La soya es uno de los principales commodities agrícolas del mundo y ocupa una posición cada vez mayor en la economía de Bolivia. En respuesta al avance del cultivo sobre el bioma del Gran Chaco, Solidaridad facilita la Mesa de Soya Sostenible, una mesa multi-actor que desde 2022, con apoyo del Land Innovation Fund, está definiendo un protocolo privado de sustentabilidad para la cadena de abastecimiento de soya en el país.

La característica principal de la Mesa de Soya Sostenible es que cuenta con una dinámica de diálogo y construcción de consenso donde se contemplan los puntos de vista, experiencia e intereses de cada sector. Su gobernanza cuenta con un Grupo Núcleo, integrado por actores claves de la cadena para la toma de decisiones, y un Grupo Ampliado, de carácter consultivo.
La mesa congrega miembros del sector productivo (ANAPO, Cámara Agropecuaria del Oriente, CREA), la industria (Cámara Nacional de Industrias Oleaginosas de Bolivia, Cargill, Industria del Aceite S.A.), ONGs (Avina, WWF, Fundación Amigos de la Naturaleza, Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano), proveedores de insumos (Asociación de Proveedores de Insumos Agropecuarios, APIA) y el sector financiero (Capital + SAFI).
Protocolo de soya sostenible para Bolivia
El protocolo de soya sostenible en el que el grupo viene trabajando desde hace casi tres años, busca construir de manera conjunta y con una perspectiva local un instrumento que defina cuáles son los criterios e indicadores que la soya boliviana debe cumplir para poder ser considerada como sostenible.
Algunas de las temáticas presentadas en los encuentros para incluir en el protocolo han sido cómo integrar mensajes sobre sostenibilidad a las plataformas de atención y comunicación que las organizaciones de la industria mantienen con los productores, así como la posibilidad de contar con declaraciones juradas de abastecimiento responsable. También la formación y gestión de riesgos en torno a la prevención de deforestación, el mejoramiento en el manejo del suelo, el cumplimiento de derechos humanos, la gestión de residuos de agroquímicos, y la titularidad de tierras para tomar acciones preventivas y correctivas.


Para que el protocolo sea inclusivo, se acordó estructurarlo en tres niveles de cumplimiento, con un primer nivel enfocado en la normativa boliviana, y los siguientes niveles respondiendo a mayores exigencias.
En 2024 los actores participantes aprobaron los criterios del nivel 1, se realizó una consultoría para explorar posibles métodos de verificación para estos indicadores y se procedió a probarlos entre 70 productores del departamento de Santa Cruz de distintas escalas productivas (pequeño, mediano y grande). Durante la validación se constató que los productores de menor escala tienen mayor dificultad para cumplimentar temáticas sociales y algunas buenas prácticas que se relacionan con el componente ambiental del protocolo. Por esta razón el apoyo a los productores de esta escala será fundamental para la correcta apropiación de este instrumento.


Compartir experiencias y buscar sinergias
La Mesa de Soya Sostenible también se ha constituido como un espacio para explorar posibles sinergias entre los actores y compartir las experiencias que cada organización participante ha llevado adelante en materia de sostenibilidad.
La Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC), por ejemplo, compartió resultados de las parcelas experimentales del proyecto PRIAS para la implementación de prácticas regenerativas innovadoras. En cuanto a iniciativas de capacitación, la Cámara Agropecuaria del Oriente presentó su Centro de Formación Agropecuaria, una plataforma virtual con contenidos teórico-prácticos para productores. Por otro lado, Cargill y Solidaridad presentaron los módulos de capacitación desarrollados para la plataforma virtual Agrolearning en la que se trabajan contenidos para la promoción de prácticas sostenibles, incluyendo manejo de suelos, gestión financiera, Derechos Humanos y manejo de productos fitosanitarios.
A su vez, Industrias de Aceite S.A. presentó sus avances en el desarrollo de su política de abastecimiento responsable, y la Asociación de Proveedores de Insumos Agropecuarios – APIA, expuso sus iniciativas «Campo Limpio» y «CuidAgro» para el uso responsable de plaguicidas, la gestión de envases vacíos, el manejo integrado de plagas (MIP) y el uso correcto del equipo de protección personal (EPP).
Finalmente, Capital+SAFI presentó su Herramienta de Implementación Libre de Deforestación y Conversión (DCF toolkit por sus siglas en inglés) y su estrategia para avanzar hacia una cartera de financiamiento verde, libre de deforestación y conversión para 2030, en apoyo a una producción de soja más sostenible.

Una mayor demanda de trazabilidad
Atendiendo a las crecientes demandas del mercado internacional en materia de trazabilidad -uno de los temas clave a tener en cuenta en el desarrollo del Protocolo-, la Mesa de Soya Sostenible organizó en marzo un evento a cargo de la experta en comercio internacional Sabine Papendieck. En el encuentro se presentaron aspectos esenciales de la trazabilidad, del nuevo reglamento de deforestación de la Unión Europea (EUDR), y recomendaciones para el desarrollo de un sistema de trazabilidad para el sector.
Asimismo, los participantes de la mesa analizaron los principales desafíos para la implementación de un sistema de trazabilidad eficiente en el contexto boliviano, tales como la gestión integral de datos de los productores, las fuentes de información, la gobernanza del sistema y la cadena de custodia. Además, se discutieron oportunidades para fortalecer la transparencia y confianza en la cadena productiva mediante el uso de tecnologías digitales y mejores prácticas.

A esto se sumó, durante el mes de mayo, un viaje de intercambio a la Argentina donde participaron representantes de las organizaciones que forman parte de la Mesa de Soya Sostenible y otras industrias invitadas. La comitiva se reunió con el equipo del sistema de trazabilidad argentino, VISEC, en las oficinas de CIARA en Buenos para conocer su proceso de desarrollo técnico y de consenso sectorial. También se visitó una planta exportadora a la Unión Europea y la Bolsa de Comercio de Rosario para observar cómo operará el sistema de trazabilidad una vez que inicie su implementación.
Al finalizar la visita se llevó adelante una jornada de trabajo grupal para reflexionar sobre lo observado y empezar a trazar el camino para avanzar hacia definiciones sobre el sistema de trazabilidad a desarrollar para la cadena soyera en Bolivia. Se dialogó sobre la posibilidad de tomar ciertos aspectos de VISEC, principalmente observando la gobernanza del sistema, pero entendiendo que el contexto boliviano cuenta con diferencias significativas que requieren generar estructuras, procedimientos y acuerdos debidamente contextualizados.
