Solidaridad y la Universidad de Wageningen lideran un estudio que demuestra que es posible reducir la emisión de GEI de la mano de avances sociales y económicos en la región amazónica.
La mejora de las prácticas agropecuarias y el aumento de la productividad entre los pequeños ganaderos de cría en la Amazonía, detienen la deforestación y reducen las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a la atmósfera.
Esta es una de las principales conclusiones a las que llega el estudio «Los pequeños grandes: el desafío de la ganadería de cría sostenible en la Amazonía y el potencial de los Núcleos de Innovación y Aprendizaje (NIAs)». El estudio fue realizado por Solidaridad, la Universidad de Wageningen de los Países Bajos, el Grupo de Trabajo de Ganadería Sostenible (GTPS por sus siglas en portugués), en colaboración con investigadores de la Empresa Brasilera de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA, por sus siglas en portugués).
La Amazonía ejerce un papel protagónico en la ganadería del Brasil, tomando en cuenta que casi un tercio del hato bovino brasileño reside en esta región. Tan sólo entre 2003 y 2013, el número de cabezas de ganado creció un 200% en el bioma. Datos preliminares del Censo Agropecuario de 2017, producido por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) muestran que tan Pará cuenta con el quinto mayor hato bovino del país, con casi 16 millones de cabezas de ganado. Éste se concentra en el sudeste y sur del Estado, especialmente en los municipios de São Félix do Xingu, Itupiranga, Novo Repartimento y Marabá.
La investigación señala que Brasil es el primer exportador mundial de carne con una participación del 17% en el mercado, y que la producción interna sólo es posible gracias a la participación activa de los pequeños ganaderos: un 30% del ganado bovino se encuentra en propiedades familiares. A partir de la experiencia de Solidaridad en la región, el estudio demuestra la viabilidad financiera y técnica de una ganadería de cría en el bioma amazónico a partir de la adopción escalonada prácticas de bajo carbono.
Según la investigadora de la Universidad de Wageningen, Raquel Motta, el estudio analizó la ganadería de cría en el sudeste de Pará e identificó experiencias que pueden servir como alternativas económicamente rentables, ambientalmente sostenibles y socialmente inclusivas para intensificar la actividad en la región. Se creó de esta manera, entonces, el concepto de Núcleos de Innovación y Aprendizaje (NIAs), que propone tres pilares de intervención:
- Acciones en campo, como capacitaciones grupales y visitas técnicas continuas e integradas;
- plataformas digitales y uso de aplicaciones como Farming Solution o Extension Solution -desarrolladas por Solidaridad para apoyar y escalar el impacto en la asistencia técnica-; y
- el fortalecimiento de acuerdos institucionales locales.
«Los NIAs permiten que el modelo gane escala, para que sea discutido por toda la cadena, analizando su viabilidad operativa y financiera, en consonancia con requisitos ambientales y climáticos. Si la ganadería de cría aumenta su productividad, podemos alcanzar las metas de la industria y de otros sectores. La unión de esfuerzos es una de las bases de la metodología presentada por el estudio», comentó Raquel.
Motta también explicó que los Países Bajos y otros países de Europa se preocupan por el origen de la carne proveniente de Brasil, para que tenga bases sostenibles y rompa con el estereotipo de ser producida a costa de la deforestación de bosques.
Para la Gerente de Programas de Solidaridad, Joyce Brandão, el estudio echa luz tanto sobre el potencial de mitigación de emisiones GEI, como sobre las oportunidades para que los pequeños productores accedan a conocimiento, asistencia técnica y financiamiento. «No podemos hablar de cero deforestación sin mejorar las prácticas agropecuarias. Y los NIAs permiten acceder a técnicas de gestión y producción, e incluir a los pequeños en cadenas de forma integrada. Esto lleva a demostrar su capacidad para contribuir en políticas de bajo carbono que ayuden al Brasil a alcanzar sus metas de mitigación, y responder a los desafíos climáticos actuales», argumenta. También comentó que el modelo de ganadería presentado reduciría en un 75% las emisiones de carbono por kilo de carne, lo que correspondería a una reducción del 43% en la emisiones GEI por hectárea, por año.
Desde 2015, Solidaridad lleva adelante en Novo Repartimento, una localidad del estado de Pará, el proyecto «Territorios Inclusivos y sostenibles en la Amazonía». En él, más de 150 pequeños productores reciben asistencia técnica para recuperar sus áreas de pastura degradadas, además de capacitar a los técnicos de la región. El proyecto usa sistemas agroforestales que combinan cacao y ganadería de cría de bajo carbono. «Con los NIAs, la idea es intensificar la ganadería y la producción de cacao, y recuperar áreas de pasturas. Esto generaría más renta contribuyendo a la conservación de la selva. Es un gana-gana real», afirma Joyce.
«El estudio también señala resultados intangibles, como el relevo generacional en el campo, ya que se estarían ofreciendo nuevas oportunidades económicas», completó el Gerente de Solidaridad Brasil, Rodrigo Castro.
El estudio fue presentado el día 28 de mayo, en el auditorio Banco de Brasil en San Pablo, con una mesa redonda que discutió los resultados del estudio. Participaron de la misma Joyce Brandão, Raquel Motta, la Directora Ejecutiva de IDH en Brasil, Daniela Mariuzzo, el Director de Sostenibilidad de JBS, Márcio Nappo, y el investigador del Instituto de Investigaciones Ambientales de la Amazonía (IPAM, por sus siglas en portugués), Marcelo Stabile.
Apoyo de los Países Bajos y Pará
Según el Secretario de Estado de Medio Ambiente y sostenibilidad de Pará, Maro O’ de Almeida, la agenda climática «es una agenda mundial por la que necesitamos incluir nuestra ganadería y agricultura en ese contexto». El Secretario de Desarrollo Económico de Pará, Iran Lima, completó: «Queremos aliarnos a varios países, pero queremos acceder a estos mercados por medio de prácticas que preserven la selva y mejoren la calidad de vida del hombre de la Amazonía».
El Asesor del Departamento de Clima del Ministerio de Relaciones Exteriores de los Países Bajos, Mirko de Ponti, destacó que su país busca importar productos básicos más sostenibles a partir de un trabajo en conjunto con toda la cadena. «Queremos invertir en alianzas multilaterales con gobiernos, empresas y la sociedad en la Amazonía, contribuyendo a combatir la deforestación ilegal». El Ministro-Consejero de la Embajada de los Países Bajos, Roderick Wols, por otro lado, se refirió al marco jurídico: «Queremos estimular cadenas productivas de agronegocio que cumplan con la legislación ambiental».
Según Rodrigo Castro, las reflexiones que surgieron en los eventos de lanzamiento, abren una nueva perspectiva para la ganadería de cría en la Amazonia. «Las alternativas concretas que se presentaron, me llevan a afirmar que aumentar la rentabilidad del sector y reducir las emisiones ya es un nuevo paradigma», concluyó.
