Por invitación del gobierno de Pará, Solidaridad presentó el proyecto de agricultura familiar baja en carbono que Solidaridad lleva adelante en Tuerê, el asentamiento rural más grande del mundo con 300 mil hectáreas y 3,1 mil familias. El mismo está capacitando a 150 productores en buenas prácticas agrícolas y recuperación productiva de pasturas degradadas con sistemas agroforestales, que incluyen el cacao como cultivo principal de renta.
El representante de Solidaridad en el evento, Paulo Lima, explicó que la estrategia de Solidaridad en Tuerê es crear un modelo de atención técnica y extensión rural que pueda mantenerse a lo largo del tiempo. Para lograrlo, se consideraron cuatro pilares: el contacto constante entre técnicos y productores a través de visitas individuales; la formación colectiva y el intercambio de experiencias; el uso de parcelas demostrativas, y el uso de herramientas digitales, como Extensión Solution, desarrollada por la Organización.
Lima comentó que el compromiso de los actores involucrados ya se está consolidando. “En los últimos dos años, ya empezamos a pasar la posta a los extensionistas y productores. Al final, la idea es que al terminar el proyecto, Solidaridad se retire de la escena para que el trabajo pueda continuar por sí solo”, dijo.
Además de la gestión agrícola, la iniciativa también promueve la capacitación en gestión financiera; apoyo en comercialización, y gobernanza ambiental, a través de la coordinación con actores públicos y privados, especialmente para la reducción de la deforestación y la regularización ambiental.
En este sentido, Lima destacó la importancia del proyecto para reducir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Antes del inicio del proyecto, una unidad promedio del asentamiento, de 60 hectáreas, con un 54% de área destinada a pastoreo, un 20% a cacao y un 26% de bosque nativo, emitía 0,04 toneladas de carbono por hectárea / año. Con la adopción de nuevas prácticas de manejo de cacao y de ganadería, combinadas con la preservación del bosque nativo, la misma propiedad ahora puede secuestrar 2,27 toneladas de carbono por hectárea / año.
“El escenario es cada vez mejor, ya que el cacao es una especie favorable para el secuestro de CO2. Por lo tanto, queremos dejar de emitir pronto para garantizar espacios de captura”, dijo Lima.
Negocios y generación de ingresos
La inicitaiva está generando oportunidades de negocio en el mercado de chocolates finos Bean to Bar, para el cual el cacao pasa por un cuidadoso proceso de secado y fermentación, y una rigurosa selección de almendras.
Durante el festival, el chocolate producido con el cacao de la finca Tres Hermanos, de la familia de José Silva Rosa, fue exhibido en el stand del Gobierno de Pará por el técnico de Solidaridad, Pedro Santos. Se trata de un choclate con notas de frutas amazónicas que es comercializado por Casa Lasevicius, un socio del proyecto, y cuya calidad de almendra llevó al productor a representar a Pará en el Festival del Chocolate de París a fines de 2018.
Los datos preliminares del proyecto han demostrado un aumento del 31% en los ingresos de los productores que diversificaron su producción con el cultivo de cacao en sistemas agroforestales, en comparación con aquellos que trabajan exclusivamente con ganado. Asimismo, se comprobó un aumento del 260% en los ingresos, en comparación con los productores que cultivan cacao de manera convencional. Estos resultados positivos llevaron a Solidaridad a crear una estrategia que busca involucrar a nuevos productores en la iniciativa.
[video: https://youtu.be/N-Z0bQnwzRw]