Medir, detallar registros, y trazar una línea que permita reducir, en dos años, la huella de carbono del sector palmicultor en Colombia. Como parte de la alianza entre Solidaridad y Cargill, palmicultores y extractoras de aceite de palma en la cadena de abastecimiento de esta compañía global cuentan con una herramienta digital para estimar las emisiones de gases de efecto invernadero. La calculadora App Ecopalma es un desarrollo de la Corporación Centro de Investigación en Palma de Aceite (Cenipalma), a partir de las condiciones productivas en Colombia, para determinar un valor de referencia de la huella de carbono del sector.

Hasta el momento, 100 productores de racimos de fruto fresco de palma de aceite, proveedores de Cargill, se han beneficiado del desarrollo de la herramienta desde 2024. Las extractoras Palmas del Cesar, Loma Fresca, Palmeras del Llano y Grupo Santamaría hacen parte del proyecto junto a Solidaridad, Cenipalma y Cargill.

No se tenían registros muy detallados para calcular la huella de carbono. Este es el tipo de procesos en que uno tiene que hacer una evaluación inicial, luego implementar unas prácticas y al final mirar qué tanto se redujo.»
José Alejandro Moreno, coordinador de Sostenibilidad de Cargill en Colombia.
«No se tenían registros muy detallados para calcular la huella de carbono. Este es el tipo de procesos en que uno tiene que hacer una evaluación inicial, luego implementar unas prácticas y al final mirar qué tanto se redujo.»
José Alejandro Moreno, coordinador de Sostenibilidad de Cargill en Colombia.

“La calculadora App Ecopalma se está utilizando para medir la línea base de huella de carbono en cultivos asociados a la cadena de abastecimiento de aceite de Cargill. A partir de ese valor, se generará un plan de disminución de la huella de carbono contemplado a dos años”, explica Viviana Dueñas Bohórquez, coordinadora senior del programa de Palma de Aceite de Solidaridad en Colombia.
La huella de carbono con criterios para Colombia
“La primera parte para un proyecto de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero está en medir para controlar y saber dónde se están generando esas emisiones”, advierte David Arturo Munar Flórez, que se ha desempeñado como asistente de investigación de Cenipalma y quien, a lo largo de diez años, ha participado del desarrollo de la calculadora de emisiones desde su creación en una hoja de Excel.
“En 2019 hicimos la migración del cerebro de la calculadora a una plataforma web donde fuera fácil ingresar la información que se solicitaba para estimar las emisiones de gases de efecto invernadero”, explica Munar. En 2023 lanzaron la aplicación y en 2024, con el impulso de la alianza entre Solidaridad y Cargill, iniciaron un recorrido de capacitaciones por el país. Recientemente, lanzaron la segunda versión que ahora está a disposición de cultivadores, propietarios de fincas palmeras y personal ambiental o técnico de los cultivos o plantas de beneficio.
“Muchos de los productores no entienden cómo aplican estas temáticas dentro de su proceso productivo. Parte de la capacitación que hacemos es desarrollar conocimientos y capacidades”, destaca, por su parte, el coordinador de Sostenibilidad de Cargill.
Según estudios y el trabajo investigativo de Cenipalma, la deforestación, el uso de compuestos nitrogenados y de diesel en labores del cultivo, transporte y extracción del aceite de palma impactan en la huella de carbono. Al contrario, el aprovechamiento de la biomasa en el campo, el uso de fertilizantes de lenta liberación y la optimización del uso de maquinarias y equipos, son prácticas que ayudan en la reducción de emisiones. La huella de carbono es más baja en la plantación que en el contexto industrial, puesto que los cultivos capturan carbono a lo largo de su vida útil, que es de unos 20 años.
La calculadora App Ecopalma está basada en criterios específicos para Colombia, lo que permite que la herramienta sea la más precisa para determinar la huella de carbono en la cadena de abastecimiento de Cargill en el país, como punto de partida de un plan de mejoramiento.

Tenemos un indicador que nos dice que tenemos una huella de carbono de 182 kilogramos de CO2 equivalente por tonelada de aceite crudo de palma que se produce en el país, favorable si se compara con otros países”
David Arturo Munar Flórez, asistente de investigación de Cenipalma.
«Tenemos un indicador que nos dice que tenemos una huella de carbono de 182 kilogramos de CO2 equivalente por tonelada de aceite crudo de palma que se produce en el país, favorable si se compara con otros países”.
David Arturo Munar Flórez, asistente de investigación de Cenipalma.

Oportunidades para una producción más sostenible
“Las buenas prácticas nos diferencian de otros países productores de palma de aceite. Buscamos que nuestro aceite crudo de palma sea sostenible y de alta calidad. Esto lo hacemos aplicando buenas prácticas desde el cultivo, identificadas desde Cenipalma y la Federación Nacional de Cultivadores de Palma (Fedepalma). En Colombia nos destaca que la palma de aceite no es motor de deforestación”, explica el experto.
El sector palmicultor en el país ha suscrito varios acuerdos para mejorar la sostenibilidad de la producción de aceite de palma crudo a partir de buenas prácticas que permitan minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero. Hacia ese objetivo de sostenibilidad se orienta el uso de la calculadora App Ecopalma en la cadena de abastecimiento de Cargill en Colombia. El trabajo de Cenipalma en el desarrollo de esta herramienta y la interacción con productores de todo el país de la mano de Solidaridad ha servido para identificar y difundir esas prácticas que apuntan a una producción más amigable con el ambiente.
“El primer cambio está en aumentar el conocimiento y la sensibilidad sobre esta temática. El tema de la huella de carbono está más desarrollado en las plantas extractoras, pero queríamos llevarlo hasta el nivel de la plantación”, señala María Goretti, gerente del Programa de Palma de Aceite de Solidaridad en Colombia. Es en ese sentido, desde la promoción de mejores prácticas agrícolas, que cobra valor el acompañamiento de Solidaridad en campo. “Los productores ya son más conscientes en la adopción de prácticas bajas en carbono”, anota.