Q&A

FAQ

¿Qué es la agricultura de bajo carbono?

La agricultura es una de las actividades que más fuertemente contribuye a la emisión de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, uno de los gases de efecto invernadero (GEI) responsables del calentamiento global. Irónicamente, es también de los sectores más golpeados, a raíz del cambio climático, debido a sequías más prolongadas, inundaciones y temperaturas más altas. 

La agricultura de bajo carbono, o agricultura climáticamente inteligente, apunta a aumentar de manera sostenible la productividad y los ingresos agrícolas adaptándose y desarrollando resiliencia al cambio climático, y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.

Está estructurada en tres pasos:

  • Comprender cuál es el riesgo climático y las vulnerabilidades de los productores;
  • Promover modelos de negocio climáticamente inteligentes, basados en la ciencia para tratar estos riesgos y vulnerabilidades;
  • Medir el impacto del modelo en la mitigación, y la adaptación al cambio climático en el rendimiento de los cultivos sensibles a riesgos climáticos. Para esto, es importante medir lo que es el balance de carbono, es decir, tener en cuenta las emisiones, pero también la captura de carbono. 

Dado que la agricultura baja en carbono incluye la reducción de las emisiones de CO2 como uno de sus objetivos, evitar la deforestación es uno de sus aspectos, así como también mejorar la salud del suelo, o sembrar árboles, ya que estas dos actividades secuestran carbono y, por lo tanto, reducen las emisiones de GEI. 

Existen modelos de agricultura de bajo carbono en muchas cadenas de suministro: sistemas agroforestales, sistemas silvopastoriles, sistemas de ganadería regenerativa, etc. Dentro de Solidaridad, trabajamos con productores de café, cacao, soja, palma, yerba mate y ganadería para que prueben el concepto y lo adopten. 

En el Cerrado brasilero, por ejemplo, estamos estudiando cómo expandir el cultivo de soja con la menor cantidad de emisiones, siendo una de las oportunidades transformar 4 millones de hectáreas de pasturas degradadas a agricultura, lo que mejoraría la captura y evitaría avanzar también sobre vegetación nativa. Del mismo modo, estamos estudiando esa misma posibilidad en el Chaco paraguayo.

¿Qué son la captura y el balance de carbono? 

Al aplicar modelos climáticamente inteligentes y de bajo carbono, es importante poder medir resultados para responder la siguiente pregunta: ¿cómo los productores contribuyen a los objetivos de mitigación de CO2 de sus países? 

Es por eso que desarrollamos calculadoras de carbono adaptadas a la matriz productiva de distintos tipos de productores. Se hace una medición inicial, que se llama línea de base, y se la compara con las mediciones realizadas después de haber mejorado las prácticas de manejo agrícola o ganaderas. Con ello se verifica qué prácticas reducen emisiones, o ayudan a capturar carbono. 

Se dice que se captura o secuestra carbono cuando éste es absorbido por los océanos, los árboles o por el suelo, gracias a la acción de las raíces de las plantas. Si el carbono permanece almacenado en el suelo, no se libera en la atmósfera. Esto significa que los pastizales y los cultivos también capturan carbono y, con buenas prácticas, es posible aumentar su capacidad de almacenamiento. 

Lo ideal es que nuestros sistemas agrícolas y ganaderos tiendan a un balance neutro. Se dice que un balance es neutro cuando las emisiones que produce una actividad se compensan con la emisiones de carbono que esa misma actividad evita que se emita, o secuestra. Se habla de balance negativo, cuando se captura más carbono del que se emite. 

¿Qué son los servicios ecosistémicos?

Los ecosistemas ofrecen servicios importantes -como fertilización, purificación del agua, polinización y control de plagas-, cuando los productores aplican buenas prácticas agrícolas garantizan el funcionamiento de estos servicios ecosistémicos dentro de sus fincas.

La captura de carbono es un servicio ecosistémico por el cual los productores pueden recibir un pago.

¿Qué son los bonos de carbono?

