Rodrigo Castro, gerente de Solidaridad Brasil, hizo un llamado a un mayor acceso a la asistencia técnica y al conocimiento, especialmente para la agricultura familiar.
Durante el taller «Financiación de la agricultura sostenible en Brasil», celebrado el pasado noviembre en São Paulo, Rodrigo Castro, destacó que, a aún con acceso al crédito rural, una agricultura sostenible sólo puede ser posible con asistencia técnica y la difusión de conocimientos, especialmente para pequeños y pequeños productores.
“El acceso al crédito rural es la punta del iceberg para promover la sostenibilidad. Tenemos que pensar mucho más en asistencia técnica y acceso al conocimiento”, dijo Castro.
El evento fue promovido por la Coalición de Clima, Bosques y Agricultura y el bservatorio ABC, iniciativa que promueve el debate entorno a la agricultura de bajo carbono.
EL PLAN ABC
El Plan ABC fue creado por el gobierno brasileño después de la COP 15, realizada en 2009 en Copenhague, Dinamarca, para contribuir al logro de los objetivos de reducción de GEI de Brasil en el sector agrícola. También es parte de la Política Nacional sobre Cambio Climático (PNMC).
Annelise Vendramini, representante del Observatorio ABC, presentó los resultados de un estudio realizado sobre la principal línea de crédito del Plan ABC. Según el estudio, los fondos disponibles del programa no estarían siendo suficiente incentivo para alcanzar la tasa de adopción de las prácticas y tecnologías de bajo carbono planeada al 2020.
En efecto, según la experta, las altas tasas de interés de la línea de financiamiento y la baja regularización en la tenencia de la tierra dificulta que los productores accedan al crédito, lo que explicaría la desaceleración en el progreso del Plan.
Para Castro, “la financiación para promover una producción de bajo carbono debería estar vinculada a otros incentivos, como el pago por la conservación de los bosques», dijo.
André Guimarães, director ejecutivo del Instituto de Investigación Ambiental del Amazonas (IPAM), presentó distintas propuestas de innovación para financiar una agricultura sostenible en Brasil, en nombre de la Coalición. Entre ellas mencionó utilizar la adopción de prácticas de bajo carbono en cumplimiento con el Código Forestal como requisito para el acceso al crédito rural. También señaló la organización de un mercado de carbono que remunere a los productores que contribuyen a reducir la cantidad de GEI en la atmósfera.
PAGO POR SERVICIOS AMBIENTALES
Visto como una nueva forma de financiar la agricultura sostenible, especialmente para los pequeños productores, el Pago por Servicios Ambientales (PSA) está previsto en el Proyecto de Ley (PL) 5028/2019, ya aprobado por la Cámara de Diputados y bajo votación en el Senado. El PSA busca asegurar el pago por servicios de conservación en áreas de preservación. Sin embargo, Rodrigo Castro señala que, a pesar de la aprobación del PL en el Congreso, todavía no hay claridad acerca de cómo será financiado.
«La aprobación del PSA es un acto político, pero cómo este acto político se convertirá en una herramienta innovadora no es tan simple», dijo. Según él, el PSA tiene preguntas sin responder. “¿Cuál será la fuente de financiamiento y los criterios para garantizar el pago por la protección forestal en un país del tamaño de Brasil? Hoy no tenemos un mecanismo financiero para apoyar un programa de PSA ”, agregó.
A pesar de esto, el gerente de Solidaridad Brasil reconoce la importancia del PSA como incentivo de conservación. “Es muy importante que el PSA haga parte integral del acuerdo productivo dentro de la propiedad rural. Que los bosques presentes en la finca generen un ingreso, al igual producir o los créditos de carbono, de modo que sea posible tener una propiedad económicamente viable, además de contribuir a la preservación ambiental”, dijo.
>> Lee más sobre la inclusión de los pequeños productores para frenar la deforestación en la Amazonía