Colombia, el segundo país con mayor biodiversidad del mundo, y sinónimo de riqueza de diferentes cafés arábigos especiales, es el anfitrión del Día Mundial del Medio Ambiente.
El desafío del café en relación con el cambio climático y la biodiversidad
Los ingresos de 25 millones de productores dependen del café, muchos de los cuales son vulnerables al cambio climático.
El cambio climático reducirá el área global adecuada para el café en aproximadamente un 50% si el ritmo de emisiones continúa. También se ha pronosticado que reducirá la productividad de la plantación de café Arábica, una de las principales de nuestro país. Las áreas de producción cafetera podrían migrar a terrenos más altos. Estas migraciones amenazan los ecosistemas y aumentan la deforestación en ecosistemas clave en todo el mundo. Los investigadores han concluido que la biodiversidad protege los ecosistemas contra las enfermedades (de las plantas), pero la pérdida de especies de un entorno podría tener consecuencias peligrosas para la propagación y la incidencia de enfermedades y plagas, incluidas las que afectan a los seres humanos.
Buen negocio para agricultores, industria y consumidores
Solidaridad apoya a los caficultores de Colombia para que se adapten al cambio climático y protejan la biodiversidad en y alrededor de sus fincas. El impacto positivo de una mejor gestión ambiental se traduce en una mayor productividad, mayor consistencia en la calidad y los volúmenes, menores riesgos e ingresos adicionales.
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Carlos Isaza, Gerente Programa Café resalta: “La adopción de la Agricultura Climáticamente Inteligente (CSA) es crítica para la supervivencia del sector cafetero colombiano y sus orígenes especiales.”
La agricultura climáticamente inteligente es una fórmula probada que crea condiciones beneficiosas para los agricultores, las cooperativas, los comerciantes, los tostadores y los consumidores.
Una mejor gestión de los recursos naturales y la reducción de carbono por parte de los agricultores proporcionará importantes aportes a las contribuciones determinadas (NDC) por el gobierno colombiano, en virtud del Acuerdo Climático de París en 2016. Climate Smart Agriculture ayuda a reducir los costos reales de la producción de café y reduce los riesgos de la cadena de suministro para los comerciantes y tostadores.
Soluciones probadas con impacto positivo para los agricultores y el medio ambiente
Desde 2013, Solidaridad apoya a los caficultores colombianos con la adopción de sistemas agroforestales, el uso de prácticas de fertilización bajas en carbono, así como el manejo del suelo y la conservación de la biodiversidad.
Con el financiamiento de la Iniciativa Internacional Forestal y Climática de Noruega – NICFI, administrada por la Agencia Noruega para la Cooperación al Desarrollo (NORAD), casi 6.000 cafeteros han comenzado a aplicar prácticas climáticamente inteligentes y más de 15.000 hectáreas se transformaron en sistemas de producción agroforestales. Este año, se han sembrado más de 20.298 árboles con el apoyo de las comunidades cafeteras locales, proporcionando seguridad alimentaria a los productores y sus familias.
Una nueva generación de productores ahora posee microempresas forestales, generando recursos adicionales a través de viveros donde se cultivan especies de árboles nativos y se distribuyen entre los lotes de café. Desde una perspectiva ambiental, las fincas participantes han podido reducir su huella de carbono en un 30% en promedio. Las cuencas están protegidas por las comunidades locales y se han abolido las prácticas de caza. Debido a las mejores prácticas de conservación de estos productores de café y la colaboración con los funcionarios de Parques Nacionales, el oso andino en peligro de extinción ahora se ve más regularmente en las reservas naturales vecinas (Parque Nacional Tatamá, Risaralda).
Colombia es un país estratégico en biodiversidad y se está posicionado como uno de los países innovadores en aplicaciones de soluciones para equilibrar la naturaleza y la agricultura, debido a su condición como uno de los líderes de productos agrícolas sostenibles, como por ejemplo café, aceite de palma y plátano.
"Los agricultores pueden desempeñar un papel fundamental en la protección de la biodiversidad y los recursos naturales", concluye Joel Brounen, Gerente de Solidaridad Network en Colombia, "pero para hacerlo, debemos proporcionar incentivos y estímulos para los esfuerzos de conservación de la biodiversidad, adaptados a las necesidades de los agricultores, y a una escala mucho más amplia como se hace actualmente."
Una parte de los agricultores participantes en el programa actual ya recibió pagos por los esfuerzos de conservación en y alrededor de su plantación. Estos esquemas de pago por servicios ambientales (PSA) han podido aumentar su cobertura en Colombia durante la última década. Los esquemas de PSA pueden considerarse como otro buen ejemplo de por qué Colombia es un laboratorio interesante para elaborar nuevos modelos de conservación, teniendo en cuenta la perspectiva de los agricultores.
Este camino por lograr una agricultura compatible con esfuerzos de conservación es posible gracias al compromiso de la Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo (NORAD), la Federación Nacional de Cafeteros, COOPCAFER, Nestlé y más de 15 organizaciones de productores que apoyan a Solidaridad Network al éxito del programa Café del Futuro.