El programa “Conexión Brasil-China-EEUU” busca identificar la demanda de asistencia técnica e incentivos de los productores en el Cerrado y el Amazonas brasileño para adoptar prácticas de bajo carbono, articulándola al desarrollo de guías y apoyo técnico para compradores internacionales que buscan abastecerse de carne y soja sin conversión de vegetación nativa.
Entre 2019 y 2020, se cosecharon 37 millones de hectáreas de soja en Brasil, lo que resultó en la cosecha más grande en la historia del país, según un informe de la Federación de Industrias de São Paulo (FIESP). La expectativa es que la producción de soja se expanda sobre 7,3 millones de hectáreas adicionales para 2029, un 24% más que hoy. Este crecimiento probablemente se dé en la región conocida como Matopiba, que comprende los estados de Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahía, en el bioma del Cerrado.
Según un estudio reciente de The Nature Conservancy (TNC), el Cerrado alberga 18,5 millones de hectáreas de pasturas degradadas subutilizadas. Haciendo uso de una ganadería más eficiente, estas pasturas podrían alojar la creciente demanda de soja, evitando el desmonte de nuevas áreas. La recuperación de estas pasturas, además, es una oportunidad para capturar carbono en áreas que hoy muestran emisiones significativas.
>> Lee más sobre el potencial de captura de carbono en pasturas bien manejadas.
Conjuntamente con Ceres en los EE. UU., ICV y GTPS en Brasil, y con financiamiento de la Agencia Noruega para la Cooperación al Desarrollo (Norad), a través de la Iniciativa Internacional de Clima y Bosques de Noruega (NICFI), Solidaridad está articulando sus equipos en Brasil, EE.UU. y China, para lograr los siguientes resultados.
- Fomentar la agricultura con bajas emisiones de carbono en los dos mayores biomas del Brasil, intensificando prácticas ganaderas sostenibles.
- Apalancar una agenda de mitigación y adaptación en el sector de la soja del Cerrado, basándose en la recuperación de pasturas degradadas y el manejo de suelos.
- Abogar por una mejor gobernanza ambiental y soluciones inclusivas para los pequeños productores en la región amazónica de Novo Repartimento, PA.
- Construir criterios sostenibles de producción de soja y carne con los importadores chinos.
- Involucrar a las principales empresas mundiales, a través de inversiones, en el compromiso de reducir la conversión en las áreas de producción de soja.
“Entendemos que trabajar en los territorios, mejorar el entorno empresarial basado en la gobernanza local y facilitar las alianzas con los diversos eslabones de la cadena productiva agrícola, a nivel nacional e internacional, nos llevará a intervenciones de largo plazo, que puedan apalancar el acceso a tecnología e inversiones para una agricultura baja en carbono y un mejor manejo forestal ”, declara la Gerente de Agricultura y Conservación de Brasil para Solidaridad, Joyce Brandão.
APALANCAR LA DEMANDA
En 2019, Solidaridad asistió a la consulta sobre la guía china para la producción sostenible de soja en Beijing. La reunión, a la que asistieron más de 40 partes interesadas, inició la construcción de criterios mínimos para las importaciones chinas bajo prácticas de bajo carbono y sin conversión de vegetación nativa. Este proceso fue cofinanciado por The Nature Conservancy (TNC), bajo el CFA.
En Estados Unidos, Solidaridad está trabajando con la organización Ceres para acercarse a grandes empresas, voces autorizadas del mercado e inversionistas internacionales, cuyos negocios están vinculados a la comercialización de commodities, como la soja y la carne. El objetivo es brindar apoyo técnico para mejorar sus políticas de compras, adoptar compromisos y estrategias para mejorar sus indicadores de sostenibilidad.
“Los inversores comprenden cada vez más que la deforestación genera no solo riesgos financieros significativos, riesgos regulatorios y de reputación para las empresas, sino que también aumenta el riesgo sistémico en su cartera de inversiones al contribuir al cambio climático. Y cuando los inversores expresan su preocupación, las empresas se ven obligadas a abordar el problema. Por eso, los inversores tienen un papel crucial en la eliminación de la deforestación causada por la producción de materias primas ”, comentó la directora del Programa de Alimentos y Silvicultura de Ceres, Julie Nash.
APALANCAR LA PRODUCCIÓN
En Brasil, Solidaridad está trabajando desde el año pasado con dos de sus aliados históricos, el Grupo de Trabajo para una Ganadería Sostenible en Brasil (GTPS) y el Instituto Centro de Vida (ICV) para diseñar estrategias que aumenten la adopción de prácticas de bajo carbono en el Cerrado (en la región de Matopiba) y la Amazonía (en Alta Floresta, Mato Grosso), entre productores de soja y ganado. Estas estrategias dirigidas a medianos productores, a su vez, se articulan al trabajo que Solidaridad realiza en Pará con pequeños productores de ganadería y cacao.
El área del Cerrado bajo el alcance del programa comprende 73 millones de hectáreas y 337 municipios. Dadas las diferentes realidades locales, el primer paso fue mapear, junto con el Soft Commodities Forum (SCF), la capacidad que los diferentes tipos de productores presentes tienen para adoptar un uso más eficiente del suelo.
“Involucrar a los productores es vital para el éxito de nuestras operaciones en la región. Y, a partir de la identificación y comprensión de los desafíos que enfrentan, se pueden diseñar acciones estratégicas ”, comentó Joyce Brandão.
Con la actual cosecha récord y la creciente participación del sector en el PIB nacional, la expansión de la soja sobre el Cerrado parece inevitable. “Por eso es importante que los productores se involucren en la planificación territorial, priorizando el uso de áreas que ya están despejadas y subutilizadas para actividades agrícolas”, agrega Juliana Monti, coordinadora del programa de soja.
Asimismo, junto al GTPS, Solidaridad está difundiendo la Guía de Indicadores de Ganadería Sostenible (GIPS) entre productores ganaderos, para que puedan autoevaluar sus prácticas. Como señala Luiza Bruscato, Coordinadora Ejecutiva de GTPS, el punto principal de este trabajo es que los productores comprendan la relevancia de la sustentabilidad en sus propiedades y que la GIPS gane escala y credibilidad para que los productores rurales se animen a completarlo y llevar a cabo un plan de acción de mejora continua. Dos de los principales compradores de carne vacuna en Brasil, JBS y Minerva Foods, también participan, con el objetivo de establecer la GIPS entre sus proveedores y hacer que la ganadería sostenible sea más accesible y medible en Brasil.
Finalmente, a través de una alianza con ICV, se está desarrollando un programa de asistencia técnica a gran escala en el municipio de Alta floresta, en Mato Grosso. El programa, basado en el modelo de negocio de Novo Campo, busca escalar el manejo y recuperación de pasturas degradadas entre productores de ganado, evitando el desmonte de nuevas áreas forestales y, en consecuencia, las emisiones de GEI. La Universidad Federal de Mato Grosso (UFMT), el Instituto Federal de Mato Grosso (IFMT) y la Corporación Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA) también forman parte del equipo, con el fin de alcanzar un área total de 24 mil hectáreas. Las fincas seleccionadas para recibir asistencia técnica recibirán crédito a bajo interés para la implementación de las prácticas en campo, y se utilizará monitoreo satelital a fin de mejorar las intervenciones.