Solidaridad está participando en la reunión anual de la Mesa Redonda para la Soja Responsable (RTRS) en los Países Bajos. En esta columna, nuestro experto en soja, Alex Ehrenhaus, comparte algunas fallas comunes que se deben evitar al desarrollar soluciones para mercados de soja sin deforestación.
1. EL TRABAJO A NIVEL DE FINCA POR SÍ SOLO NO LLEVA A LA CONSERVACIÓN FORESTAL
Solidaridad lleva más de 10 años trabajando en la construcción de cadenas de suministro de soja responsables. Habiendo trabajado con todo tipo de productores, una de las principales lecciones aprendidas para impulsar la adopción de buenas prácticas agrícolas y cumplir con diferentes regulaciones forestales, es que el manejo responsable en finca necesita y debe complementarse con esfuerzos similares en todos los niveles: jurisdicción, país, mercado, etc.
De hecho, la falta de cumplimiento legal puede explicarse por varios factores combinados: insuficiente capacidad de control, criterios contradictorios en el ordenamiento territorial, falta de servicios necesarios para poder cumplir con la ley (como, por ejemplo, empresas que retiren envases vacíos) y falta de incentivos de mercado para lograr un cambio de mentalidad de negocio, por nombrar solo algunos.
Por ejemplo, durante muchos años trabajamos en Bolivia con la asociación de productores de oleaginosas ANAPO para que mejoraran sus prácticas en las fincas. Pero hay desafíos que afectan a las fincas que no pueden resolverse en campo. Por ello, la asociación se unió a la mesa de diálogo público-privado que facilitamos desde 2017 para que la legislación sobre el uso de la tierra sea más rápida y fácil de cumplir.
Otro de los objetivos establecidos en esta mesa redonda nacional son mejorar la rendición de cuentas del sector público, volverlo más eficiente, proactivo y transparente utilizando datos que agreguen credibilidad al funcionamiento de las agencias de monitoreo del uso de la tierra. Asimismo, también crear una legislación ambiental específica para el sector agrícola, ya que la actual fue adaptada desde el sector industrial.
2. LA INCIDENCIA, ADEMÁS DE ABRIR NUEVOS CAMINOS, DEBE TAMBIÉN MEJORAR LAS AVENIDAS EXISTENTES
La mayoría de las veces, cuando abordamos la soja como un impulsor de la deforestación, pensamos: «La ley no funciona, aboguemos por una nueva». ¿Pero es este siempre el mejor enfoque?
Muchas de las leyes forestales existentes en Sudamérica son buenas en su formulación y muy completas. Sin embargo, como se ve en el ejemplo boliviano, gran parte del uso de la tierra se realiza sin permisos legales, aunque existe un marco legal para la planificación del uso de la tierra que es lógico.
Continuando con la metáfora automovilística, el principal desafío es que la ley nacional actúa como una carretera que se divide en diferentes carreteras secundarias, provinciales y municipales, abarcando áreas tan grandes como Europa en su implementación. Estos caminos secundarios tienen niveles muy diferentes de mantenimiento y vigilancia, y el vehículo de implementación generalmente enfrenta grava, deslizamientos de tierra y grandes atascos de tráfico en el camino.
Parte del trabajo de cabildeo implica pavimentar estos caminos laterales para implementar la ley en sus distintos niveles jurisdiccionales de manera más efectiva, mediante la construcción de un entorno cultural adecuado para el cambio, mayor capacidad institucional de los organismos de implementación, y mayor articulación entre ellos.
En algunos países, el uso de la tierra en una misma área o paisaje difiere de una frontera jurisdiccional a otra, por lo que por un lado se permite cultivar soja mientras que en el otro no. Necesitamos ayudar a articular a las diferentes agencias gubernamentales involucradas en la aplicación de la ley para que su cumplimiento sea más efectivo, especialmente a la hora de detectar cambios en el uso de la tierra.
3. UNA MISMA SOLUCIÓN NO FUNCIONA PARA TODOS AL HABLAR SOBRE EL CONTROL DE DEFORESTACIÓN
Las diferencias locales merecen una seria atención. Nuestro trabajo de incidencia debe comenzar con una comprensión de las limitaciones y los desafíos que enfrenta cada país y sus jurisdicciones.
Esto también aplica a la búsqueda de consenso y licencia social. El consenso es una construcción social; Además, es un proceso de comunicación. Necesitamos escuchar y comprender las diferentes necesidades, intereses y puntos de vista en juego entre las partes interesadas presentes en cada territorio para encontrar una solución sostenible que sea bienvenida por las personas que finalmente la utilizarán.
Tomando esto en cuenta, podemos trabajar con plataformas a nivel nacional con una amplia participación social, y con grupos más pequeños y operativos que brinden consenso y rapidez.
4. PARA MEJORAR LA IMPLEMENTACIÓN DE LA LEGISLACIÓN, LA TECNOLOGÍA ES CLAVE
Para poder escalar la capacidad de control en los cambios de uso de la tierra y reducir sus costos, la tecnología es clave. Teniendo en cuenta la inmensidad de las principales áreas productoras de soja en Sudamérica, no podemos contar con un ejército de alguaciles que supervise y controle de forma manual los cambios en el uso de la tierra a lo largo de miles de kilómetros cuadrados.
Los avances cualitativos que se logran cuando se introduce tecnología al control del uso de la tierra son asombrosos, pero también se debe tener en cuenta que importar herramientas de otros países no siempre es la mejor solución, si no se pueden ajustar fácilmente a la realidad local.
En Bolivia, facilitamos un trabajo en colaboración entre la Universidad de Maryland y la Autoridad y Fiscalización para el Control de Bosques y Tierras (ABT). Al introducir un algoritmo en el sistema de mapeo satelital existente, se creó un sistema automatizado de alertas tempranas. Esto redujo drásticamente la tasa de error humano. El intervalo entre la ocurrencia de un cambio en el uso de la tierra y su detección ahora se ha reducido de 20 a 7 días.
Otro hito que Solidaridad desea lograr con sus socios en Bolivia es que la planificación territorial deje de ser percibida sólo como un requisito legal para obtener permisos de desmonte, y se convierta en una herramienta de gestión que los productores encuentran útil para organizar su producción de acuerdo con la ley. Para que esto suceda, estamos desarrollando una plataforma digital a la que se puede acceder desde cualquier teléfono inteligente para gestionar los procedimientos de planificación y hacerles seguimiento de forma remota.
¿QUÉ PUEDEN HACER LAS EMPRESAS COMPRADORAS?
- Manténgase informado sobre las iniciativas existentes que ayudan a reducir sus riesgos y formule sus políticas de suministro aprovechando lo que ya está disponible.
- En lugar de diseñar estrategias de suministro individuales para gestionar los riesgos, genere alianzas con otras empresas y apoyen soluciones nacionales o territoriales para el cumplimiento de las leyes forestales.
- Establezca alianzas estratégicas no solo a nivel de la cadena de suministro sino también a nivel regional, con el apoyo de organizaciones provinciales y municipales.
- Promueva la financiación, no sólo con fines de trazabilidad, sino también para la transferencia de tecnología. Esto reducirá en gran medida los riesgos dentro del área de abastecimiento en relación a los cambios de uso de la tierra.
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