La pandemia del COVID-19 ha exacerbado los efectos negativos de otras crisis preexistentes en la sociedad. La situación que viven las pallaqueras -mujeres seleccionadoras de mineral- en el Perú es un claro ejemplo de cómo la pandemia ha acentuado las brechas de desigualdad de género en un sector predominantemente masculino y de precariedad laboral. A continuación, se dará un vistazo a su realidad como uno de los grupos más vulnerables e invisibles de la cadena de valor de oro y a la plataforma de asistencia creada y dirigida por Solidaridad y Red Social.
Ante la paralización económica por el COVID-19, el sector de la minería artesanal y de pequeña escala (MAPE) enfrentó dificultades para sobrellevar su situación financiera ya precaria, pero ese no fue el único frente retador. La brecha de desigualdad de género se acentuó, como lo es el caso de las mujeres mineras pallaqueras del sur del Perú.
Foto: Las pallaqueras se dedican a la selección de mineral en las laderas de los cerros, en búsqueda de oro residual que los mineros descartan de sus socavones
Los roles de género que estas mujeres asumieron debido a la pandemia terminaron por acentuar su vulnerabilidad. Entre estos, estuvo el rol de cuidado de contagiados por COVID-19 en sus comunidades, el incremento de labores domésticas (incluyendo el acompañamiento de educación en casa para que sus hijos no pierdan el año escolar) y la dificultad en el reinicio de sus actividades. Las pallaqueras no fueron consideradas en la reactivación de sus actividades, por lo que algunos jefes de labores les impusieron medidas de prohibición o restricción cuando ellas intentaron llevar a cabo procesos de negociación para el reinicio de las labores mineras. En resumen, la situación incrementó su trabajo en casa y paralizó sus ingresos monetarios, haciéndolas más vulnerables a ellas y a sus hijos.
Foto: Pallaqueras de la Asociación de Mujeres Recolectoras de Mineral Nuevo Amanecer , Arequipa en una capacitación brindada por Solidaridad y Red Social para combatir el COVID-19
De acuerdo al estudio participativo socioeconómico Entre Piedras y Oro (Solidaridad, Instituto de Redes de Desarrollo Social, 2015), cerca del 75% de las pallaqueras está bajo la línea de pobreza monetaria y el 14% son madres solteras jefas de hogar con hijos. Incluso, más de la mitad no tiene ningún tipo de seguro de salud y están expuestas a enfermedades respiratorias por la naturaleza de su actividad.
Foto: Además de trabajar, ellas son quienes mayoritariamente asumen las tareas del hogar: sólo el 2% de los hombres aporta en las tareas domésticas.
Como revela el estudio, la situación de las pallaqueras ya era vulnerable inclusive antes de la pandemia. Por ello, con el objetivo de conocer el impacto del COVID-19 en materia económica y emocional, en abril del 2020 el Instituto de Redes de Desarrollo Social (Red Social) y Solidaridad elaboraron un diagnóstico a través de entrevistas a 120 pallaqueras pertenecientes a 8 asociaciones, que agrupan a más de 400 mujeres pallaqueras, en las regiones Arequipa, Puno y Ayacucho.
El 90% de las encuestadas señaló no haber recibido los bonos económicos universales, y el 100% señaló no haber recibido ninguna canasta entregada por los Gobiernos Regionales.
Los resultados de las entrevistas impulsaron la creación de La Plataforma de Acción en Ayuda para Pallaqueras ante el COVID-19, una iniciativa de ambas organizaciones que tuvo como misión brindar orientación y soporte a las mujeres mineras en este contexto tan adverso. La primera fase, llevada a cabo en mayo de 2020, fue una plataforma de orientación y acompañamiento remoto a más de 500 pallaqueras. La segunda fase, realizada en julio del mismo año, consistió en proveer asistencia humanitaria de emergencia a pallaqueras pertenecientes a doce asociaciones en Arequipa (7), Ayacucho (3) y Puno (2) para la compra de artículos de primera necesidad. Esto se logró gracias a donaciones de ciudadanos y organizaciones a nivel global, que sumaron un total de USD 22,140 (S/77,500 en moneda local).
Mira aquí el detalle de cómo se distribuyeron las donaciones.
Foto: Una de las 30 pallaqueras beneficiarias de la Asociación de pallaqueras de Cerro Rico Base Rey, en la región de Arequipa. Todas las pallaqueras se identificaron legalmente y firmaron al recibir el bono de ayuda humanitaria.
Foto: Pallaquera de la Asociación de Mujeres Seleccionadoras de mineral La Estrella, en la región Arequipa.
Finalmente, en octubre se inició la tercera fase: la implementación de un programa de capacitación que facilitó conocimientos del COVID-19 para propiciar una cultura de autocuidado y que, además, fortalezca las capacidades de liderazgo, organización y negociación de las asociaciones. En 11 días se realizaron 9 talleres (3 en Ayacucho, 7 en Arequipa) a un total de 253 mujeres. Se entregaron EPPs para 558 pallaqueras, termómetros infrarrojos, galoneras de alcohol en gel, afiches informativos, entre otros.
Foto: Capacitación en la Asociación de Seleccionadoras de Mineral de Mollehuaca, en la región de Arequipa. En todas las capacitaciones se expuso sobre los riesgos del COVID-19 y las medidas de prevención aprobadas por el Ministerio de Salud y se realizó la entrega de EPPs. En total, atendieron más de 250 mujeres.
Las pallaqueras participaron facilitando información de sus actividades y los riesgos a los que podrían exponerse con respecto al COVID-19. Con esta información, se consolidó un protocolo de seguridad de prevención adaptado a sus necesidades. A continuación la cartilla.
La guía de orientación se elaboró después de recolectar los comentarios de las pallaqueras capacitadas.
Solidaridad y Red Social sostienen que es necesario impulsar condiciones que permitan que las iniciativas y proyectos de la MAPE incorporen un enfoque de género debido a que la situación familiar, laboral y comunitaria de las pallaqueras está condicionada -en su contra- por las brechas de género existentes. Asimismo, se sostiene que es importante desarrollar proyectos que fortalezcan la asociatividad de sus organizaciones y las capacidades de negociación de las mismas. De tal forma, los esfuerzos de empadronamiento existentes pueden complementarse con acciones de acompañamiento, creación y/o refuerzo organizacional.
De cara a la coyuntura actual de recesión económica e irrupción de la segunda ola de contagios, es importante seguir difundiendo los beneficios del empadronamiento para que las pallaqueras puedan comercializar formalmente y con ello, mejorar su calidad de vida.
Para conocer el proceso completo de la Plataforma y acceder a los materiales completos puede visitar el siguiente enlace: www.pallaqueras.org/es.
Si desea leer sobre la ejecución de la Plataforma, las lecciones aprendidas y la agenda pendiente puede visitar el informe sobre el proyecto haciendo click en la siguiente imagen.