Si bien el factor climático es primordial, la forma en que manejamos los suelos incide en la magnitud, la velocidad y la duración de las inundaciones que azotan la zona núcleo de Argentina durante el verano. Las provincias de Santa Fé y Entre Ríos, por ejemplo, poseen leyes para el manejo conservacionista del suelo y reducir así la vulnerabilidad frente a tormentas cada vez más frecuentes e intensas.
La conversión de tierras con vegetación perenne (bosques, pastizales, pasturas) por cultivos anuales, disminuye el consumo de agua anual y promueve la recarga y ascenso de aguas subterráneas (napas freáticas). Cuando las napas se acercan a menos de un metro de la superficie se generan fenómenos de anegación.
De hecho, los árboles interceptan el 25% de las precipitaciones caídas, mientras que practicas como el sobrepastoreo y el monocultivo reducen la porosidad del suelo y su capacidad de retener la humedad.
¿Cómo mejorar la infiltración del agua en los campos durante inundaciones?
Las prácticas de agricultura conservacionista reducen la erosión y evitan que el suelo se encostre. Esto mejora el drenaje de agua de lluvia después de tormentas severas.
Para proteger el suelo, algunas de la prácticas más recomendadas son:
- Utilizar coberturas. Las coberturas protegen el suelo como un colchón. Reducen la fuerza con que el agua de lluvia golpea el suelo y retiene la lluvia por más tiempo, dando más tiempo a la infiltración. Las coberturas pueden ser residuos de cultivos anteriores, hojas y juncos, o cultivos de cobertura.
- Limitar el pastoreo cuando el suelo está húmedo para reducir la compactación.
- Utilizar rompevientos naturales para evitar la erosión por vientos secos.
Estas prácticas pueden complementarse con otras para aumentar la porosidad del suelo, como, por ejemplo:
- Rotar con cultivos de invierno de alta cantidad de raíces (gramíneas como el maíz, sorgo, trigo), ya que ayudan a romper capas endurecidas de suelo.
- Aumentar la presencia de fauna en el suelo como lombrices de tierra y escarabajos que aumentan la porosidad del suelo
Asimismo, también se puede equilibrar el consumo de agua en función del promedio de precipitaciones al:
- Incorporar pasturas que aumentan el consumo estratégico de agua en zonas donde el promedio de lluvias excede el consumo de los cultivos.
- Realizar siembras tempranas para que el momento de mayor cobertura coincida con el de mayor necesidad de agua.
- Fertilización estratégica para aumentar la acumulación de biomasa y el consumo de agua.