Un grupo de 41 palmicultores del municipio de San Martín, en Cesar, se convirtieron en los primeros agricultores en Latinoamérica en conseguir la certificación Roundtable On Sustainable Palm Oil (RSPO), que promueve la producción sostenible de palma de aceite a nivel global. Como todos los hitos, es un logro que tiene rostros, los de pequeños productores de la asociación Entrepalmeros, que hoy tienen el sello RSPO para su producción.
“Es una satisfacción cuando me hablan de palma, porque cambió mi vida cien por ciento, y la de mis hijos y de mi señora. Todos nos hemos beneficiado de la palma”, cuenta con alegría Roque Carreño, uno de los palmicultores que consiguieron la certificación RSPO. “Para recibir esta certificación, empecé desde 2016. Hice dos cosas muy importantes: en la parte de infraestructura, bodegas para almacenar, para guardar fertilizantes y agroquímicos, y lo segundo fue en lo laboral, formalizar a nuestros trabajadores para que tuvieran todas las condiciones necesarias”, explica, por su parte, Dagoberto Contreras.
Una cadena de esfuerzos
Este logro de los agricultores de Entrepalmeros, escrito con nombres propios, contó, además, con una cadena de esfuerzos sumados para hacer posible el proceso. La visión de Palmas del Cesar, Unilever, Alianza Team y el acompañamiento de Solidaridad sirvieron para alcanzar este salto de calidad del que dan cuenta hoy los palmicultores. La certificación RSPO los ha llevado a proyectar su mentalidad emprendedora tal como crecen sus cultivos y se amplía el horizonte que hoy alcanzan a ver.
“La certificación RSPO ha sido muy buena, porque nosotros antes teníamos otras normas de trabajo. No éramos como hoy en día, que nos han enseñado mucho sobre lo laboral: cómo tener un obrero, cómo ser mejor persona con la gente que lo acompaña a uno, que le colabora en el campo. Antes pagaba el sueldo y ya”, confiesa Dolly León Pérez, otra de las orgullosas emprendedoras integrada a Entrepalmeros.
En ese sentido, Joel Brounen, gerente en Colombia de Solidaridad, reconoció la valiosa transformación alcanzada por los palmicultores de San Martín. “Esta certificación es un claro ejemplo del compromiso de los pequeños productores por cumplir con los más altos estándares de sostenibilidad, pero también de cómo la articulación de la cadena de valor es clave para fortalecer la capacidad de los productores en la implementación de prácticas sostenibles”, afirmó.
Así mismo, Fabio González Bejarano, Gerente de Palmas del César, otra de las entidades que impulsó a Entrepalmeros a alcanzar la certificación RSPO, cuenta que en ese camino se identificaron tres retos principales. El primero fue conseguir una transformación cultural del productor: “poder cambiar esas prácticas habituales en los cultivos de palma por unas más sostenibles y amigables con el medio ambiente y con los trabajadores”, explica. El segundo fue la generación de recursos para implementar las mejoras requeridas en los cultivos y en las formas de producción: “mejoras en infraestructura, mejoras relacionadas con la formalización laboral y condiciones seguras para los trabajadores y sus familias”. Finalmente, apareció el reto de abrir mercado y conseguir un precio para los racimos de fruta consecuente con el esfuerzo emprendido.
“Esta certificación es un claro ejemplo del compromiso de los pequeños productores por cumplir con los más altos estándares de sostenibilidad, pero también de cómo la articulación de la cadena de valor es clave para fortalecer la capacidad de los productores en la implementación de prácticas sostenibles”.
Joel Brounen, country manager de Solidaridad en Colombia
Vendrán nuevas certificaciones en el sector
El gerente de Palmas del Cesar, Fabio González Bejarano proyecta que para 2026 serán más de 100 los palmicultores con la certificación RSPO, lo que representa cerca de 1.800 hectáreas de cultivos y 36.000 toneladas de fruta.
«Es todo un honor poderle contar a la comunidad palmera nacional y del mundo que sí se puede, que certificar a los pequeños y medianos palmeros vale la pena, que con organizaciones serias y confiables como Solidaridad y RSPO es posible mirar alto y lejos en el horizonte de una sostenibilidad palmera transformadora e incluyente», señala el ejecutivo, quien confía en que cada día serán más los palmicultores que quieran certificarse.
«Los aprendizajes adquiridos y el evidente cambio en la forma de hacer palmicultura de los primeros 41 palmicultores certificados nos ha animado a emprender una segunda etapa con 68 aliados adicionales. Para este propósito contamos con el valioso apoyo de Solidaridad y RSPO».
La certificación RSPO: una cosecha merecida
Por fortuna, como lo merece toda buena siembra, la cosecha de los palmicultores en San Martín ha podido rentabilizarse y le ha dado sentido al camino recorrido hasta esta certificación RSPO. “Para Entrepalmeros, la palma es un cultivo transformador, que ha permitido mejorar su calidad de vida. Adicionalmente ha traído crecimiento social y económico a la región y ha hecho visibles a los pequeños productores en todo el sector palmicultor”, destaca la ejecutiva de Palmas del César.
Así, la sostenibilidad que hoy se destaca en los cultivos asociados a Entrepalmeros, y que tiene como garantía la certificación RSPO, apunta al futuro, a partir de las transformaciones que asumió cada uno de los palmicultores. “Nos enseñaron a ser más amables con el ecosistema, a tener legalmente a mis trabajadores, a proteger las fuentes hídricas, la fauna; a no contaminar más este planeta”, cuenta William Fontecha. En el horizonte, tan amplio como las llanuras del Cesar, está el aprendizaje alcanzado sobre el valor de cuidar el medio ambiente a aquellos que ponen su trabajo en el campo. “El reto más grande fue el cambio de mentalidad, el tener conciencia de poder hacer las cosas bien hechas, organizadamente, no solo yo como empresario, sino también todos mis colaboradores”, resalta Luis Orlando Rivera.