Colombia, Ganadería, Publicación

Análisis de género y del empalme generacional en el sector ganadero de Caquetá 2022 – 2023

Reporte elaborado en el año 2022 – 2023 en el departamento del Caquetá, Colombia.

Estudio desarrollado como parte de Amazonía Connect, una iniciativa conjunta de USAID, Solidaridad, Earth Innovation Institute, National Wildlife Federation y la Universidad de Wisconsin-Madison.

El reporte fue posible gracias al apoyo del pueblo de los Estados Unidos de América a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). El contenido de este reporte es responsabilidad de los autores y no refleja necesariamente los puntos de vista o posiciones de la Agencia de los Estados Unidospara el Desarrollo Internacional o del Gobierno de los Estados Unidos.

El estudio es el resultado de la sistematización y del análisis de los diálogos sostenidos con mujeres y hombres, adultos y jóvenes, de la zona ganadera del Caquetá sobre su forma de entender las relaciones de género y el modo en que las viven. Este ejercicio permitió identificar tendencias generales sobre las relaciones de género y las principales barreras y necesidades que enfrentan jóvenes y mujeres para integrarse en la cadena productiva de la ganadería de leche.

Este estudio se centró en la situación de las mujeres y de los jóvenes en fincas ganaderas familiares, caracterizadas por las siguientes condiciones: son familias propietarias de los predios, la gestión de la unidad productiva está a cargo de las mismas familias y la mano de obra es predominantemente familiar. Las familias que participaron en el estudio son productoras de hasta 300 litros diarios de leche, según la tipología de productores de Nestlé.

HALLAZGOS

  • Distribución de responsabilidades en la producción lechera: Las responsabilidades relacionadas con la producción lechera recaen principalmente en los hombres adultos, aunque también participan otros integrantes de las familias, como las mujeres y los hijos, en calidad de mano de obra auxiliar.
  • Tareas específicas por género: Hay tareas que se consideran propiamente masculinas, como la construcción de cercos y la fumigación de los pastos. Por otro lado, algunas tareas son de realización casi exclusiva de las mujeres, como preparar los alimentos y lavar la ropa.
  • Reconocimiento insuficiente del papel de las mujeres: Las mujeres contribuyen en gran medida a la producción lechera y cárnica, pero su papel en la producción no es suficientemente reconocido. Aunque han ganado espacio en la toma de decisiones, aún tienen un papel secundario en la esfera productiva.
  • Carga laboral de las mujeres: Las mujeres rurales de Caquetá hoy en día desempeñan varias tareas que antes estaban reservadas solo a los hombres, lo que ha aumentado su carga laboral. Además, mientras se han involucrado más en el ámbito productivo, los roles en el espacio doméstico continúan casi intactos, aumentando así su responsabilidad total.
  • Barreras y desafíos específicos para las mujeres: Aunque hay una tendencia a la feminización de la ganadería y algunas mujeres han ganado independencia económica, enfrentan barreras específicas como la falta de conocimiento técnico, tiempo para aplicar esos conocimientos y capacidad de toma de decisiones en el ámbito productivo. Además, la posesión legal de los recursos productivos tiende a estar en manos de los hombres.