En el año 2016, 195 naciones firmaron lo que se conoce como ‘Acuerdo de París’. En él, cada nación se comprometió a disminuir un porcentaje de la emisiones de CO2 que producía anualmente. Estos compromisos alcanzan a todo tipo de sector y empresas, que necesitan reducir su huella de carbono. Esto puede ser reduciendo el uso de combustibles fósiles, por ejemplo. 

Los agricultores y los productores ganaderos tienen una ventaja por sobre otros sectores económicos: tienen la capacidad de capturar carbono en sus actividades. Pueden hacerlo mejorando la calidad de sus suelos, conservando bosques, plantando árboles, mejorando sus pasturas, reduciendo el uso de ciertos agroquímicos, etc. Solo necesitan acceso a asistencia técnica.

Por medio de herramientas de medición los productores pueden calcular cuánto carbono han capturado en un periodo de tiempo, y convertirlo en un bono por el que pueden recibir un pago en dinero. Estos bonos, de hecho, son comprados por empresas que necesitan compensar su huella, por eso también reciben el nombre de ‘créditos’. Entonces, la empresa paga al productor por reducir sus emisiones. Esto es una forma de incentivar, recompensar y mejorar el ingreso de los productores que ayudan a combatir los efectos del cambio climático. 

¿Qué son los mercados de carbono?

Los mercados de carbono son la instancia donde se da la compra y venta de bonos de carbono. Hay mercados nacionales y mercados internacionales, y cada uno tiene sus propios requisitos. Para que estas transacciones sean posibles, tiene que haber quién mida el carbono, quién valide la reducción o captura de carbono, y quién posibilite la transacción financiera.

Solidaridad brinda asistencia al productor para capturar carbono, y medirlo. Asimismo, se alía a entidades verificadoras y socios en el sector financiero que aportan plataformas donde los productores y los compradores de bonos pueden entrar en contacto. Dentro del interés de Solidaridad está siempre buscar el mercado que mejor pague al productor.

Un ejemplo de esto es la alianza con la plataforma Acorn de Rabobank, que recompensa a pequeños productores de café que capturan carbono sembrando árboles de sombrío en sus fincas. Año a año, estos árboles van almacenando más carbono, y con eso el productor se garantiza una renta estable a largo plazo.

¿Qué son los sistemas agroforestales?

Los sistemas agroforestales son una de las técnicas utilizadas en agricultura climáticamente inteligente y en agricultura de bajo carbono. Combinan cultivos agrícolas y especies forestales. Estos sistemas ayudan a capturar CO2 en la biomasa de los árboles, y también en el suelo. 

Además, los sistemas agroforestales son muy eficientes para los pequeños productores. Optimizan el uso de la tierra y de los recursos naturales, y diversifican la renta familiar, sumando a los ingresos derivados de cultivos, aquellos que provienen de árboles frutales o especies maderables, y, en ciertos casos, también pagos por servicios ecosistémicos.

En el caso del café en altura, los árboles tienen varias ventajas adicionales. Brindan sombra a los cafetos, lo que reduce la incidencia de plagas relacionadas a mayores temperaturas. Proveen un hábitat propicio para organismos benéficos en los cultivos. Retienen el agua de las lluvias y sostienen las laderas de las montañas, previniendo aludes y desprendimientos.

¿Qué es la restauración productiva?

La restauración productiva se da cuando se restauran porciones de bosque nativo, previamente deforestadas o degradas, a través de sistemas agroforestales que combinan cultivos agrícolas nativos, como el cacao y la yerba mate, y especies forestales nativas, en este caso de la Amazonía y el Bosque Atlántico. Es un esquema especialmente eficiente para el productor familiar, porque diversifica su ingreso con distintos rubros. 

De esta forma, se pueden ir reconectando fragmentos de bosque nativo, lo que facilita la formación de corredores biológicos por donde puede circular la circulación de la fauna.

A través de la restauración productiva también se regeneran los nutrientes del suelo, aumenta la biodiversidad, y mejora la circulación del agua. En el Bosque Atlántico, donde casi la totalidad del bosque remanente está en manos privadas, esto es muy importante.   

