
El Día Internacional de la Mujer es, sin duda, una fecha emblemática que trasciende la mera conmemoración. Su significado histórico se ha ido transformando con el tiempo, pasando de ser un llamado a la reivindicación de derechos laborales y políticos a convertirse en un espacio de reflexión profunda sobre el papel de la mujer en la sociedad contemporánea. La lucha por la equidad ha encontrado en este día un punto de convergencia para visibilizar avances, pero también para identificar aquellos obstáculos que persisten.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, el sector palmicultor colombiano reafirmó su compromiso con la equidad y la inclusión con la aprobación de la Política de Género. Esta iniciativa, liderada por la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma, GIZ Colombia y organizaciones del Estado colombiano, busca fortalecer la participación de las mujeres en la agroindustria y generar condiciones laborales más equitativas y sostenibles.
La industria del aceite de palma en Colombia es un pilar fundamental de la economía rural, generando empleo para más de 87.000 personas. A lo largo de los años, el sector ha avanzado en múltiples áreas, consolidándose como un modelo de producción sostenible. Sin embargo, como en muchas otras industrias, persisten desafíos en materia de equidad de género, los cuales ahora serán abordados con un enfoque estructural gracias a esta nueva política.
Un reconocimiento en el Día Internacional de la Mujer
El 8 de marzo es una fecha significativa a nivel mundial, establecida oficialmente por la ONU en 1975 como una jornada para reflexionar sobre los avances y retos en materia de equidad de género. Su origen se remonta a principios del siglo XX, cuando las mujeres comenzaron a exigir mejores condiciones laborales, equidad salarial y derechos políticos.
En el contexto del sector palmicultor, este día fue la oportunidad perfecta para presentar la Política de Género, un plan de acción que no solo responde a las necesidades actuales de las trabajadoras del sector, sino que también se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en especial los relacionados con la igualdad de género, el trabajo decente y el crecimiento económico.

El rol de la mujer en la cadena de valor palmicultora
Las mujeres han tenido un papel clave en la industria del aceite de palma en Colombia, tanto en el ámbito productivo como en el administrativo. De acuerdo con el análisis realizado para la construcción de esta política, se encontró que el 64% de las labores administrativas en el sector son desempeñadas por mujeres, demostrando su capacidad de liderazgo y gestión.
A pesar de esto, su presencia en otros niveles aún puede potenciarse: solo el 19% de la fuerza laboral del sector está compuesta por mujeres, y en los cargos operativos los hombres ocupan el 84% de las posiciones. La Política de Género busca promover estrategias que fomenten una mayor diversidad en estos espacios, garantizando oportunidades equitativas para todos.
Otro aspecto importante identificado en el estudio es la carga de trabajo no remunerado, donde las mujeres dedican en promedio 4,6 horas diarias a labores del hogar y cuidado familiar, mientras que los hombres destinan 2,3 horas a estas actividades. La política impulsará acciones para fortalecer la corresponsabilidad del trabajo de cuidado, promoviendo condiciones laborales que permitan el desarrollo profesional sin afectar el bienestar familiar.
Un proceso participativo y representativo
El desarrollo de esta política fue el resultado de un ejercicio amplio y representativo en el que participaron diversos actores del sector palmicultor. Como menciona Danna Rodríguez, coordinadora regional Programa Palma de Aceite zona norte:
«Fue un ejercicio que logró abarcar todo el país. Se hicieron encuestas a nivel nacional en todas las zonas palmeras para garantizar que todas las voces estuvieran representadas. Además, fue un ejercicio estadístico profundo, con gran cobertura, precisamente para que la política estuviera bien estructurada y aterrizada a los distintos contextos». Este enfoque permitió que la política reflejara las realidades de cada territorio, asegurando que las estrategias propuestas respondieran a las necesidades específicas de las trabajadoras del sector.
