El país es una estrella emergente del comercio internacional de productos agrícolas sostenibles y podría llegar a ser una potencia mundial. La visita la semana pasada al país del primer ministro de los Países Bajos, Mark Rutte, y de la ministra de Agricultura, Carola Schouten, mostraron las grandes oportunidades para que Colombia fortalezca su posición de socio estratégico en productos agrícolas sostenibles con Holanda, su primer socio comercial en Europa, y con la Unión Europea en general.
Columna de Joel Brounen, publicada en Portafolio.co
El país debería aprovechar la ventaja competitiva de la producción agrícola sostenible para incrementar aún más las exportaciones en los próximos años. La agricultura sostenible es clave para potencializar la productividad del campo colombiano, generar empleos formales y encontrar un mejor equilibrio para la preservación de la megabiodiversidad que tiene Colombia. Si bien hay oportunidades para consolidar este liderazgo, también hay retos por superar en los próximos cuatro años.
Aumento de producción sostenible impulsó exportaciones
Colombia es uno de los cinco principales exportadores de café, banano y aceite de palma del mundo. Estos productos son una alternativa viable de sustitución de cultivos ilícitos, vitales en la reconstrucción del campo en el posconflicto y pueden ayudar a apalancar la reintegración de las víctimas del conflicto armado. La organización Solidaridad Network, fundada hace casi 50 años en los Países Bajos y con una red global de trabajo, ha ayudado durante años a los agricultores en Colombia, junto con socios privados, gobiernos y gremios a cultivar y procesar sus siembras de manera sostenible. En el 2017, más del 80 por ciento del banano, 67 por ciento del café, 30 por ciento de las flores y 14 por ciento del aceite de palma colombiano se producían de manera sostenible. En los últimos cuatro años, la producción certificada bajo uno de los Estándares Voluntarios de Sostenibilidad como Comercio Justo, Rainforest o RSPO (Roundtable on Sustainable Palm Oil) creció exponencialmente. Entre el 2014 y el 2017, la exportación de café sostenible se duplicó y la de aceite de palma se triplicó.
Nuevas condiciones del mercado europeo
La Unión Europea es el mayor importador de aceite de palma, café y banano. A su vez, tratados comerciales con el viejo continente han mejorado las condiciones de entrada de productos colombianos. Los Países Bajos promovieron acuerdos con la industria europea para incrementar la importación de productos agrícolas sostenibles, lo que es una gran oportunidad para el mercado colombiano. Se aspira que la importación de aceite de palma y frutas sea completamente sostenible para el 2021. La firma de un acuerdo de voluntades entre el gremio palmero colombiano, los importadores holandeses, Solidaridad e IDH bajo la supervisión de la ministra holandesa Schouten, para la producción y comercio de aceite de palma sostenible es una buena noticia para Colombia a la hora de pensar en un incremento de este tipo de exportaciones, pero todavía estamos lejos de alcanzar la meta.
El reto, inversión para lograr la transición
El comercio ha crecido, entre otros, gracias al aumento de la producción sostenible. Sin embargo, el sector agrícola necesita más demanda e inversión para hacer completa la transición a sostenible. El aceite de palma sostenible es, por ejemplo, una alternativa atractiva, ya que tiene mejor precio y permite mayor productividad, pero la transición es costosa para la gran mayoría de los productores. Miles de caficultores aplican buenas prácticas, pero obtienen ganancias insuficientes para cubrir los costos operacionales, proporcionar a sus familias un ingreso digno, pagar la seguridad social de sus trabajadores y proteger las fuentes de agua. Por esto, se requieren mayores esfuerzos de los mercados, la industria y los gobiernos para mejorar la situación de los agricultores. Se necesitan mercados más estables y más inversión en tecnología para lograr el escalamiento de la producción y el comercio agrícola sostenibles. Se precisan, además, incentivos fiscales y precios más inclusivos para cerrar la brecha entre los costos y los beneficios de esta producción diferenciada. Solo así podremos crear una situación de gana-gana para los comerciantes y los productores en Colombia.
Holanda, el líder global del que Colombia puede aprender:
En su transición de estrella emergente a líder global, Colombia puede aprender de Holanda, país pionero en comercio sostenible en el mundo. La misión comercial que acompañó al primer ministro de Holanda vino interesada en explorar estos temas y puede servir de aliciente para que Colombia avance más decididamente en promover la agricultura sostenible. Por su parte, haber contado con la presencia de la Ministra de Agricultura holandesa en el foro de la Plataforma de Comercio Sostenible, en la firma del acuerdo para el aumento de la producción de palma y en otros encuentros sobre este tema es un buen indicador. La Ministra pudo conocer de primera mano experiencias locales y entregar su visión en la materia. Con inversiones, tecnología y comercio, Holanda podría ser un socio europeo crucial para ayudar a convertir la agricultura en motor de bienestar para el campo colombiano.