Además de este estudio, también hemos venido trabajando con una herramienta que llamamos Rural Horizons. Es un instrumento que desarrolla Solidaridad para que los productores autoevalúen sus prácticas de producción teniendo como punto de referencia un estándar de sostenibilidad, que en este caso es Florverde. Tal vez ustedes puedan hacer parte de nuestra prueba piloto, para que sigan trabajando en el mejoramiento continuo de sus prácticas sostenibles. Incluso quienes ya están certificados, pueden seguir progresando a partir de unos pilares económicos, sociales y ambientales”.
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