La autonomía económica como eje central
Uno de los aspectos clave de esta política es el fortalecimiento de la autonomía económica de las mujeres. Como lo explica Danna, quien participó en la construcción del documento: «El eje principal de la política es la autonomía económica. Es fundamental porque permite que una mujer pueda manejarse de manera más libre, sin depender de terceros. No sé si sería bueno resaltarlo en algún lado, porque es el pilar central sobre el que se construye todo lo demás».
Esta perspectiva es para la equidad de género en el sector, ya que garantizar el acceso a oportunidades económicas permite a las mujeres participar en igualdad de condiciones y tomar decisiones sobre su futuro sin limitaciones estructurales.
Acciones clave de la Política de Género
La aprobación de esta iniciativa representa un avance significativo en la consolidación de un entorno más equitativo y competitivo dentro del sector palmicultor. Algunas de las principales estrategias de la política incluyen:
- Fomento de la inclusión femenina en todas las áreas del sector, incluyendo roles operativos y directivos.
- Capacitación en temas de equidad de género para empresas y colaboradores.
- Creación de protocolos para la prevención y atención de situaciones de violencia basada en género.
- Promoción de la corresponsabilidad en el trabajo de cuidado y la conciliación entre la vida laboral y familiar.
- Fortalecimiento del acceso de las mujeres a formación técnica y a oportunidades de liderazgo.
Estos esfuerzos buscan garantizar que la equidad de género no sea solo un ideal, sino una realidad tangible dentro del sector.
El reto de la implementación
Si bien la adopción de la Política de Género es un gran avance, su éxito dependerá de su aplicación efectiva en todas las áreas del sector. Para ello, será clave:
- Realizar seguimientos periódicos sobre los avances y retos en la implementación.
- Generar espacios de formación y sensibilización en equidad de género.
- Garantizar la participación activa de las mujeres en la toma de decisiones dentro del sector.
- Promover alianzas estratégicas entre empresas, instituciones y organizaciones que trabajan en temas de género.
Las organizaciones involucradas en el desarrollo de esta política han manifestado su compromiso de acompañar y fortalecer estos procesos para que las transformaciones sean reales y sostenibles en el tiempo.
La aprobación de la Política de Género en el sector palmicultor colombiano en el Día Internacional de la Mujer marca un hito en la historia de la agroindustria del país. La equidad de género es un objetivo fundamental no solo para fortalecer el talento humano dentro del sector, sino también para avanzar hacia un modelo de producción más inclusivo, competitivo y sostenible.
Con este paso, el sector palmicultor reafirma su compromiso con el desarrollo integral de sus trabajadoras y trabajadores, consolidándose como un referente en la promoción de la equidad dentro de la agroindustria colombiana.
El respaldo a esta iniciativa se fundamenta en un Primer análisis de equidad de género en el sector palmero en Colombia, desarrollado por Solidaridad en alianza con la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma , GIZ Colombia y organizaciones del Estado colombiano. Este estudio identificó desafíos estructurales en términos de acceso al empleo, distribución de roles de género y condiciones de trabajo que afectan principalmente a las mujeres.
Uno de los hallazgos de este informe es que, a pesar de los avances en inclusión laboral, las mujeres siguen estando subrepresentadas en las áreas operativas y de liderazgo, concentrándose mayoritariamente en roles administrativos. Además, la carga de trabajo doméstico y de cuidado sigue recayendo de manera desproporcionada en ellas, lo que limita su desarrollo profesional y su participación equitativa en la cadena de valor del sector.
El análisis también resalta la necesidad de fortalecer estrategias de capacitación con enfoque de género, garantizando oportunidades de formación para mujeres en áreas técnicas y operativas, promoviendo su acceso a créditos productivos y consolidando espacios seguros en el entorno laboral. A través de recomendaciones específicas para empresas, gremios y productores, el documento establece una hoja de ruta para avanzar en la equidad de género, alineando estas acciones con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los estándares internacionales de sostenibilidad.