¿Qué es la agricultura regenerativa?

Dentro de lo que es la sostenibilidad, existen distintos enfoques adaptados a distintos objetivos y contextos. Hoy queremos hablarte acerca de qué es la agricultura regenerativa y cómo sus prácticas ayudan a que la producción agrícola sea más sostenible.

El principal foco de la agricultura regenerativa, o conservacionista, es mantener nuestros suelos sanos ya que son la base de una producción de alimentos sostenible y resiliente. Los suelos sanos son más productivos, alojan un cuarto de la biodiversidad del planeta, almacenan y filtran agua, y capturan carbono y nitrógeno. Una de las prácticas más comunes de agricultura regenerativa son la siembra directa y el uso de coberturas para la rotación de cultivos en invierno, ya que devuelve nutrientes al suelo.

 

Agricultura convencional Agricultura regenerativa
Monocultivo Rotación y diversificación de cultivos
Degrada el suelo Protege el suelo
Uso de insumos externos (fertilizantes sintéticos y agroquímicos) Menor dependencia de insumos externos, caros
Agrava eventos climáticos extremos (aludes, sequías, escorrentía) Genera resiliencia frente a eventos climáticos

¿Qué es la ganadería regenerativa?

La ganadería regenerativa es una de las técnicas utilizadas en agricultura climáticamente inteligente y en agricultura de bajo carbono. Se centra en mejorar la captura de carbono en suelo a través de la recuperación de pasturas degradadas. Así también evita tener que abrir nuevas áreas de monte nativo.

Los productores con los que trabajamos en el Chaco paraguayo, por ejemplo, mantienen reservas de bosque en el 45% o más del área de sus fincas.

En el caso del Chaco seco en Argentina, la ganadería regenerativa es un sistema muy atractivo para llevar adelante en áreas amarillas, es decir aquellas donde las comunidades pueden hacer un uso económico del bosque para vivir, a la vez que lo conservan.

Visto desde el aire, el bosque chaqueño se ve como un manto verde-grisáceo, pero una vez que se atraviesan las copas de los árboles, el suelo suele tener una cubierta vegetal muy escasa. Una de las actividades tradicionales que los campesinos desarrollan en estas zonas es la ganadería de sotobosque, donde los animales ramonean, es decir, que se alimentan de los frutos y brotes de los árboles nativos.

Ayudar a que el suelo recupere la capacidad de regenerarse y reverdecer a pesar las sequías cada vez más prolongadas, para que el ganado tenga más alimento y agua, es uno de los objetivos de este tipo de ganadería.

¿Cuál es la diferencia entre agricultura orgánica y agroecológica?

La agricultura orgánica y la agroecología tienen muchos puntos de contacto. De hecho la producción orgánica incluye prácticas agroecológicas, como por ejemplo la promoción de la agrodiversidad, el potenciar los servicios ecosistémicos para reducir el uso de insumos de origen sintético, y la elección de semillas no-GMO (genéticamente modificadas). También tienen en común las condiciones de trabajo dignas y seguras.

No obstante, un punto en que se diferencian es que la producción orgánica lleva sello, es decir, es certificada por terceros que auditan periódicamente que el producto cumpla con los requisitos de una norma. Este es un aval que permite que un consumidor lejos de donde tiene lugar el cultivo sepa en qué condiciones fue producido lo que está comprando. En el caso de los productos agroecológicos, la distancia entre el productor y el consumidor suele ser más corta, está pensada para el ámbito local, pensada entre un productor y un consumidor que se conocen, por lo que no necesitaría de un sello que garantice su trazabilidad. 

Otra diferencia es que lo orgánico se refiere exclusivamente a la forma en que producimos, mientras que la agroecología es un concepto más abarcativo. Presenta aspectos sociales como la inclusión de mujeres, jóvenes y pueblos indígenas, el comercio justo, la economía solidaria y la soberanía alimentaria. Por eso lo orgánico se puede trabaja al nivel de una finca, mientras que la agroecología necesita trabajarse a nivel territorial o de paisaje.

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