RECOMENDACIONES

  • A partir de los resultados de este estudio, diversas acciones pueden contribuir a mejorar las condiciones de las mujeres y de la juventud cafetera en una zona que ha sido históricamente marginada.Estas posibles acciones son:
  • Hacer visible el papel de las mujeres y su importante contribución a la economía cafetera y a sus comunidades, transformando la idea de que el lugar de las mujeres es mantener la vivienda, cuidar a otros y proveerles alimentos. La misma experiencia de las familias muestra que las
    mujeres se desenvuelven con bastante frecuencia y a la par que los hombres en el trabajo productivo. Trabajar a nivel familiar y comunitario para derrumbar este tipo de sesgos de género es esencial para mejorar las oportunidades de las mujeres cafeteras del Caquetá.
  • Capacitar a los equipos técnicos para que avancen hacia una asistencia técnica inclusiva desde un enfoque familiar, que permita reconocer los aportes diferenciales que todos los integrantes realizan en el cultivo. Esta es una línea de acción en la que Solidaridad viene trabajando con éxito en otras zonas cafeteras del país.• Brindar oportunidades a la juventud cafetera de esta zona para que adquieran conocimientos técnicos y apoyo en recursos como créditos en condiciones especiales para que logren así ver en la actividad cafetera una opción de vida viable y digna. Pero además de un impulso externo, los jóvenes requieren mejorar aspectos relacionados con su autoestima, creer en sus propias capacidades y proyectarlas hacia una visión de empresa cafetera. LaEscuela de Jóvenes Emprendedores liderada desde Solidaridad puede ser una ruta interesante de replicar en esta zona.
  • Las mujeres dedican más horas de trabajo no remunerado en comparación a los hombres y disponen de menos tiempo para sí mismas. Los datos arrojados por este estudio sugieren que los hombres tienen una vida social más rica y mayores oportunidades de esparcimiento por fuera del hogar.

CONCLUSIONES

Las mujeres dedican más horas de trabajo no remunerado en comparación a los hombres y disponen de menos tiempo para sí mismas. Los datos arrojados por este estudio sugieren que los hombres tienen una vida social más rica y mayores oportunidades de esparcimiento por fuera del hogar.

Los hallazgos a partir del trabajo con las familias son corroborados por las personas dedicadas a la asistencia técnica en el territorio. En su opinión, las mujeres siguen teniendo un papel subordinado en la ganadería, a pesar de su enorme contribución a este sector productivo.

La tierra, la vivienda y el hato ganadero se consideran un capital compartido; en principio, todos los miembros del hogar son poseedores de dicho capital. Sin embargo, la posesión legal de estos recursos productivos suele estar en manos de los hombres. En general, los elementos de mayor valor –la tierra, el ganado, la moto– tienden a ser legalmente (en los documentos) propiedad masculina, mientras que las propiedades de las mujeres son principalmente aves de corral como gallinas y pollos, utensilios de cocina, entre otros, de los cuales pueden disponer con libertad.

Como se mencionó antes, hay casos de mayor independencia económica y de toma de decisiones por parte de las mujeres. Si bien los hogares rurales de pequeña producción tienen en general recursos limitados, las mujeres de estos hogares tienen mayores privaciones, en el sentido de una menor autonomía económica y de menor disponibilidad de tiempo para el ocio.

Algunas mujeres han tomado un papel más activo en la administración y toma de decisiones sobre las propiedades familiares y sobre la ganadería. Algunas ganaderas son más independientes, tienen su propia lechería y tienen autonomía económica. Estos casos son poco frecuentes, pero ha habido un avance en este sentido.

Aunque hay una leve tendencia a la feminización de la ganadería, en el sentido de que las mujeres se involucran hoy más que antes en la producción, ellas enfrentan barreras específicas, como la falta de conocimiento técnico, el tiempo necesario para dedicar a la aplicación de conocimientos y la capacidad de toma de decisiones en el ámbito productivo.

Existe mayor igualdad en la participación en el ámbito comunitario. Sin embargo, la participación de las mujeres suele estar más asociada a las tareas que comúnmente hacen en el hogar, como ocuparse de la preparación de los alimentos y la limpieza, mientras los hombres trabajan en la reparación de vías y otras obras para el bien colectivo. Nuevamente, esta labor masculina es más valorada, más visible que la labor femenina, que consiste en dar sustento a la mano de obra y hacer posible el trabajo.

En instancias formales de participación, se observa que, aunque algunas mujeres se destacan como líderes, los cargos más visibles son ocupados por hombres. Lo mismo ocurre a nivel regional y nacional en los gremios ganaderos. Las mujeres tienen menos opciones de ejercer una ciudadanía activa mediante la participación en asuntos públicos, debido en parte a los estereotipos de género vigentes y a las prácticas de género, pues son ellas quienes prioritariamente tienen que hacerse responsables de los quehaceres del hogar y comúnmente no tienen quien las reemplace.

Claudia Cardona

Coordinadora de Proyectos

Colombia

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