Colombia, Publicación

Estudio sobre equidad de género en la caficultura: motivaciones, expectativas y proyecto de vida de jóvenes de las familias cafeteras de Caquetá

Reporte elaborado en el año 2023 en el departamento del Caquetá, Colombia.

Estudio desarrollado como parte de Amazonía Connect, una iniciativa conjunta de USAID, Solidaridad, Earth Innovation Institute, National Wildlife Federation y la Universidad de Wisconsin-Madison.

El reporte fue posible gracias al apoyo del pueblo de los Estados Unidos de América a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). El contenido de este reporte es responsabilidad de los autores y no refleja necesariamente los puntos de vista o posiciones de la Agencia de los Estados Unidospara el Desarrollo Internacional o del Gobierno de los Estados Unidos.

El estudio, de carácter cualitativo, tuvo dos objetivos principales:

1. Identificar el papel de la mujer en la caficultura del Caquetá. Esto abarcó tanto las labores del cultivo en sus diferentes etapas, como el mantenimiento del entorno doméstico y familiar que posibilita las actividades cafetaleras.

2. Explorar las motivaciones, expectativas y proyectos de vida de los jóvenes cafetaleros. El propósito fue comprender mejor las condiciones necesarias para un relevo generacional exitoso en la caficultura de esta región.

HALLAZGOS

  • Los datos de la línea de base del proyecto Amazonía Connect revelan que el 11 % de las 111 fincas del proyecto tienen como propietaria a una mujer. Mientras el área en café de las fincas encabezadas por hombres es de 1,51 ha en promedio, en el caso de las mujeres el área promedio es de 0,88 ha.
  • Las mujeres tienen una mayor área dedicada a conservación. El área de bosque en las fincas de propiedad de las mujeres es en promedio de 14,67ha, en contraposición a las fincas de propiedad masculina, las cuales tienen un promedio de 11,69 ha. Las fincas de las mujeres tienen una menor producción de café, pero, al parecer, son más diversas.
  • El total de fincas producen en promedio 517 kg CPS/año; en el caso de las fincas de propiedad de los hombres esta producción es de 568 kg CPS/año, mientras en el caso de las fincas administradas por mujeres esta cifra es de 100 kg CPS/año. Sin embargo, ellas tienen más área que los hombres en otros cultivos (16,42 ha en promedio frente a 13,51 ha).

Como es común en el medio rural del país, existe una división del trabajo en la finca de acuerdo con el género: mientras los hombres se ocupan preferentemente de las labores agrícolas, las mujeres atienden las tareas del hogar y del entorno cercano a la vivienda, así como el cuidado de otros integrantes de la familia. Ellas también tienen una importante participación en la producción cafetera, en particular en época de cosecha, aunque no exclusivamente.  En cambio, los hombres se involucran muy poco en las labores domésticas y de cuidado de otros.

También se encontró que existe desigualdad en el acceso a recursos productivos pues, aunque se suele hacer referencia a una propiedad común de los integrantes del hogar, los hombres son los propietarios legales de la tierra y de los cultivos. Aunque muchas decisiones del hogar se toman en conjunto, los hombres tienden a tener un mayor poder de decisión sobre el manejo de los recursos económicos. Los hombres también gozan de mayor autonomía y tienen mayor acceso a tiempo para el ocio en comparación con las mujeres.

De igual modo, se encontró una mayor valoración social del trabajo masculino –el trabajo agrícola y productivo- mientras la labor de las mujeres se concibe como un aporte apenas lógico al sustento familiar y su trabajo tanto en la esfera productiva como doméstica no goza del mismo reconocimiento. Así, el estudio coincide con los hallazgos de otros análisis a nivel del país, respecto a la situación de las mujeres rurales del país. Los hombres también suelen tener mayor participación en
los espacios de liderazgo comunitario en comparación con las mujeres.

Los hallazgos de este estudio muestran que la juventud cafetera del departamento enfrenta diversas barreras para abrirse camino en sus comunidades y el éxodo es una de las decisiones de vida más comunes. Estas barreras están relacionadas con el poco acceso a oportunidades educativas y laborales, así como con la incidencia del conflicto armado en sus comunidades. También sus sueños están más orientados a un estilo de vida urbano y con mejores ingresos que sus padres, aunque
aprecian la vida en el campo y en familia.

Pese a lo anterior, hay jóvenes que optaron por quedarse en la finca familiar, trabajar de la mano de sus padres y ahorrar para lograr mayor independencia y establecer su propio cultivo. Los jóvenes participantes en el estudio mostraron entusiasmo por aprender mejores técnicas en la caficultura y quieren continuidad de esta actividad con la aspiración de volverla más productiva y rentable. Actualmente carecen de oportunidades de acceso a la tierra y no cuentan con asistencia técnica.

RECOMENDACIONES

  • A partir de los resultados de este estudio, diversas acciones pueden contribuir a mejorar las condiciones de las mujeres y de la juventud cafetera en una zona que ha sido históricamente marginada.Estas posibles acciones son:
  • Hacer visible el papel de las mujeres y su importante contribución a la economía cafetera y a sus comunidades, transformando la idea de que el lugar de las mujeres es mantener la vivienda, cuidar a otros y proveerles alimentos. La misma experiencia de las familias muestra que las
    mujeres se desenvuelven con bastante frecuencia y a la par que los hombres en el trabajo productivo. Trabajar a nivel familiar y comunitario para derrumbar este tipo de sesgos de género es esencial para mejorar las oportunidades de las mujeres cafeteras del Caquetá.
  • Capacitar a los equipos técnicos para que avancen hacia una asistencia técnica inclusiva desde un enfoque familiar, que permita reconocer los aportes diferenciales que todos los integrantes realizan en el cultivo. Esta es una línea de acción en la que Solidaridad viene trabajando con éxito en otras zonas cafeteras del país.• Brindar oportunidades a la juventud cafetera de esta zona para que adquieran conocimientos técnicos y apoyo en recursos como créditos en condiciones especiales para que logren así ver en la actividad cafetera una opción de vida viable y digna. Pero además de un impulso externo, los jóvenes requieren mejorar aspectos relacionados con su autoestima, creer en sus propias capacidades y proyectarlas hacia una visión de empresa cafetera. LaEscuela de Jóvenes Emprendedores liderada desde Solidaridad puede ser una ruta interesante de replicar en esta zona.

CONCLUSIONES

Existe una distribución de roles reglamentada y normalizada en las familias cafeteras, donde a las mujeres les corresponde encargarse de las labores domésticas y de cuidado, mientras que los hombres se dedican al trabajo agrícola y productivo. Las mujeres además tienen una importante participación en las labores productivas, sobre todo durante la época de cosecha del café. No obstante, no ocurre lo mismo en el caso de los hombres en lo que respecta a las labores de la esfera privada, en actividades como el cuidado de los hijos, la preparación de alimentos y la limpieza de la casa. Esta resistencia masculina en ocasiones se justifica con el hecho de que a diario los hombres tienen arduas faenas en el campo. En general, se considera que las labores de las mujeres son más livianas y llevaderas, a pesar de que tengan jornadas extensas de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado. Lo anterior suele justificar una división «natural» del trabajo.

Claudia Cardona

Coordinadora de Proyectos

Colombia

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