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Red emprende rural: un paso adelante para acelerar la sostenibilidad rural a través de la educación y el emprendimiento

A finales del año 2022, de acuerdo con cifras de Naciones Unidas, la población mundial alcanzó los 8.000 millones de personas y en los últimos 12 años, la población pasó de 7.000 a 8.000 millones. Este fenómeno demográfico ejerce una presión creciente sobre la demanda de consumo y de la provisión de alimentos.

Responder a esta demanda es una responsabilidad compartida entre la agricultura industrial, que incorpora tecnología de forma intensiva en su producción, y la agricultura familiar que, según estimaciones de la FAO (2017) tiene una participación del 80% con respecto a la producción de alimentos que se consumen en todo el mundo.

En América Latina la población rural tiene un peso importante frente al total de la población, esto pese a las tendencias de urbanización que se presentan en países en vía de desarrollo. Además, es de notar que en la ruralidad, la mujer juega un rol fundamental como parte de la fuerza de trabajo en la producción de alimentos, que muchas veces no es valorado en términos monetarios. La economía del cuidado, que hace referencia al tiempo y esfuerzo que se destina a las actividades de cuidado del hogar, la crianza y el apoyo a miembros de la familia que lo requieran, recae mayoritariamente sobre las mujeres. Desafortunadamente estas actividades no tienen una compensación económica y limitan la posibilidad de las mujeres en actividades productivas remuneradas.

Sin embargo, no solo las mujeres se enfrentan a estos retos. Los jóvenes, con pocas oportunidades de ocupación en el campo prefieren migrar a centros urbanos en busca de educación y empleo. Esta migración pone de relieve una población rural cada vez más envejecida y sin posibilidades de un relevo generacional.

Dentro de este contexto, Bayer y Solidaridad tienen objetivos comunes en cuanto al apoyo decidido a los pequeños productores para que las prácticas agrícolas en la producción de alimentos, se hagan de forma amigable y responsable con el medio ambiente y contribuyan a generar bienestar y prosperidad en sus entornos. Es por eso que en 2022 unieron esfuerzos para implementar el proyecto Red Emprende Rural, como una muestra del compromiso para seguir haciendo de la producción agrícola un escenario de oportunidades con escenarios inclusivos en donde las mujeres y los jóvenes tengan cabida.

Este proyecto, que se ejecutó durante el segundo semestre del 2022 y el primero del 2023, dirigió sus esfuerzos a fortalecer habilidades y competencias en liderazgo, emprendimiento y asociatividad con énfasis en ambos grupos poblacionales. Se contó con una ruta de acompañamiento que involucró un gestor y un diario de campo y la realización de talleres presenciales buscando la integración de los participantes. Para el final de la ruta del proceso formativo se consideró un apoyo que se tradujo en la asesoría de varios emprendimientos con potencial de crecimiento, que se denominó acompañamiento de última milla.

Los participantes que se beneficiaron de esta iniciativa estuvieron ubicados en las provincias de Guanacaste y Puntarenas, en Costa Rica y en el departamento de Boyacá, en Colombia. Estos últimos, forman parte de una organización denominada AGRONIT, dedicada al fomento de la asociatividad y la comercialización de leche.

Empoderamiento y autoconfianza

El proyecto siempre tuvo claro que el punto de partida pasaba por la promoción del empoderamiento y la autoconfianza. Los talleres y las temáticas asociadas al componente del liderazgo, buscaron generar una reflexión alrededor de la importancia y la validez que tienen los jóvenes y las mujeres en espacios de toma de decisiones tanto a nivel familiar como comunitario y generar conciencia sobre su rol como agentes de cambio en sus entornos.

En el frente del emprendimiento, la formación estuvo mediada por el uso de herramientas y técnicas para profesionalizar su labor productiva. Los participantes entendieron la importancia de imprimir una visión empresarial a la hora de invertir su tiempo y los recursos económicos con los que cuentan. Ahora saben de la importancia de segmentar los clientes y de conocer los diferenciales que tienen sus productos al momento de ser ofertados.

Desde lo asociativo, las reflexiones son muchas y diversas. A través de la práctica de gobernanza, como un ejercicio integrador y de consenso, los participantes sentaron sus opiniones en aspectos sociales, económicos, políticos y ambientales. Estuvieron de acuerdo en que los intereses colectivos se sobreponen a los individuales cuando se trata de resolver problemáticas comunitarias.

En la fase de última milla, se apoyaron 12 emprendimientos tanto de producción primaria, como de transformación de materia prima. El portafolio fue amplio y variado. Habilidades financieras, buenas prácticas de manufactura y espacios de buenas prácticas para la promoción del emprendimiento, hicieron parte de las contribuciones para que los emprendimientos rurales continúen su proceso de crecimiento sostenible. Aunado a ello, 4 de estos emprendimientos están recibiendo asesoría en marketing digital para el manejo de logos y el uso de redes sociales para promocionar sus productos a través de canales digitales.

Una alianza que se renueva

Vale la pena mencionar que el trabajo conjunto entre Bayer y Solidaridad se remonta al 2021 cuando pactaron trabajar en la promoción de prácticas climáticamente inteligentes y de transformación digital en el departamento de Risaralda, Colombia, que benefició a un poco más de 500 participantes entre jóvenes y mujeres rurales. Esto indica entonces que, entre el 2021 y lo corrido del 2023, fueron más de 1.000 participantes los beneficiados con este esfuerzo colaborativo entre 2 entidades que creen y apuestan por la transformación del campo con inclusión productiva.

Son muchos los retos que la producción agrícola enfrenta, como el cierre de brechas digitales y de tecnología, la provisión de bienes públicos, el mejoramiento de vías y la inclusión financiera. Sin embargo, esta intervención apostó por el que quizás es el recurso más importante, el recurso humano. El fortalecimiento del capital humano constituye un pilar fundamental para jalonar las transformaciones que se deben dar en los otros frentes.

Estos son algunos de los logros alcanzados:

• 500 participantes impactados entre Colombia y Costa Rica, de los cuales, 302 participaron de
la ruta completa de acompañamiento.
• El 90% del total de participantes fueron mujeres.
• 12 emprendimientos con acompañamiento de última milla, entre Colombia y Costa Rica.
• Consolidación de espacios de aprendizaje seguros para la participación activa de la mujer.
• Capacidad instalada en personal de Bayer en Costa Rica, gracias a la transferencia de conocimiento bajo la metodología formador de formadores
• Consolidación de un inventario de nuevas apuestas productivas con los participantes de Colombia, que se convierte en una ventana de oportunidad para la diversificación de ingresos y de posibles encadenamientos y relaciones comerciales.

Enlace al micrositio del proyecto: https://agrolearning.org/red-emprende-rural/
Enlace al informe final del proyecto: https://agrolearning.org/wp-content/uploads/2023/10/informe-final-red-emprende2023.pdf

Enlace al sitio de responsabilidad social Bayer PACA: https://www.bayer.com/es/co/sostenibilidad-paca

Mauricio Garcia Duque

Líder de Soluciones Educativas

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